25 Mayo es igual al 27 Julio: Abstención, el enemigo mortal, por Ángel Monagas

¿Cuál sería la manera más óptima para combatir la abstención en Venezuela? ¿Cómo lograr que la gente salga a votar?.
No hay una única respuesta. Intentaremos demostrar que votar es siempre una manera de hacer algo y no soñar despierto con lo que nunca ha sucedido, por ejemplo, en Cuba.
Combatir la abstención en Venezuela implica enfrentar una combinación de desconfianza, frustración, miedo, desinformación y falta de alternativas claras. Para lograr que la gente vote, especialmente en un contexto autoritario como el venezolano, se necesita una estrategia integral, realista y emocionalmente potente.
1. Reconstruir la confianza en el voto como herramienta de cambio
Problema: Muchos piensan que «el voto no sirve» porque el régimen ha manipulado resultados o desconocido victorias.
Solución: Mostrar ejemplos concretos de triunfos opositores (Gobernaciones en el pasado, alcaldías, AN 2015) como resultado del voto.
Promover auditorías y observación electoral nacional e internacional, incluso en condiciones limitadas.
Comunicar claramente cómo funciona el sistema electoral y dónde están los puntos débiles y fortalezas.
2. Unificar el mensaje opositor
Problema: La división entre partidos y líderes genera confusión y apatía.
Solución: Impulsar una unidad real con una sola narrativa: «Votar es un acto de resistencia».
Que todos los líderes —incluso los más críticos— transmitan un mensaje común: «Hay que votar, organizarnos y defender los votos».
3. Involucrar a líderes comunitarios y referentes locales
Problema: La gente no se moviliza por campañas generales o figuras lejanas.
Solución: Activar redes locales, líderes vecinales, iglesias, movimientos sociales. Promover campañas cara a cara, con gente que inspire confianza en sus comunidades.
4.Campañas emocionales y simbólicas
Problema: El mensaje racional no es suficiente; la gente necesita razones personales y emocionales.
Solución: Mensajes que apelen al amor por los hijos, la familia, el país: «Votas por tu mamá, por tu futuro, por no irte del país».
Usar testimonios reales, especialmente de jóvenes y migrantes que desean regresar.
5. Contrarrestar la desinformación en redes y WhatsApp
Problema: Muchos se abstienen por rumores de fraude o de que «ya todo está decidido».
Solución: Crear y distribuir contenidos claros, simples y verificables que desmonten esas narrativas.
Usar influencers, periodistas independientes, y líderes religiosos o deportivos.
6. Facilitar el voto: logística y seguridad
Problema: El transporte, la inseguridad y el miedo a represalias impiden votar.
Solución: Organizar «comandos familiares» o «comités de movilización vecinal» para llevar a la gente a votar.
Crear redes de acompañamiento para protegerse de represalias o intimidación.
Asegurar alimentación, transporte y protección en zonas rurales o de difícil acceso.
7. Incluir a la diáspora como motor de movilización
Problema: Millones de venezolanos fuera del país no pueden votar, pero sí influir.
Solución: Activar campañas desde el exterior para motivar a los familiares que aún están en Venezuela.
Financiar acciones logísticas, campañas de información y presión internacional.
Conclusión: La abstención no se combate solo con decir «hay que votar», sino haciendo del voto un acto de rebeldía, esperanza y utilidad. Se requiere unidad, emoción, pedagogía y logística. Lo óptimo no es solo una campaña, sino una movilización nacional desde abajo hacia arriba. Y todo comienza por responder con hechos la gran duda de la mayoría: «¿Y para qué voy a votar, si igual Maduro se queda?»
Ahí está la clave.
Lamentablemente los líderes y dirigentes que participaron, nunca llamaron a votar. No motivaron el acto, no inspiraron el hecho de una elección que podía facilitar algunas trincheras contra el chavismo.
Se confió en la fuerza de la imagen de determinadas figuras y eso no resultó.
Hoy el tiempo y las circunstancias conspiran contra un resultado distinto. No es imposible ciertamente. Si es cuesta arriba y para montarse en esa loca otras precisiones estratégicas deben hacerse.
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Lo que nunca pensamos y por las razones que fuera, hoy veremos un Chacao, una Baruta, un Hatillo, con gobiernos locales de izquierda, comunistas de la peor escuela: La cubana.
De nada vale buscar culpables, lo importante es buscar soluciones.
Lo que nos preocupa a muchos es que los que decidieron no votar, mañana será tarde para arrepentirse.
Es bueno soñar en una salida distinta a la electoral. Lo malo es desecharla en espera de lo que tenemos más de 20 años esperando.
Ángel Monagas es abogado y comunicador.