2023: Oposición, Resurrección o condena, por Ángel Monagas
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El país presencia el más bochornoso debate. Por un lado, los defensores no del interinato, esto hay que aclararlo muy bien, sino los aprovechadores del mismo encabezado por Leopoldo López. Quieren la permanencia para seguir la ruta que les ha permitido a muchos cambiar el estilo de vida.
Utilizan razones jurídicas para defender una instancia creada, con un fin, con un objetivo y que a lo largo de cuatro años no cumplió los mismos.
Para nada su interés está en defender la causa de la libertad, sino el sostenimiento de una de las figuras más dañinas a la política venezolana, como lo es la familia López. Los mismos que manejaron las Becas Gran Mariscal de Ayacucho en la época de Pérez, los mismos bajo cuyo arrimo creció un partido amparado en los recursos de Pdvsa. Esa Venezuela no puede continuar.
El asunto no es el gobierno interino. El asunto es la obsesión de un ser que se cree heredero de Bolívar. Que mintió descaradamente al país al señalar que era “torturado”, cuando regresó de la cárcel en mejores condiciones a como ingreso y con la mujer “embarazada” y no por obra y gracia del espíritu santo.
Manipuló la opinión pública un 30 de abril para huir del país y no le importaron los muertos, los presos que dejó tras su decisión desde 2014.
Muchas veces las cosas sabidas se callan y por ello se olvidan. López emergió para disminuir a Capriles en el 2014. El objetivo se logró. Luego, curiosamente después de una conversación con el número 2 del régimen fue preso. Muchos muertos por sus acciones, que hasta hoy no han encontrado justicia. López como Capriles y Guaidó, levantaron un país y lo entregaron, unos más otros menos. Las omisiones en sus acciones los delatan.
Y Guaidó
Su partido era Venezuela Primero. Las siglas se las vendió o negocio con Leopoldo López y surgió Voluntad Popular.
Guaidó fue un accidente. Tras una ausencia y casi en una sucesión similar a la serie “Designated Survivor”, aparece Guaidó. Él estaba en el lugar y momento adecuado, aunque su designación fue muy “sui generis”.
Al bate estaban Freddy Guevara y Luis Florido. El primero no pudo por estar perseguido por la justicia y Luis Florido, muy maltratado por el que mueve los “hilos” en VP, había decidido irse, quedando el vacío que necesitaba Leopoldo, para el ascenso de Guaidó.
Ni Guevara ni Florido eran manipulables. No de la manera de Guaidó, quien es el “muñeco” que mueve la boca del ventrílocuo López. Guaidó puede estar lleno de buenas intenciones, el problema es que actúa como un “dron” manipulado desde España. No tiene convicción propia.
Si toda esta campaña para defender su cargo, la hubiese ejercido para atacar a Nicolás desde el 2019, defender los presos políticos, entre otros, quizá el panorama fuera otro. No hay una sola ejecutoria de su periodo digna de resaltar. Ni la historia lo tomará en cuenta a la hora de hablar de los ex presidentes. Mucho más graves sus “manos derechas”, sus figuras alrededor que poco pueden sustentar su elevado nivel de riqueza actual.
¿Valiente? Probablemente los primeros meses, luego ese hilo se desvaneció. Es el mejor aliado para Nicolás pues su acción es “inocua”, “pusilánime”, “inocua”.
Las “vacas sagradas”
Juristas, intereses de grandes bufetes cuya representación nacional ejercen en el exterior tras los recursos, despliegan una campaña de lo presuntamente “ilegal” de desmontar el interinato.
Algunas figuras que estuvieron relacionadas con el “carmonazo” y con la defensa de connotados corruptos como Vinicio Carrera, por señalar dos casos, prestan su figura para enarbolar la causa de la legalidad. Esto no es un asunto “legal” sino político y de justicia. Señalan que un gobierno parlamentario no existe en la constitución, por lo tanto, no puede desaparecer el “interinato”.
Yo pregunto y ¿quién gobierna actualmente? ¿No es un parlamentario que paralelamente ejerce el poder legislativo y ejecutivo paralelamente? El derecho es fundamentalmente una lógica.
Podemos aceptar que no desaparezca el “interinato”, la pregunta es ¿Por qué tiene que seguir al frente Guaidó? Él no fue electo por el pueblo, ni por consulta ni por ningún mecanismo de índole popular. Él es el resultado de un arreglo político. Prohibido olvidar.
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Quién mece la cuna
La semana pasada señalamos lo que es obvio: ¿Ustedes creen que AD, PJ y UNT se lanzarían a una piscina sin agua del Tío Sam y de la UE?
Los “gringos” nunca lo dirán. La elegancia de su diplomacia jamás los llevará a asumir públicamente la “inutilidad” de Guaidó y su real interés por el tema energético.
Algunos cometas de López señalan que de ser así se lo hubiesen comunicado a Guaidó. Absolutamente falso. Varias veces, no una ni dos ni tres, el gobierno de Estados Unidos se reunió con la gente de Nicolás, obviando a Guaidó.
El debate Debe centrarse en mantener la figura del “Gobierno Interino”, sus razones, su conveniencia, excluyendo a Guaidó o sin la presión de su repetición en el cargo.
Sicariato Moral
El problema es que, ante la realidad, la plataforma de laboratorios en redes creados por Voluntad Popular, el gobierno interino, los medios financiados, han llenado las redes de las más inverosímiles acusaciones. Llegaron a decir que la liberación de Alex Saab era parte del acuerdo, desconociendo la realidad jurídica de Estados Unidos. Los hechos hoy demuestran que eso fue falso. En este ajedrez las piezas blancas las mueve otro, en defensa de sus intereses y eso es comprensible.
Los partidos Primero Justicia, AD-Ramos, Fuerza Vecinal, Un Nuevo Tiempo y otros, han guardado silencio. No se han pronunciado acerca de esta campaña de descrédito a pesar de que la sufren.
Se han cometido errores. Todos. Ahora dados los resultados es necesario reinventar, cambiar la estrategia pues los objetivos no se cumplieron.
Daño colateral
El madurismo contempla con placer los resultados de esta coyuntura. Ellos no buscaron esta situación, pero los beneficiaron. No hubo ningún acuerdo ni reunión, eso es parte de la campaña de desinformación creada.
La oposición quedará más fragmentada cualquiera sea el resultado. Me sorprendo cuando observo voces disidentes y cuestionadoras de Guaidó y que hoy lo defienden. Son parte de su fracción.
El diálogo y sus efectos se ven muy lejos. El 2023 promete ser el año de la resurrección o de la condena.
En medio de largas colas para aprovisionar gasolina, sin agua, sin electricidad, el venezolano superpone las esperanzas, las ganas de que esta tortura termine, el neoliberalismo de Maduro es una farsa y únicamente una sociedad privilegiada tienen acceso a su disfrute.
Confieso que jamás pensé que Guaidó tuviera tan poco espíritu democrático para aceptar la voluntad de la mayoría, equivocada o no, es la misma que lo colocó allí.
También me sorprende la incapacidad del ahora G3 para convencerlo. Para la fecha de elaboración de esta columna, había incertidumbre sobre la fecha de la sesión. De hacerse el 29 diciembre el resultado estaba claro. De hacerse el 3 de enero 2023, la promesa de los zelle empieza a volar. Amanecerá y veremos.
POSDATA: Si yo fuera Nicolás pido elecciones para Julio 2023.
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