Chávez bota La Piedrita, por Simón Boccanegra
Como habrá sido de contraproducentes para el gobierno su estrategia de violencia que Chávez por fin decidió sacudirse a uno de los emblemas de aquella, que es la banda conocida como La Piedrita.
Ordenó que se detenga a su líder, al cual acusó de ser un delincuente. Además, por enésima vez descargó a Lina Ron pero, como siempre, sin tomar ninguna medida contra la belicosa dama.
Vamos a ver si la orden de detención del capo de La Piedrita se cumple y vamos a ver si es verdad que su gente no va a dejar entrar a la policía a sus predios.
En todo caso, sea por la razón que haya sido, está bien lo que dijo el presidente. Pero, su acción nuevamente pone al desnudo el tremendo deslave institucional que la «revolución» ha provocado en el país y deja como unos perfectos pendejos a los funcionarios y funcionarias que hace rato debieron haber tomado, por su cuenta, las medidas que ahora anuncia Chávez, pero que nunca se atrevieron a llevar adelante.
¿Necesitaba la Fiscala que Chávez le ordenara proceder contra La Piedrita? ¿No eran públicas y notorias (y, además, «firmadas») las ejecutorias de ese «colectivo», como gustan autodenominarse? ¿Necesitaba el ministro del Interior que Chávez descubriera el agua tibia y mandara a meter preso al jefe de La Piedrita? No, ni la una ni el otro, necesitaban que el presidente tomara la iniciativa, porque esta les corresponde a ellos.
¿Por qué no hacían nada, pues? Porque no ejercen cargos sino cuidan puestos. Como no saben bien hasta dónde La Piedrita, Lina Ron y los tomistas de la Alcaldía son instrumentos del propio Chávez -o de alguno de sus acólitos de alto coturno (recuérdese que el jefe de contrainteligencia de la Disip, general Zárraga, fue destituido a raíz de que elaboró un informe donde vinculaba a Diosdado con La Piedrita), prefieren voltear para otro lado. Ahora que Chávez se da cuenta de que esos grupos ya son disfuncionales para su propio gobierno, bien seguro que veremos a más de uno de sus arrastrados haciendo leña del árbol caído
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