Lorenzo Mendoza debería ser candidato presidencial, por Jesús Silva R.
Autor: Jesús Silva R. | @Jesus_Silva_R
Lorenzo Mendoza (LM) parece ser el personaje más querido por la población opositora, por esto debería corresponder el afecto de sus seguidores y lanzarse a Presidente. Luce conveniente examinar con total imparcialidad las características del personaje.
1) Liderazgo político: LM no tiene conocimiento ni experiencia en la lucha política, ni posee equipo político, ni partido propio, sino que depende totalmente de alianzas con «serpientes» como AD, PJ, VP, UNT. Dentro de la oposición, quienes lo apoyen le exigirán su cuota de poder y dinero tanto para la campaña como dentro de su hipotético gobierno. Es estúpido creer que los caudillos de la moribunda MUD aclamarán a LM como un semi Dios o salvador de la patria de forma incondicional y sin imponer condiciones ni exigencias bajo la mesa.
Por su lado, Maduro y Diosdado, así como el alto mando del gobierno tienen un sólido acuerdo de gobernabilidad ya diseñado y una estructura de poder cívico militar totalmente establecida.
2) Oratoria y carisma: en la tropical y coloquial política venezolana se requiere una figura opositora discursiva capaz de confrontar al candidato chavista, deberá ser tajante en el debate nacional cuando haga falta. Si se mantiene en el estereotipo del burguesito bienhablado o el “anti populista” (que no sube cerro) podría desinflarse como una Irene Sáez 1998. Lo cierto es que la mayoría del país desea un líder que muestre coraje en todo terreno del pleito político, mediático y electoral. LM jamás ha dado signos de capacidad en una contienda de esa naturaleza y luce frágil.
En cambio, Maduro tiene calle, 5 años gobernando la nación con apariciones diarias en TV. Es el autobusero, el salsero, el criollo, el sube cerro y caminador de barrio. Nicolás es pueblo.
3) Gerente eficiente: mucha gente imagina que LM puede convertir al país en una gran empresa productiva como Polar y que puede elevar la producción de petróleo como lo hace con su harina y su cerveza (esta última es nociva para la salud). Pero la mitad del país (o un poco más) entiende que no es igual manejar una empresa, que un país. Nótese que el empresario sólo paga sueldo a su obrero (y no se hace responsable por más nada), mientras que la obligación de un Presidente es cubrir todas las necesidades del pueblo (una meta más grande y compleja).
En contraste, Maduro es visto como continuador de las misiones sociales de Chávez para el buen vivir. Se le ve luchando por hallar financiamiento de China, Rusia e Irán, asimismo haciendo limpieza en Pdvsa, recuperando la productividad petrolera, dando impulso a la criptomoneda y la economía diversificada.
4) Generador de empleo: mucha gente cree que LM dirige la empresa privada que más produce puestos de trabajo en el país, la que mejor paga y la que más beneficios; pero miles de personas conocen los grandes conflictos de Empresas Polar contra los sindicatos de trabajadores que año tras año la han demandado en inspectorías y tribunales laborales (realidad que me consta como ex inspector nacional y ex consultor jurídico del Ministerio del Trabajo).
Por su lado, Maduro es mostrado como promotor de «chamba juvenil», los CLAP, frecuentes aumentos de sueldo, inamovilidad laboral, bonos mediante el carnet de la patria, así como otros beneficios. Asimismo, otorga miles créditos a medianas y pequeñas empresas, al igual que préstamos agro productivos.
5) Fama: aunque LM ya es uno de los hombres más conocidos de Venezuela, mucha gente lo ve como un oligarca mafioso que no trabaja con capital propio, sino que chupa millones de dólares del petro Estado venezolano.
Por su parte, Maduro tiene el aparato de propaganda más robusto que haya existido en la historia de Venezuela, el cual lo presenta como «Protector del pueblo», «conductor de victorias» y hace lucir su gestión lo mejor posible.
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