Pino Iturrieta: la mirada del mundo está pendiente de nuestros problemas
El historiador Elías Pino Iturrieta señala que en Venezuela han ocurrido cuatro crisis severas: la que produjo la guerra de independencia, la de la Guerra Federal, el gomecismo y la actual. De las tres anteriores el país salió, por lo que no duda de que también superará la actual
Autor: Esperanza Márquez |@espemar
Elías Pino Iturrieta escritor, profesor e historiador. Es individuo de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela y Editor Adjunto del diario El Nacional. Con gran sentido del humor y destacado twitero.
–¿La crisis que estamos viviendo los venezolanos en estos últimos tiempos se puede comparar con alguna de otra época del país?
–Venezuela ha tenido crisis severas, quizá las comparaciones sean riesgosas, pero conviene hacer memoria de que las tuvo y las tuvo peores. Así, por ejemplo, en la crisis de la Independencia el país quedó arrasado; en la crisis de la Guerra Federal el país quedó arrasado y, por último, en la tenebrosa época de Gómez el país quedó hecho un guiñapo. De manera que hemos tenido tres crisis severas e históricamente esta sería la cuarta, pero la pregunta sirve para decir lo que yo creo debe ser fundamental: en todas las crisis anteriores Venezuela salió, se recuperó de la Independencia, se recuperó de la Guerra Federal y se recuperó de la oscuridad gomecista ¿Por qué no se puede recuperar entonces del agujero actual, por qué no puede salir? Yo creo que si lo hicieron los antepasados ellos mismos sin la ayuda foránea, nosotros también lo podemos hacer, más aun cuando la mirada del mundo está pendiente de nuestros problemas.
–¿Cómo podremos salir de esta crisis que ya es una tragedia?
–Esa es una pregunta de muy difícil respuesta, el cómo se va produciendo día a día, hay un momento en que las aguas salen de cauce, que lo que era resistible deja de serlo, eso no tiene plazos, históricamente se hace cuando se tiene que hacer. El punto está en que sabemos que se hizo y ninguna de las crisis anteriores tenía plazo fijo, ninguna estaba marcada en un día determinado del calendario, pero se dieron en la realidad y si eso pasó debería pasar así ahora. La historia no se repite, pero las crisis habitualmente se superan, ponerles fecha es muy difícil especialmente si se lo preguntas a un historiador. El historiador puede “pronosticar” el pasado, pero jamás el futuro.
–¿Cuál debería ser el papel de los militares en esta crisis?
–Es principal, por razones obvias. Históricamente han tenido el poder supremo, han controlado las situaciones políticas esenciales de la vida venezolana y en este momento controlan la vida pública como jamás la habían controlado y, por consiguiente, tienen mucho que perder y también tienen mucho que ganar si vuelven a la raíz republicana liberal que ha sido esencial en la historia venezolana. Aquí estamos en un dilema extraordinario: los que tienen todo el poder, los militares ¿Lo van a dejar?, los que tienen todo el poder ¿Van a reflexionar para volver al hilo de la madeja fundamental de la República? Ese es el problema esencial que ellos tienen porque la sociedad les pide que participen, pero seguramente la sociedad les está pidiendo lo que la militarada no puede dar, se quedan ahí como expectativa, como presencia y en ninguna situación como respuesta inmediata.
–A los venezolanos nos encanta votar, pero votar en esta situación que estamos no sé si se justifica y menos un llamado a elecciones adelantadas y ahora post puestas. ¿Cuál es su reflexión al respecto?
–Evidentemente que no hay ninguna justificación de naturaleza legal, pero tampoco de naturaleza moral, este es un problema de manipulación del Ejecutivo que pretende el continuismo y que se aprovecha de la servidumbre del Consejo Nacional Electoral (CNE) que es parcial y tendencioso y lo ha demostrado de manera sobrada frente a los ojos de toda la sociedad venezolana. Entonces no existe ninguna lógica que permita aceptar una invitación a participar en una mascarada de esta naturaleza. A nadie en su sano juicio le puede pasar por la cabeza que puede ganar unas elecciones presidenciales Nicolás Maduro y Nicolás Maduro convoca elecciones a través de un organismo fraudulento e ilegal que es la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y la sensación indiscutible es que están montando un fraude y frente a los problemas críticos de naturaleza económica y de sobrevivencia que tiene la sociedad venezolana, tienen que adelantar un proceso al cual le quieren dar algún viso de legalidad que no puede tener.
–¿Por qué ahora posponen las elecciones menos de un mes?
–Porque el panorama internacional está muy revuelto, creo que muy rara vez se ha mirado tanto a Venezuela desde afuera como ahora. Quizá desde el año 1902 cuando hubo el bloqueo de Venezuela bombardearon los puertos y entonces los Estados Unidos llamaron la atención y se fijaron los ojos en Venezuela, después la rutina no permitió o no invitó a ojos extranjeros. Ahora la crisis hace que ojos extranjeros miren con más meticulosidad todo y, por consiguiente, ellos quieren darle a la mascarada algún viso de honradez, de honestidad y por eso alargan el proceso para que pueda haber campaña, como para que se simule un pugilato que no va a existir.
–¿Estamos a las puertas de una explosión social verdadera y no como aquella del 27 de febrero que sabemos que fue impulsada por Chávez y su gente?
–Los sucesos del Caracazo no fueron masivos, estuvieron localizados en algunos lugares específicos, no se atentó contra la propiedad privada de los poseedores de la riqueza, sino contra el abasto próximo y las ventas de licores, por ejemplo, de manera que hablar de movimiento popular en ese momento es falsear la realidad. Tampoco había circunstancias apremiantes para que se produjera un movimiento popular. Ahora es distinto, ahora los problemas relacionados con la alimentación, con la salud, con el hecho de que el dinero no alcanza para comprar productos del mercado apuntan a que por primera vez ocurra un levantamiento popular por la sobrevivencia, va a llegar un momento para la gente, todavía no, que no van a poder llevar alimentos a su casa, no van a poder atender las necesidades más apremiantes de los niños, de los ancianos y si el Gobierno no hace nada como no ha hecho hasta ahora, evidentemente todo se orienta a una explosión, eso lo dice la lógica, eso está en el panorama próximo y creo que por eso adelantan las elecciones porque si las hacen más tarde, después de mayo, junio, se van a encontrar más espinas de las que jamás ha tenido la sociedad venezolana.
–¿El panorama del país pinta mal?
–El panorama pinta mal, es penumbroso, como son situaciones que no hemos vivido los venezolanos en la segunda mitad del siglo XX y comenzando el Siglo XXI estamos ante acontecimientos muy inéditos ¿Cómo vamos a responder situaciones que no hemos vivido y que no vivieron ni nuestros padres ni nuestros abuelos? Ellos no nos pueden dar lecciones porque no tuvieron necesidad de hacer algo, entonces uno tiene que, como sociedad, inventarse todos los días la sobrevivencia hasta que llegue un momento en que esa sobrevivencia no se pueda inventar y allí tiene que venir el abismo, tiene que venir el despeñadero.
–¿Cómo debería ser la ayuda internacional?
–Ningún gobierno ha sido tan observado en América Latina ni siquiera en las épocas de las dictaduras como es el caso del régimen de Maduro. En algún momento se hicieron miradas a vuelo de pájaro provocadas por la Doctrina Betancourt, porque se focalizaron, se concretaron en la posibilidad de aislar a tres o cuatro dictaduras espantosas. Eso no condujo a nada, ocurrió la expulsión de Cuba de la OEA pero nada más, que haya ahora un movimiento provocado en la OEA, en la ONU, en la Unión Europea, monitoreado por la gran prensa del mundo todos los días, jamás había ocurrido, estamos ante una lupa que jamás nos había mirado y a la vez el Gobierno ante una presión que nunca había tenido ni siquiera el de Cipriano Castro. Entonces, tenemos un ingrediente nuevo, insólito que se incorpora a nuestra vida, a nuestra tragedia que tiene que llamarnos la atención por su trascendencia. Por primera vez la historia de Venezuela está acompañada, por primera vez la tragedia de la sociedad venezolana tiene compañía y compañía importante: el Whashington Post, New York Time, Le Monde, El País de Madrid, el Parlamento Europeo, la Televisión Italiana, la televisión alemana no deja día sin transmitir algo importante sobre Venezuela y todo esto es importantísimo y provocado por la tragedia que este régimen ha multiplicado.
–¿Usted cree que vale la pena que le pregunte sobre Henry Falcón?
–Vale la pena en la medida en que es una muleta para la imposible credibilidad de la candidatura de Maduro. Es bueno decir que el Gobierno tiene muletas y para moverse bien compra muletas. Yo no quiero afirmar que lo compraron, pero no tiene posibilidades de acercarse a un mínimo promedio que le permita ser competidor, derrotado estrepitosamente en su proyecto de continuar como mandatario regional, si ni siquiera gana en Quíbor, cómo puede presentarse como candidato nacional. Es una candidatura que se le ve la costura, es bueno decirlo, hay que minimizarlo, no va a ganar, pero a la vez hay que llamar la atención sobre cómo eso puede ser cómplice de todo este sainete que está montando el gobierno.
–¿El chavismo ha creado un nuevo venezolano, un nuevo hombre?
–El nuevo hombre no existe, eso lo planteó Savonarola, las utopías de Moro en la época del Renacimiento y también era un sueño tenebroso de la Inquisición. Ese era el parto que ofrecía la Unión Soviética. Si se entiende por hombre nuevo el que piensa, que se enfrenta con autonomía a la realidad, se fabrica desde el individuo, se fabrica desde la manera cómo el hombre reacciona frente a la solicitud de su ambiente, pero no a través de un lavado de cerebro, de uniformar ideas y tratar de metérselas a la cabeza a una multitud, pueden ser autómatas, pero gente distinta no existe, no ha existido nunca, el hombre es como es desde el comienzo de la humanidad. Sería terrible que nos uniformaran y trataran de hacer un hombre nuevo que no puede existir jamás. Ellos pretenden que seamos borregos, que seamos autómatas.
–¿Hay esperanzas?
–Mientras tú y yo estemos hablando, manejando ideas, diciendo lo que todavía se nos permite decir, hay esperanzas; mientras tú preguntes pensando tus preguntas y yo trate de contestar con honradez, hay esperanzas y yo creo que eso le está pasando a cada venezolano, porque cada venezolano se las está viendo negras a solas y al verse así piensa a solas, inventa cosas, sale a la calle a procurarse la vida y al hacerlo ayuda al bien común y esa es la idea. El bien común que se forma por las cotas individuales, mientras las cotas individuales estén tratando de ganarse la vida, hay esperanzas. Mientras tú preguntes y yo conteste, mientras tú y yo hablemos con lo que consideramos la lengua y la cabeza de la honradez, hay esperanzas.
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