556 años de Nuestra Señora del Buen Consejo, por Rafael Antonio Sanabria Martínez
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Según reporta oficialmente la Iglesia católica: el 25 de abril de 1467 en Genazzano, Italia, se apareció en su cielo la Virgen de Nuestra Señora del Buen Consejo. Su imagen, de dos palmos de altura y uno y medio de ancho, pintada en una simple capa de pared que no tiene por detrás ni apoyo ni sostén de ninguna clase, se conserva intacta desde 1467.
Es admirable que esa imagen cambia de aspecto y color, apareciendo ya alegre, ya triste, ya pálida, ya sonrosada, ya risueña o ya llorosa, según que anuncia bendiciones o desgracias. Tal es la historia de la aparición de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano.
En Venezuela se conoce y propaga esta advocación gracias a las comunidades agustinianas e Hijas de María Auxiliadora quienes la divulgaron y aconsejaron como remedio a las diversas necesidades del pueblo creyente y de manera especial a través de la Obra del Buen Consejo, que dirigía la congregación salesiana Hijas de María Auxiliadora.
Algunos sitios donde la veneran son: la parroquia dedicada a ella en Caracas (cuyo templo está muy cerca de la estación Zoológico del Metro de Caracas), la parroquia del Carmen en Catia, en San Antonio de los Altos con las hermanas Salesianas y en El Consejo, Aragua, donde incluso el nombre de la población deriva de ella. Su festividad se celebra el 26 de abril aunque se aparición fue el 25, parece ser para que no chocara con la fiesta de san Marcos Evangelista, que también se celebra ese día, se optó por celebrarla en día 26 abril.
Las fiestas patronales se realizaban en El Consejo en honor a los patronos de las haciendas y se daban como un acto de agradecimiento de los campesinos hacia estos; sin embargo, el motivo del cambio de la celebración nace en el siglo XVIII, cuando se funda El Consejo, el 24 de enero de 1777. Lo anterior es afirmado por el cronista de La Victoria Germán Fleitas Núñez.
Cuatro años más tarde, en 1781, cuando el obispo del momento visita el pueblo, deja testimonio de las acciones realizadas por el cura, donde los campesinos pasaban a tomar parte en los actos religiosos. Según se cuenta, para la época ya se veneraba a la Virgen, de allí que la celebración de los patronos se transformó en solemnes fiestas litúrgicas en honor a la patrona. Con el tiempo, las celebraciones en honor a la Virgen se hicieron tradición.
Haciendo referencia a la celebración en la población a las fiestas patronales en honor a la Virgen del Buen Consejo, se conoce como producto de las investigaciones de Enrique Bernardo Núñez recogidas en su libro La ciudad de los techos rojos, que la virgen del Buen Consejo se venera desde la fundación del pueblo en 1777, cuando la monja María Josefa del Buen Consejo, hija del Conde de Tovar y nacida en la población, le pide a su padre que traiga a El Consejo la imagen de la Virgen del Buen Consejo de Genazzano, Italia.
Para el año 1782, luego de un año de noviciado, María Josefa del Buen Consejo, ya entonces sor María Rosa de San José de Tarbes, renuncia a sus bienes y los distribuye en donaciones a la iglesia del Buen Consejo y a sus padres, posteriormente el 24 de agosto recibe el velo negro y es entonces, ese mismo día, que empiezan las fiestas patronales de El Consejo. Posteriormente, la fecha de celebración se trasladó hasta el 8 de septiembre, no se conoce el momento real del cambio para coincidir con la Natividad de la Virgen María.
El 8 de septiembre de 1913 fue fundada la Sociedad de Nuestra Señora del Buen Consejo, que se mantuvo hasta 1924 y luego reinstalada en 1938. Esta agrupación siempre mantuvo su instinto de religiosidad para dichas festividades, es un símbolo histórico en la aldea consejeña, por su constancia y preocupación por las solemnes fiestas patronales.
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La imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo que sale a la calle en procesión fue traída de Italia en el año 1954. Esta reseña histórica sobre esta institución lleva el propósito de darnos a conocer datos interesantes sobre esta privilegiada sociedad de relevante trayectoria. Un numeroso grupo de personas ocupan páginas históricas en esta sociedad que años tras año, con esfuerzo y dedicación se esmeran por la celebración de las festividades. Esta sociedad sigue enarbolando banderas que identifican la esencia de religiosidad en El Consejo y constituye ejemplo de fe y abnegación hacia la Virgen bajo está advocación.
El himno a la Virgen del Buen Consejo fue escrito por la profesora Josefina de la Cruz de Balbo en 1953, cuando ella fue ascendida como presidenta de la Sociedad de Nuestra Señora del Buen Consejo y se lo entregó a don Roque Ayala para que le pusiera música. Es así como nace el himno de Nuestra Señora del Buen Consejo. Más tarde lo cantaban las socias cada 8 de septiembre. Su estreno se realizó el 8 de septiembre de 1957, de acuerdo con los acordes de la Banda de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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