Henri Falcón: con la MUD puede ser juntos, pero no revueltos
Henri Falcón logró convertirse en una figura nacional, su partido creció, pero no logró capitalizar el gran descontento que todas las encuestas señalan que existe en el país por lo que tiene que reinventarse
¿Usted está dispuesto a regresar a la Mesa de la Unidad Democrática? La respuesta, de Henri Falcón, sorprende por lo tajante: no. Las heridas de la última confrontación están todavía muy recientes y, parecen, ser parte de la razón para la negativa del exgobernador de Lara a regresar al redil de donde salió en febrero pasado.
Es cierto que se venía sintiendo incómodo desde unos meses antes, cuando fue ignorado para las conversaciones que se produjeron en República Dominicana. Falcón rememora el episodio y precisa que no se puede estar en una alianza donde cuatro partidos -en referencia a AD, UNT, PJ y VP- toman las decisiones sin consultarlas con los demás.
Al señalársele que la principal discrepancia desapareció cuando el propio Falcón desconoció las elecciones del 20 de mayo, hace un símil con una empresa en la que hay tres sindicatos y donde cada trabajador es libre de afiliarse al que considere más conveniente para sus intereses. Ahora su “sindicato” es la nueva plataforma unitaria que está en gestación y en la que participan los partidos que respaldaron su candidatura presidencial.
El exgobernador de Lara no descarta coincidencias con sus antiguos aliados de la MUD, pero su consigna parece ser: podemos llegar a estar juntos, pero revueltos no. Su ruta sigue siendo la constitucional, democrática, pacífica y electoral, pero con otro Consejo Nacional Electoral, donde no esté Tibisay Lucena ni las otras tres rectoras.
Para unos nuevos comicios, tampoco acepta puntos rojos, “ni de ningún otro color”, a ninguna distancia del centro de votación. Ni tampoco un presidente de la República que compra votos, ni centros de votación que cierran cuando al PSUV le da la gana. Todos esos aspectos, y más, estuvieron en el acuerdo que suscribió y que el CNE no hizo cumplir, precisa.
Su nombre está a la orden para volverlo a intentar, pero por ahora sus energías están dedicadas a denunciar el “fraude” y a intentar consolidar la nueva alianza. Los primeros pasos de esta nueva entente no han sido muy auspiciosos, en cuanto a actuar de manera conjunta, pues si bien habían alcanzado un acuerdo en relación a posibles negociaciones con el Gobierno, éstas se producirían una vez liberados los presos políticos.
Pedro Pablo Fernández -de Copei- jugó adelantado, pero Falcón no lo recrimina. Le parece una decisión autónoma y, por lo tanto, respetable de uno de los partidos que integran la entente. No rechaza que eso afecta la coherencia que se debe tener, pero lo deja pasar. Hay que terminar de concretar la alianza.
Debe reflexionar
Falcón no logró despertar el interés nacional, dice el politólogo y profesor universitario Jesús González sobre la candidatura del exgobernador de Lara. No pudo capitalizar ese enorme descontento que reflejan las encuestas, agrega. “Tiene que reinventarse, porque tiene una base que viene a ser la mitad de la que votó en el último proceso electoral nacional por la oposición y eso no es nada despreciable, creo que creció en estructura”.
En el balance que hace el politólogo Piero Trepiccione, sobre la incursión electoral de Falcón el pasado 20 de mayo, estima que ganó un espacio nacional que no tenía, pero “su candidatura pierde todo el esfuerzo que se había tejido alrededor de la de Henrique Capriles, que se logró un impulso importante desde la MUD. Creo que de alguna manera se generó una fractura que no es definitiva, pero que está allí y hay que corregirla inmediatamente si se quiere evitar que siga causando daños en el liderazgo opositor del país”.
La unidad la estima imprescindible Trepiccione, y considera lo más sensato y obligatorio en las actuales circunstancias recomponerla y el regreso de Falcón a ella. “Cualquier político venezolano que quiera asumir a motu proprio los deseos de cambio del país hace un mal cálculo político”.
Lo ocurrido el 20 de mayo y las semanas anteriores fue un mensaje que envió el 75% del país que está descontento y que necesita ser encausado en términos unitarios, precisa Trepiccione, para quien “los egos deben guardar silencio y dar paso a una configuración más colectiva, más organizada a modo de concertación. Seguir con parcelas de poder o con ambiciones personales podría llevar la crisis política y económica del país a estadios aún peores de lo que estamos viendo actualmente”.
González tiene otra visión sobre este punto. “El tema no es la unidad por la unidad, intentar buscar la racionalidad en un momento en que el país está teniendo comportamientos irracionales es bien difícil. Hay que elaborar un plan racional que permita construir una fuerza que pueda presentar una alternativa política, algo que debe hacer toda la dirigencia opositora. La unidad por la unidad no sirve para nada”.
Estima que participar en las elecciones fue una política correcta, pues permitió presentarles propuestas a los venezolanos. “Siempre que la oposición se ha organizado ha demostrado que puede dar la pelea”, precisa González.
Saldo organizativo
Luis Augusto Romero, secretario general de Avanzada Progresista, hace balance y repite una frase muy común en las organizaciones políticas después de unas elecciones: hay que establecer cuál fue el saldo organizativo. Cree que Falcón logró consolidar su liderazgo a nivel nacional y, por otra parte, Avanzada Progresista dejó de ser un partido regional para transformarse en uno nacional con presencia en los 24 estados y en casi todos los municipios del país.
Lo que considera un avance tiene que ser consolidado y en eso están los dirigentes nacionales de la organización. A lo anterior une el ingreso de algunas personalidades al partido, lo que debe concretarse en los próximos días, avisa Romero.
Sobre la nueva plataforma unitaria, señala que tiene algunas definiciones por acordar, algunos puntos que consensuar, pero una de las propuestas de disolver todos los partidos que la conforman y crear uno nuevo fue desechada. Cada uno mantendrá su independencia y buscarán actuar lo más consensuadamente posible, apunta Romero.