¿Venezuela: Corea del Norte o Irán?, por Felix Arellano
Autor: Felix Arellano | [email protected]
Estamos conscientes que en el ámbito social no es posible establecer comparaciones mecánicas, la realidad es muy compleja y dinámica; empero, es factible señalar tendencias y, sobre el caso venezolano en el contexto internacional, se podrían establecer algunas relaciones con las experiencias de Corea del Norte por parte del proceso bolivariano y con Irán por parte de la comunidad internacional. También estamos conscientes de las grandes diferencias de estos dos casos con Venezuela, pues, entre otros, los dos han sido abordados en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en ellos está en juego la grave amenaza de programas nucleares. Las mayores vinculaciones pudieran presentarse por la creciente participación de las grandes potencias en el caso venezolano.
Las más recientes actuaciones del proceso bolivariano han confirmado su menosprecio por la comunidad internacional. La aprobación de la asamblea constituyente ha sido el punto de inflexión que ha acelerado el rechazo de la comunidad internacional y el aislamiento del proceso; empero, la situación no se detiene y el gobierno juega a “fortalecer el incendio e incrementar su aislamiento”, esperando una tabla salvadora, que pudiera ser un mecenas al estilo de Corea de Norte.
En la eventual tabla salvadora se aprecian varias opciones, por ejemplo, esperar un significativo incremento de los precios del petróleo. Este escenario tiene serias limitaciones, por una parte, el incremento que sueña el proceso, que sobrepase los cien dólares por barril, se presenta poco factible y, si llegara a ocurrir, torna más rentables las fuentes alternativas y estimula la inmediata reducción de los precios. Ahora bien, recordemos que en los últimos meses el precio ha aumentado, pero no ayuda al gobierno por sus errores estructurales, entre otros: técnica y tecnológicamente ha destruido a Pdvsa, por lo tanto cada día produce menos; parte de lo que produce ya lo tiene comprometido, bien como esquema de pagos en la enorme deuda con China, o como regalos a la dictadura cubana.
Otra de las opciones salvadoras se orienta a jugar con la creación de monedas, que puedan servir de divisas en el mercado internacional. Este tema, fuera de su complejidad técnica, tiene una base política elemental, las monedas se asientan en la confianza y el gobierno bolivariano se encuentra en su peor momento de rechazo y desconfianza internacional, fuera de los escenarios no transparentes o ilícitos nadie parece interesado en las promesas bolivarianas.
Otra opción sería el esquema Corea del Norte, es decir, que alguna potencia asuma el mecenazgo y facilite el mantenimiento de la camarilla bolivariana en el poder. Este escenario tampoco parece muy viable. China ha demostrado su malestar con el mecenazgo de Corea del Norte, al no vetar ninguna de las resoluciones que ha venido aprobando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidad, desde 1993 con la Resolución 825 que rechazó el posible programa nuclear coreano; luego, desde el 2006 con la Resolución 1695 que se inició el proceso de sanciones, que se han incrementado progresivamente, hasta llegar a cuatro Resoluciones de sanciones en el pasado año las: 2356, 2371,2375 y 2397. Por otra parte, algunos sostienen que China está comprometida con Corea del Norte por el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua suscrito en 1961, que contempla, entre otros, el apoyo militar. En realidad es la hegemonía geopolítica de China en el área lo que más motiva su apoyo al vecino coreano.
China tiene intereses importantes en Venezuela, pero no tiene una relación militar, ni está interesada en cargar con la enorme deuda venezolana, ni con el desastre bolivariano.
Además está consciente que la relación económica se puede mantener e incluso fortalecer con un gobierno democrático, como está ocurriendo con el Presidente Macri de Argentina. Otro potencial mecenas podría ser Rusia, que jugando al caos, quiere lograr beneficios, pero ni tiene los recursos ni la organización para enfrentar la dimensión del problema venezolano.
Por el contrario, la comunidad internacional pareciera promover el esquema Irán, en el sentido de incrementar las sanciones con el objeto de promover una negociación concreta y efectiva para resolver el problema. Recordemos que en el caso de Irán, las sanciones contra su programa nuclear iniciaron el año 2006 con la Resolución 1737 y se incrementaron en el tiempo, hasta que finalmente fueron desmontadas con la Resolución 2231 en el año 2016, luego de entrar en vigencia el acuerdo negociado con Irán.
En este contexto se inscriben los resultados de la reciente reunión del Grupo de Lima efectuado en Chile y las sanciones aprobadas por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. También pareciera que en esta línea se orienta la próxima gira del Sr. Rex Tillerson, Secretario de Estado de los Estados Unidos, por cuatro países de la región: México, Argentina, Perú y Colombia durante los días 1 al 6 de febrero. Claro que el gobierno manipula las sanciones y las dirige contra el pueblo para empobrecerlo y controlarlo. Ante esta perversa situación, el pueblo con su oposición democrática deben evaluar la magnitud del respaldo internacional y trabajar con la coherencia, responsabilidad y organización que conlleva este reto.
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