2019 promedió al menos 14 asesinatos de jóvenes al día, según el OVV
Como parte del estudio, se analizaron también las cifras demográficamente, con lo que se pudo determinar que la mayor cantidad de víctimas se registró en Miranda, con 771 fallecidos menores de 30 años por acciones violentas
El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) publicó su Informe de Mortalidad por Muertes Violentas de Niñez y Juventud en Venezuela durante 2019, en el que se revela que fueron asesinados por lo menos 5.076 venezolanos menores a 30 años durante el año pasado, lo que representa unas 14 muertes por día.
La ONG concluyó que la población más afectada por asesinatos violentos es la de jóvenes de entre 18-24, principales víctimas de homicidios y muertes por «resistencia a la autoridad», lo que destaca el protagonismo de los cuerpos de seguridad del Estado en estas cifras.
«Son 5.076 niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes muertos por causas violentas, de los cuales la mayor proporción, más de la mitad (el 52%), corresponde a jóvenes entre 18 y 24 años de edad», indica el informe.
El OVV aclara que la cifra podría ser superior, pues hubo 3.036 casos de muertes en los que no se reportó la edad. En el 15% de los homicidios y 40% de las muertes por «resistencia a la autoridad» este dato nunca fue revelado, por lo que no se tomó en cuenta para la elaboración del estudio, pero podría significar que la cifra debería ser más abultada.
Por otra parte, detallan que la gran mayoría de los casos responden a acciones delictivas o por resistencia a la autoridad, pero también se reportaron algunos filicidios y asesinatos cometidos por otros familiares. Resaltan que la cifra de 14 muertes diarias pudo evitarse y recae en la responsabilidad del Estado, al no elaborar programas y políticas que eviten las situaciones que ocasionan dichos decesos.
«Son muertes que se pudieron evitar, que no tienen por qué ocurrir si el país cuenta con programas, acciones y servicios que decidan intervenir en las situaciones que ocasionan estas muertes, generando cambios y afirmando las decisiones que contribuyan a la pacificación del país, a la garantía de la vida y la protección de la integridad de niños y jóvenes», puntualiza la OVV.
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Peligro en Miranda
Como parte del estudio, se analizaron también las cifras demográficamente, con lo que se pudo determinar que la mayor cantidad de víctimas se registró en Miranda, con 771 fallecidos menores de 30 años por acciones violentas.
La lista la complementan Zulia, Bolívar, Aragua y Distrito Capital. Estos cinco estados agrupan un 48% -casi la mitad- de las muertes violentas registradas en el informe.
La OVV destaca el caso de Bolívar, pues a diferencia de Miranda o Zulia, no es una de las entidades más pobladas del país y su alto índice guarda relación con la presencia de grupos armados y las disputas por la explotación de recursos naturales.
«Bolívar destaca como la tercera entidad en víctimas mortales, lo que se asocia al incremento de la movilidad de grupos asociados a la política de explotación de la riqueza mineral en ese territorio», explican.
Además, enfatizan la participación de las fuerzas de seguridad del Estado en las muertes violentas de entidades como Anzoátegui, Aragua, Falcón y Guárico, en donde la causa con mayor preponderancia corresponde a «resistencia a la autoridad».
«Es un dato muy relevante que fundamenta una de las principales conclusiones de este informe que objeta el tipo de políticas de seguridad pública en las que los cuerpos policiales actúan en forma equivocada, entendiendo que su misión es la de abatir a los presuntos delincuentes, o la erradicación de la violencia generando más muertes y violando lo dispuesto en la normativa constitucional y en los tratados internacionales de Derechos Humanos», acotan.
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Esperanza de vida por los suelos
La OVV destaca las consecuencias que supone la disminución de esta población para el país, ya que se pierde una porción de ciudadanos económicamente activos, se acelera el envejecimiento demográfico y se acentúa la emigración masiva de jóvenes que huyen de la delincuencia.
Entre estos factores, también prepondera el descenso de la esperanza de vida, lo que desata alertas sobre el bienestar social del venezolano.
«La esperanza de vida es un indicador síntesis en el estudio de la mortalidad de una subpoblación o población que puede reflejar fielmente el “estado de salud” y de bienestar que posea una sociedad en un momento dado; este indicador se refiere al número promedio de años que se esperaría pueda vivir un individuo o un conjunto de individuos bajo el contexto de una realidad social dada», explaya la OVV.
En este sentido, argumenta que la baja esperanza de vida responde a las características sociales de venezuela, con altos índices de inseguridad y violencia, deterioro acentuao del sistema médico-sanitario, resurgimiento de enfermedades de origen infecto-contagiosas y parasitarias, aumento de la pobreza, crisis económicas, entre otros.
La situación de la última década ha provocado un retroceso sin precedentes en la esperanza de vida de los jóvenes venezolanos.
«Estos datos revelan que las mujeres jóvenes perdieron entre 1,00 y 1,06 años de esperanza de vida en las dos últimas décadas, mientras que los hombres jóvenes presentaron una pérdida superior alrededor de 1,40 y 2,42 años en el mismo lapso», puntualizan.
Esto representa un retroceso de al menos tres décadas en los años de esperanza de vida que se habían ganado hasta 2014.