¿El gobierno de Estados Unidos reconoció a Nicolás?, por Ángel Monagas
Con base en la diplomacia moderna: Para muchos, negociar es lo mismo que reconocer.
No necesariamente. En la diplomacia moderna, negociar y reconocer son conceptos relacionados, pero no son lo mismo.
Negociar implica un proceso de diálogo entre dos o más partes con el fin de alcanzar un acuerdo o resolver una disputa. La negociación puede darse sin que haya un reconocimiento formal entre las partes, especialmente en conflictos internacionales donde una nación o grupo no es reconocido oficialmente por la otra parte, pero aun así se entablan conversaciones para alcanzar ciertos objetivos.
Reconocer, en términos diplomáticos, significa aceptar oficialmente la legitimidad o existencia de un gobierno, un territorio o una entidad política. El reconocimiento puede ser de facto (en la práctica) o de jure (legalmente).
Un ejemplo claro es el caso de las relaciones entre Estados que no se reconocen mutuamente pero negocian temas específicos, como ocurre con China y Taiwán, o Estados Unidos e Irán. Pueden negociar acuerdos comerciales, de seguridad o humanitarios sin que esto implique un reconocimiento diplomático formal.
En conclusión, negociar no siempre implica reconocer, aunque en algunos casos, la negociación puede ser un paso hacia el reconocimiento.
En el caso de la negociación entre un representante de Trump y su visita a Venezuela para negociar la salida de presos estadounidenses ¿qué podemos decir?
La reciente visita de Richard Grenell, enviado especial del presidente Donald Trump, a Caracas para negociar la liberación de seis estadounidenses detenidos en Venezuela, es un ejemplo de cómo la negociación no implica necesariamente un reconocimiento diplomático formal.
A pesar de que Estados Unidos no reconoce oficialmente al gobierno de Nicolás Maduro, esta reunión se llevó a cabo con el objetivo de abordar asuntos específicos, como la liberación de prisioneros y la aceptación de deportados venezolanos desde Estados Unidos.
El gobierno de Trump ha enfatizado que este encuentro no supone un reconocimiento de la legitimidad de Maduro como presidente.
Este caso ilustra cómo, en la diplomacia moderna, es posible entablar negociaciones para resolver cuestiones puntuales sin que ello implique un reconocimiento oficial del gobierno con el que se negocia.
Marco Rubio y los amigos de la oposición venezolana en Miami
En el caso de Venezuela, por los momentos Marco Rubio es simplemente un invitado. Por encima de él y por razones obvias, estará primero Richard Grenell, quién es del entorno inmediato de Donald Trump y además comparte para información de mis lectores, muchos intereses comunes con Jorge Rodríguez.
Por eso la sonrisa del hombre del primer anillo de Nicolás. Atrás quedó el discurso «antigringo», «antiyanque».
Obvio, Grenell y Rodríguez forman parte de una familia con vínculos mundiales que para sorpresa de muchos, todos se conocen y están muy bien organizados. No estoy hablando de los Rosacruz por si acaso a alguien se le ocurre vincularlos.
Desde que Grenell estaba en Alemania hizo pública su definición.
De hecho preocupa la contradicción pública entre el Secretario de Estado Marco Rubio y Kristi Noem. Según está última y haciendo uso de lo expresado por el propio Trump en su campaña y en su ejercicio de gobierno «Venezuela ha mejorado en seguridad, etc.» y por ello no hay razones para renovar el TPS, amén de los aditivos que ha aportado la delincuencia del famoso grupo «El Tren de Aragua», mientras Marco Rubio recientemente en Costa Rica dijo todo lo contrario y calificó el gobierno de Maduro como «inhumano».
Yo no sé quién ganará esta pelea, lo que sí sé es que en esa batalla los heridos y las bajas son miles y miles de venezolanos que se vinieron a Estados Unidos buscando el «sueño americano» y pronto volverán a despertar con la «pesadilla chavista».
*Lea también: La esperanza en mi patria, por Fernando Luis Egaña
Doloroso decirlo. Lo obvio es que Donald Trump si quiere cumplir su promesa de bajar la inmigración hacía Estados Unidos, en especial la venezolana que ha sido la que más ha aumentado en los últimos años, no puede seguir contribuyendo al deterioro de los que gobiernan en Venezuela.
Su gobierno no puede seguir ofreciendo excusas para irse de Venezuela y que el problema fronterizo continúe.
Como sumatoria el escándalo de los recursos de la Usaid, aún está por definirse pero eso será tema de otro artículo.
Ángel Monagas es abogado y comunicador.