378 migrantes venezolanos fueron asesinados en la frontera con Colombia desde 2017
El informe «Sin Dios ni ley» señala además que «71 niños, niñas y adolescentes han sido vinculados a algún grupo armado ilegal, 71.561 personas han sido expulsadas forzosamente y 203 han sido secuestradas»
Al menos 4.911 personas fueron asesinadas en los últimos siete años en la frontera entre Colombia y Venezuela donde se intensifica la guerra entre distintos grupos armados ilegales, según un informe publicado el lunes en Bogotá por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares).
Según el estudio «Sin Dios ni Ley», que analizó el periodo comprendido entre 2012 y 2019; de los asesinados, 378 eran migrantes venezolanos y sus crímenes ocurrieron entre 2017 y 2019.
«La actual dinámica de seguridad en la frontera presenta un recrudecimiento de la violencia y el incremento de los escenarios de riesgo tanto para la población migrante como para la población colombiana que reside o transita en esta zona del país», señala el documento.
El informe señala además que «71 niños, niñas y adolescentes han sido vinculados a algún grupo armado ilegal, 71.561 personas han sido expulsadas forzosamente y 203 han sido secuestradas».
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Frontera convulsa
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera terrestre de 2.219 kilómetros que abarca desde la zona desértica del norte de ambos países hasta las selvas del Orinoco y el Amazonas, en el sur.
Por esa frontera transitan contrabandistas de gasolina y mercancías, así como traficantes de drogas y armas, sin que las autoridades hayan podido controlar los pasos ilegales, situación que se agrava con la ruptura de relaciones diplomáticas ordenada hace casi un año por Nicolás Maduro.
El informe revela que en esa frontera operan 28 organizaciones armadas ilegales, entre ellas el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tras la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) quedó como el mayor grupo guerrillero de Colombia.
«Estructuras como las del ELN y los Grupos Armados PostFarc (GAPF) pueden identificarse a lo largo de los siete departamentos fronterizos, concentrándose especialmente en los de Norte de Santander, Arauca y Vichada», precisa el documento.
Terreno de bandas criminales
Entre la múltiple presencia criminal también hay 13 grupos de alcance regional como el Ejército Popular de Liberación (EPL), considerado por el Gobierno como una banda criminal, bandas criminales como Los Rastrojos o el Clan del Golfo, y disidentes de las FARC.
En la frontera se mueven además «14 organizaciones criminales de carácter transnacional como los pranes (líderes de bandas que operan desde cárceles venezolanas) y el Cartel de Sinaloa».
Un alerta similar dio el pasado 22 de enero la organización Human Rights Watch (HRW) al presentar en Bogotá un informe en el que aseguró que los habitantes de una amplia franja de la frontera entre Colombia y Venezuela se encuentran sometidos a un «feroz control» de grupos armados ilegales que operan con total «descaro» e impunidad.
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En el informe «Los guerrilleros son la policía: Control social y graves abusos por parte de grupos armados en el departamento colombiano de Arauca y el estado venezolano de Apure», documenta crímenes cometidos en esa zona por el ELN, de una disidencia de las FARC y de las venezolanas Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN).
Disputas
El informe de Pares también señala que hay territorios en disputa en una guerra abierta entre actores ilegales que generan violencia y desplazamiento de comunidades.
«Por ejemplo, una disputa de carácter regional que involucra al ELN y al EPL en Norte de Santander en dos zonas: el Catatumbo y el área metropolitana de Cúcuta», la capital regional, aunque en esta última «hay otros actores que intervienen», dice Pares.
La región del Catatumbo, una de las más convulsas de Colombia, está conformada por los municipios de Tibú, El Tarra, Sardinata, El Carmen, Convención, Teorama, San Calixto, Ocaña, Hacarí, La Playa, Ábrego y Bucarasica y en ella los grupos armados ilegales se disputan el territorio para controlar la cadena del narcotráfico.
Como muestra de su poder en la zona el ELN anunció en el Cataumbo que del 14 al 17 de este mes hará «paro armado» de 72 horas.
Añade el informe que en esa guerra sin cuartel, «el ELN se ha aliado con una serie de colectivos venezolanos y el EPL se ha aliado con el Clan del Golfo y bandas locales para resistir la ofensiva del ELN».
El documento advierte que «hay espacios en una tensa calma pero se prevén disputas en los próximos meses» porque los diferentes grupos surgidos tras la desmovilización de las FARC, como las disidencias, «se están reagrupando en al menos tres organizaciones de tipo regional y la disputa es inminente».
Esto, porque las disidencias se han agrupado en torno a varios jefes de esa antigua guerrilla, como Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», quien fue número dos de las FARC y encabezó el equipo negociador en los diálogos de paz con el Gobierno.
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