Mantener en las aulas a nuestros muchachos, por Roberto Patiño
El impacto de las medidas económicas que ha venido implementando el régimen de Nicolás Maduro, irresponsables y destructivas, se siente en todos los espacios de la vida nacional. Pero sin duda uno los ámbitos más afectados ha sido el del sector educativo, muy debilitado por el deterioro progresivo y acelerado por la hiperinflación, la emigración y la crisis social.
Es una crisis que se da tanto en las escuelas públicas como privadas y es agudizada por el resto de los problemas del país: el colapso de servicios básicos de luz, agua y transporte, por ejemplo, con sus consecuencias en el estado de las instalaciones y el traslado de estudiantes, profesores y personal administrativo.
La hiperinflación -generada por el devastador modelo económico del régimen-, que encarece los insumos escolares, trastoca las escalas salariales y aumenta los costos administrativos, reflejándose en matriculas y mensualidades. El agudizamiento del éxodo de profesionales de la educación primaria, media y superior.
La situación condiciona negativamente la preparación de las generaciones de relevo y dificulta, aún más, las dinámicas de la ya golpeada familia venezolana, con repercusiones que se extienden por toda la sociedad y son determinantes para el futuro del país. Esto se da en el marco de la instauración de un sistema dictatorial en el que el régimen estrangula la educación privada y restringe la pública como parte de una estrategia para limitar las posibilidades de superación de las personas.
Así, el grupo en el poder continúa generando sistemas de dependencia y dominación en los distintos ámbitos de la vida nacional
Ante esta arremetida del Estado opresor, debemos responder desde la articulación y la solidaridad, conscientes de la importancia que tiene, en estos momentos, mantener a nuestros muchachos en las aulas. Nosotros, en el movimiento Caracas Mi Convive y Alimenta la Solidaridad, hemos reconocido, desde un principio, la importancia de los colegios y planteles como puntos de encuentro y apoyo en las comunidades. Las madres, padres y representantes que participan en Alimenta tienen como una condición básica mantener la asistencia a clases de los niños.
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Las escuelas no solo son centros de enseñanza también espacios de interacción convivencial. En medio de la brutal crisis alimentaria que vivimos, en muchos casos han servido, a través de comedores escolares, de gran apoyo a las familias más afectadas.
Reunirnos en torno a la búsqueda de soluciones frente al problema que actualmente atraviesa el sector educativo, debe ser uno de los factores prioritarios de movilización social. Instituciones y organizaciones civiles están trabajando en ese sentido. Fe y Alegría ha generado la campaña “Un Cuaderno para Fe y Alegría”, que busca donaciones de insumos escolares para los más de cien mil niños inscritos en su red de planteles. La Red de Madres, Padres y Representantes, han venido llevando una labor de difusión y organización, promoviendo el encuentro entre representantes y colegios privados, para establecer mecanismos conjuntos de respuesta ante la crisis, que permitan la continuidad de actividades escolares.
Estos son solo algunos ejemplos, que deben reproducirse y articularse ante lo que la crisis educativa representa, no solo en lo inmediato, sino para el futuro del país. La deriva dictatorial está destruyendo los cimientos básicos de nuestra sociedad y sólo desde el encuentro y la articulación alrededor de problemas comunes podemos contrarrestar al régimen y superarlo.
En el Encuentro Red Solidaria que celebramos el 15 de septiembre, escuchamos a Ana Rosario Contreras, líder del movimiento de las enfermeras. Nos llamó a no perder la fe para enfrentar los problemas y creer en nuestra capacidad para transformar la realidad, a pesar de las dificultades. Hoy retomamos sus palabras, en medio de una gravísima crisis educativa, que pone en riesgo el desarrollo de nuestros niños y amenaza los espacios en los que estos se forman y aprenden.
Por ellos, y por el futuro que significan, debemos organizarnos y participar desde todos los sectores de la sociedad, con el convencimiento de que la fuerza de nuestro encuentro puede encarar y hacerle frente a esta amenaza
Coordinador de Movimiento Mi convive
Miembro de Primero Justicia
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