2012, no más; por Teodoro Petkoff
Chacumbele, como siempre, va a tratar de convertir lo de su reforma en un plebiscito sobre él. Ya la propaganda del oficialismo presenta las cosas como si lo que estuviera en juego fuera la presidencia. Siempre lo hizo así en el pasado, pero ahora Chacumbele siente que hay más razones que antes para colocar las cosas en el terre no de un plebiscito. Hoy no hay si no que asomarse a las melancólicas reuniones de los pomposos batallones del PSUV, que ni a escuadras llegan, para darse cuenta de que el antiguo fervor se viene evaporando como agua hirviendo. Por eso Chávez necesita galvanizar a sus votantes colocándolos ante el falso dilema de que no aprobar la reforma es traicionarlo a él.
Pero eso no es así. En el referéndum no se va a decidir por o contra el actual gobier no de Chávez si no por o contra la reforma constitucional. Así como grandes cantidades de chavistas de a pie rechazaron el cierre de RCTV sin por eso dejar de ser chavistas, ahora muchos de ellos, de a pie —y también algunos de a Hummer— tienen serias reservas sobre los propósitos reeleccionistas de “su” presidente. Si se elude la trampa de polarizar el referendum en tor no a su persona, mucha gente que se identifica con él estaría dispuesta a rechazar la reforma, sin comprometer con ello su apoyo al presidente. Tal como lo hicieron en el caso de RCTV. Lo que está sobre el tapete es la reforma a la Constitución y no el periodo presidencial 2007-2013.
Lo que se discute a propósito de la reforma no es si Chávez puede o no gobernar hasta el 2012, que es cuando finaliza este periodo presidencial, si no si se debe reformar la Constitución para darle el derecho a gobernar más allá del 2012. De acuerdo con la Constitución aún vigente, la Bicha, Chávez tenía derecho a una sola reelección. Ya la gastó. Ya fue reelegido. Pero no puede venir ahora, en medio del juego, a cambiar las reglas para establecer que los innings se acaban con cuatro outs y no con tres. Eso sería un golpe de Estado. El presidente quiere dar un golpe “constitucional” para perpetuarse en el poder. La diferencia es que el golpe no sería como el del 4F si no trampeando la Constitución. La decisión, pues, no es sobre “Vete ya”. Esto no es un revocatorio. Si los venezola no s se pronunciaran contra la reforma, el presidente permanecería en el cargo, pero hasta 2012, no más allá.
Algunos chavistas, de los de a Hummer, andan repitiendo la bolsería de que quienes hoy defienden la Constitución del 99 son los que ayer la rechazaron. ¿De qué se extrañan? Se defiende el texto vigente porque éste establece una sola reelección, porque la Constitución de 1999 impide que Chávez se eternice en el poder. Si Chávez quiere cambiarla es porque se le volvió una chaqueta de fuerza. A él, no al país. Este la aceptó como su Carta Magna, pero a Chávez ya no le sirve más. Quiere una para su uso exclusivo; una que le de poderes de dictador. Los que reniegan de “la mejor Constitución del mundo” son precisamente, vaya paradoja, quienes la hicieron. Por eso, NO.