Fernando Gerbasi: El rol de España es clave en la solución del conflicto venezolano
El ex vicecanciller de Venezuela, diplomático de carrera, analiza el contexto geopolítico internacional de la crisis venezolana y sus posibles soluciones negociadas dentro o fuera de los organismos multilaterales
Autor: Marianella Durán
El tono de que no hay rendijas que permitan surgir un trato negociado para resolver el conflicto de Venezuela, pesa sus quilates. La comunidad internacional luce tardía o más lenta que las bombas lacrimógenas que llegan por vías expresas. Han llegado aún más rápido en los últimos 81 días. Sin embargo, se mueven los alfiles, y aunque parezca que no, los países también siguen rutas en diagonal fuera de las mesas de decisiones de los organismos internacionales, como la OEA, ONU o la UE, esperando el momento para entregar el testigo al caballo del ajedrez.
En la 47° Asamblea General de la OEA, paradójicamente, perdió la batalla la mayoría, pese a las gestiones extramuros de México y de 13 naciones más: 59% votó a favor de una resolución que pedía reconsiderar la celebración de la Asamblea Nacional Constituyente, e inicialmente, la liberación de los presos políticos y el cese inmediato de los actos de violencia; mientras 41% sancionó en contra o se abstuvo. Un resultado que pone en evidencia el primer registro importante para los escépticos: la mayoría de los países del hemisferio no está con Maduro.
Pero eso no es óbice para que se pueda buscar un arreglo negociado fuera del seno del organismo regional como lo ha asomado la Cancillería de Perú.
Así el ex ministro de Relaciones Exteriores venezolano Fernando Gerbasi, diplomático de carrera, quien se ha desempeñado como embajador en Colombia, Italia, Alemania, Brasil, se afianza en la diplomacia al abordar el conflicto venezolano, y rescata la iniciativa: “La propuesta de Perú de conformar un grupo de países amigos cuya función es tratar de sentar en una mesa a Gobierno y oposición, con el objetivo de encontrar soluciones convenidas a la crisis venezolana, que pasa por la salida de Maduro y por el establecimiento de un Gobierno de transición conducido por un vicepresidente nombrado y escogido por las partes. Este sería el escenario ideal, lo que debería ser”.
No obstante también estarían los chavistas que no figuran en las líneas del Gobierno, algunos sindicalistas; y por el lado opositor, sus afines y la sociedad civil.
Para impulsarla, Perú propone a Cuba, Nicaragua y Bolivia representando al flanco del Gobierno de Venezuela, y se autopostula para el lado opositor con Brasil y Argentina (o Chile), presididos por un independiente como el primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien aún no se ha pronunciado.
Por lo pronto Venezuela aún pertenece a la Organización de Estados Americanos y pasarán dos largos años para que pueda retirarse, de acuerdo a los estatutos.
-¿Qué diferencia hay entre esto y lo que está haciendo el expresidente Rodríguez Zapatero?
-En su caso fue un diálogo impuesto-afirma Gerbasi-. El Gobierno llamó a Mercosur y entre ellos escogieron a tres mediadores: Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández, y los impusieron. Y luego el Gobierno aceptó la mediación del Vaticano, pero lamentablemente, el enviado del Vaticano y del nuncio apostólico no supieron manejar las cosas y ha tenido que intervenir la Iglesia venezolana. Ese diálogo fracasó y lo demostró la carta del Cardenal Prieto Parolin, secretario de Estado del Vaticano, donde condiciona su regreso a la mesa a que el Gobierno de Venezuela cumpla las cuatro exigencias primordiales: canal humanitario, calendario electoral, liberación de los detenidos y restituir el rol de la Asamblea Nacional. Además, la oposición ha rechazado a Rodríguez Zapatero como mediador. Rodríguez Zapatero no puede seguir siendo mediador.
Durante la reunión de la OEA en Cancún, la Santa Sede reiteró sin ambages, a través del arzobispo Bernardito Auza, lo ya expuesto en la misiva del 1° de diciembre pasado -cuando se retiran de la mesa de diálogo-; pero también, y siendo quizá lo más apreciado, dio su respaldo a la conformación de “un grupo de países de la región o, eventualmente, de otros continentes, elegidos tanto por el Gobierno como por la oposición, (para que) acompañen las negociaciones actuando como garantes”.
EL TURNO DE LA FÓRMULA ARRIA EN LA ONU
Mientras se perfilan las opciones, sale al día la Fórmula Arria, por el lado de las Naciones Unidas.
Gerbasi recordó que en el año 1992, en medio de la crisis de la ex Yugoslavia, un sacerdote serbio toca la puerta del Consejo de Seguridad de la ONU, que estaba presidido en ese momento por Venezuela, y logra plantear, no en la plenaria, pero sí ante los 15 miembros y en una cafetería, lo que estaba ocurriendo en el antiguo bastión de Tito.
Se llama hoy la Fórmula Arria, porque fue el venezolano Diego Arria -cuando ocupó ese cargo rotativo en la ONU- quien alentó el inusual encuentro, el cual posteriormente se ha institucionalizado como un mecanismo informal de terceros, al tratarse de conflictos graves. Para Venezuela podría ser una alternativa, más apremiante aún, al haber entrado en sospecha vista la negativa del Gobierno a recibir misiones de los organismos multilaterales para obtener el escrutinio internacional sobre lo que está pasando.
“Este es un mecanismo que la oposición venezolana puede buscar para exponer las condiciones en que se encuentra el país. En una resolución de conflictos acudir a este mecanismo podría ayudar a solucionar el conflicto, y al mismo tiempo da transparencia”.
De acuerdo al internacionalista las organizaciones no gubernamentales y el mismo presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Sudáfrica en ocasión del Apartheid, fueron recibidos en este escenario informal.
En la más reciente reunión sobre el caso venezolano dentro de la ONU, solo se blandieron públicamente las palabras de la embajadora de EEUU ante el organismo, Nikki Haley, quien había pedido incluir el punto, pero el carácter privado de dicho cenáculo no ha permitido que se vean las costuras. Por fortuna esa legitimidad de origen que durante mucho tiempo ondeó el Gobierno venezolano gracias a la realización de elecciones con varios partidos, que no un plebiscito, ya perdió su mástil. El mundo sabe que hay presos políticos, que hay violación de derechos humanos, que han sido cerrados medios de comunicación, que hay hambre y que no hay medicinas para los enfermos.
EL ROL DE ESPAÑA Y LA UE
Por otra parte, no solo están la OEA y la ONU como organismos cuyas decisiones son vinculantes para Venezuela, también está la Unión Europea.
-Dentro de la agenda de los países miembros de la Unión Europea ha dejado de estar activa América Latina. Las denuncias sobre vinculaciones de grupos terroristas con Venezuela (Hezbolá, Hamas, Al Qaeda) parecen no asustar al viejo continente.
-Se sabe que las autoridades venezolanas, en particular el vicepresidente Tareck El Aissami, cuando tenía la responsabilidad del SAIME (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela), repartieron pasaportes venezolanos a posibles terroristas por cuanto se les han encontrado en las aduanas de otros países.
-¿Y a pesar de las implicaciones que esto pueda tener para Europa la región es desestimada?
-En la Unión Europea se toman las decisiones respecto a un país o regiones dependiendo de la diligencia que haga aquel miembro que haya tenido mayor relación con la nación en conflicto. En el caso de Latinoamérica la gran responsabilidad recae sobre España, y España a veces pareciera no tener conciencia de eso -puntualiza Fernando Gerbasi-. Los países de la UE saben que esa es la ruta. De ahí por ejemplo la Cumbre Iberoamericana. El expresidente José María Aznar en su momento paralizó toda relación con Cuba y la UE lo siguió. En cuanto al Parlamento Europeo, se han producido resoluciones a favor de la libertad de los presos políticos, pero ellos no pueden sancionar. Si hubiera políticas para presionar a Venezuela, serían los países los que tienen que hacerlo individual o colectivamente.
-Presiones económicas
-Allí está el caso de las presiones económicas contra Rusia por la invasión a Ucrania. Sanciones que fueron adoptadas por los gobiernos de forma conjunta dentro del marco de la Unión Europea, como las que hubo contra Irán puesto que se adoptaron dentro del Consejo de Seguridad de la ONU. Si hubiera lugar a sanciones o presiones más fuertes, España debe desempeñar un papel más preponderante, el rol de España es clave en la solución del conflicto venezolano y ahora está jugando mucho a favor de sus intereses económicos porque hay muchas empresas españolas importantes con inversiones en Venezuela.
EEUU MANEJA INFORMACIÓN VITAL SOBRE VENEZUELA
-¿En este contexto geopolítico y global dónde queda el narcotráfico? Una variable que cada vez es más decisiva.
-A Eladio Aponte Aponte (ex magistrado del TSJ), Leamsy Salazar (ex jefe de seguridad de Hugo Chávez y de Diosdado Cabello), Franklin Nieves (ex fiscal del Ministerio Público), Rafael Isea (exministro de Finanzas), se les vio inicialmente con sus denuncias y luego pasaron al anonimato. Quizá porque entraron en el programa de protección de testigos en Estados Unidos. Pero lo más grave es que quien tiene toda la información de lo que pasa en Venezuela en cuanto a las redes de narcotráfico son los EEUU. Tienen mucha más información que los venezolanos y eso puede ser manipulado y utilizado. Los Estados Unidos tienen una base de información dada por los propios jerarcas del chavismo que han buscado refugio en EEUU, y en un momento dado puede ser una llave de negociación fortísima para sus intereses y seguridad nacional, que les permita derrotar al narcotráfico en distintas partes del mundo.
Con tal precisión de Gerbasi, hasta podría pensarse que en algunos momentos el Gobierno de Maduro se ha sostenido por un apoyo indirecto de los Estados Unidos.
Salidas negociadas puede haber, los países conocen las consecuencias de tener un vecino en conflicto. A Colombia por ejemplo no le favorece sus negociaciones de paz el tener a una Venezuela convulsionada, tampoco a Brasil, ni al resto del hemisferio.
De momento se siguen adquiriendo bonos venezolanos por parte de capitales estadounidenses y nipones al valor de 31 céntimos por dólar pese a la crisis humanitaria y la brutal represión. El “capitalismo salvaje” parece lanzarle un salvavidas a Maduro y sus acólitos. Aun así los países de un lado al otro del Atlántico, preocupados por la inestabilidad de Venezuela y sus repercusiones, están buscando salidas dentro y fuera de los organismos internacionales, salidas negociadas al conflicto. Venezuela no está sola.
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