50 años de magisterio: Ana Dolores Chávez Ríos de Mijares, por Rafael A. Sanabria M.
Mail: [email protected]
Su palabra firme, bondadosa y justa, no necesita recurrir a frases imperativas, le basta exponer sus puntos de vista, señalar el escollo, indicar el rumbo. Su sencillez como maestra no concilia con la ostentación, es recta y verdadera en su prédica, sus cientos de estudiantes son conocedores de su intachable práctica docente.
Ana Dolores, maestra en las aulas y en las calles, mística sólida y vocación inquebrantable, forjadora de varias generaciones de venezolanos, ejemplo de un magisterio probo, ciudadana de elevada sensibilidad social y energía moral, siempre ha tenido como norma aunar la disciplina del espíritu con las de la vida práctica.
Relatar su vida es hacer el recuento de una límpida hoja de servicio que se resume en una obra hermosa, digna y altruista.
Mujer de vasta cultura humanística, de avasallantes vuelos creativos. Sin duda alguna tiene un puesto bien ganado entre los educadores consejeños.
Ha sido durante 50 años tribuna para la docencia, abnegación y consagración para amar a su terruño con su peculiar estilo de mujer culta y sencilla.
La acción educativa de Ana Dolores se extiende hasta muchos lugares de Venezuela de donde fluyen numerosos alumnos atraídos por el prestigio de la eminente educadora, perseverante sembradora, de sus aulas salieron una legión de brillantes profesionales enalteciendo en el tiempo la carrera docente.
Su experiencia de cinco décadas, sus afanes culturales y su don de bien recogen el panorama educativo consejeño como una herencia muy valiosa y dignificante para el magisterio venezolano.
*Lea también: Paradojas, por Gisela Ortega
La maestra de letra bonita e impecable, es guía y sendero, horizonte y meta de promoción de hombres, es huella perdurable, ejemplo vivo y hermoso para todos los venezolanos de buena voluntad.
En El Consejo, decir la maestra Ana Chávez es decir labor tesonera y constante. Es escuchar la voz que a diario infunde amenidad a sus clases, sencillez en sus explicaciones. En los actos culturales resuena su esencia de maestra y gana el aplauso incesante del auditorio.
Es una consecuente militante de la educación, honrada trabajadora, en quien no se ha hospedado la pereza, ni física ni intelectual. Todos los que la conocemos le reconocemos su laboreo escolar, donde ha escrito hermosas páginas de apostolado docente y patriotismo eficaz.
Recordar a la maestra Ana Dolores en nuestra inolvidable Escuela Juan Úslar, es una digna lección, por su gran humildad su sobrado espíritu cristiano, su demostrada férrea voluntad para el trabajo, su constante disciplina intelectual, su infinita modestia —propia del sabio— su condición pacífica, creativa y su don para cultivar las artes manuales.
Nació en El Consejo el 25 de octubre de 1954, hija del modesto hogar de Juan Vicente Chávez Rojas y Virginia Ríos Blanco. Sus hermanos: Juan Vicente, Carmen Virginia, Rosario, Francisco, Pablo, Elba, Manuel y Domingo Chávez Ríos. De prosapia muy antigua en la población de El Consejo, tanto por la rama paterna como materna.
Es descendientes de los Chávez, asentados en nuestra localidad desde 1848, de cuya parentela emergieron hombres que abrazaron las armas y fueron jefes civiles de El Consejo.
De igual forma es pariente de los Albarrán Chávez, familia de músicos, promotores y responsables de la tradición del Nazareno en Semana Santa y líderes de nuestro poblado. Por la rama materna, los Blanco, asentados en la población desde 1809, de acuerdo a entrevistas hechas a las señoras (2012) Carmen Agudo Hernández y Carmen Ferray de Blanco quienes narran: «Gerónimo Blanco (manumiso) era hijo de José Tomás Boves», este tatarabuelo de nuestra biografiada. De igual forma, tiene estrecha familiaridad con la familia Vollmer, pues sus tíos Carlos y Luis Blanco eran hijos de don Alfredo Vollmer.
Cursa sus estudios de primaria y normal en el Colegio Inmaculada Concepción de La Victoria. Allí culmina su carrera docente el 31 de julio de 1971, donde obtiene el título de maestra normalista, siendo aún menor de edad. Fue integrante de la última promoción de maestras normalistas. Cursa estudios superiores en la Universidad Nacional Abierta de donde egresa con el título de Licenciada en Educación mención Ciencias Sociales (2000).
Hereda la docencia de su madre, quien fue maestra de la Escuela Federal Juan Úslar en la década del 40, además de haber sido la reina del Carnaval de El Consejo en 1944.
Empieza su labor docente haciendo suplencias en el Grupo Escolar Juan Úslar y en otras instituciones. Labora en el Colegio Brito de La Victoria desde 1973 hasta julio de 1979. Posteriormente llega en octubre de 1979 a la Escuela Juan Úslar, donde ejerce un magisterio intachable hasta el año 2003 cuando fue jubilada, después de haber dedicado más de dos décadas de fructífera labor a la enseñanza. Una vez jubilada y en su afán de seguir construyendo país, ingresa a la nómina de la Unidad Educativa Privada Colegio Santa Teresa, donde aún se mantiene de pie día a día, forjando voluntades para Venezuela.
Es miembro correspondiente de la Sociedad Bolivariana de Venezuela capitulo El Consejo y miembro correspondiente de la Cruz Rojas de Venezuela. Fue pionera junto a otros maestros en la conformación del Consejo de Protección del Niño y Adolescente del Municipio José Rafael Revenga.
Contrae nupcias con Francisco José Mijares Padrón, el 23 de julio de 1977. Fruto de su unión nacen: Gabriela y Marinés Mijares Chávez. La maestra Ana, como se le llama cariñosamente en el pueblo, es una obra benemérita reconocida por estudiantes, colegas y la colectividad general. Celebrar tu magisterio es de justicia y de grata satisfacción.
Ejemplo notable para la juventud venezolana, educadora de consagrados méritos. Es mucho lo que la educación venezolana debe a Ana Dolores Chávez Ríos. Ana ha honrado al gremio, ha prestigiado a la administración pública y ha cumplido cabalmente con el sistema educativo. Como persona y profesional, excelente compañera, orientadora de juventudes, solidaria y norte para los que se inician en el magisterio.
Tu voz ha sido guía y lección, tus gestos son camino y fecundidad.
Por la coterraneidad y mi amistad franca y sincera de tantos años, celebro con humildad tus 50 años de maestra, porque reconozco en ti tu humanismo, tu límpido nombre, tus huellas y tu obra de maestra y de cívica proyección.
Brindo por ti, para que Dios te conceda salud y más días de magisterio.
¡Salud!
Te llevo en alto. Eres la Venezuela que avanza.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo