97% de los venezolanos no cuenta con una póliza de seguro para afrontar la covid-19
La pandemia agarró al país en un momento en el que la mayoría de los venezolanos no puede cubrir los costos de la medicina privada y depende del destartalado sistema de salud público. De acuerdo con estimaciones de la Cámara de Aseguradores de Venezuela, apenas un 3% de la población está asegurada en empresas debidamente autorizadas para operar en la nación
Violeta García, una ingeniera venezolana de 57 años de edad, y su esposo, de 62 años, a quienes les dio covid-19, decidieron hospitalizarse en una clínica luego de que se hicieran una tomografía que evidenciaba daño pulmonar de consideración, los exámenes de sangre revelaran alternaciones y registraran una saturación de oxígeno inferior a 91.
«Dijimos: ‘Esto seguirá bajando’. Así que preferimos hospitalizarnos porque creímos que nos podríamos complicar si no atacábamos la enfermedad de manera inmediata. No teníamos necesidad de quedarnos hospitalizados en casa y pasar trabajo, pendientes de quién hace la comida, si teníamos un seguro que nos permitía ir a una clínica donde nos monitorearían todo el tiempo, te hacen exámenes de sangre cada 48 horas y si necesitan hacerte una tomografía simplemente bajas y te la hacen de inmediato», contó García a TalCual con frecuentes interrupciones en las que tosía.
En el Hospital de Clínicas Caracas estuvieron internados durante siete días, hasta el viernes 2 de abril. La compañía de seguro cubrió todos los gastos médicos, que fueron 22.000 dólares en total por ambos pacientes. García pagó 1.000 dólares aparte por el deducible.
«Nosotros entramos primero en cuidados intermedios y para pasar a una habitación había que aprobar el 100% del costo de la hospitalización. Luego nos aceptaron y pasamos a una habitación».
Pero para ahorrarse 22.000 dólares la familia García tiene que pagar anualmente 7.000 dólares, 583 dólares mensuales que no los tiene la mayoría de los venezolanos, quienes desde noviembre de 2017 sufren una severa crisis hiperinflacionaria que ha destruido su poder adquisitivo. Según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), 79,3% de los venezolanos no tienen ingresos suficientes ni siquiera para comer.
García forma parte del reducido grupo de venezolanos que cuenta con una póliza de seguro para afrontar la covid-19, en un momento en el que la mayoría no puede cubrir los costos de la medicina privada y depende del destartalado sistema de salud público. Antes de que llegara el coronavirus al país, buena parte de la población ya no podía costearse una operación, una consulta médica, un tratamiento o un simple examen de laboratorio.
El rubro salud, que incluye consultas, exámenes, medicamentos, radiografías, y tomografías, registró una inflación de 3.402,14% durante el primer año en pandemia en Venezuela (marzo 2020-marzo 2021), de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
La crisis hiperinflacionaria también pulverizó las coberturas de los seguros HCM (hospitalización, cirugía y maternidad) y prácticamente dejó como opción las pólizas en dólares, a las que solo una pequeña parte de los venezolanos tiene acceso.
De acuerdo con estimaciones de la Cámara de Aseguradores de Venezuela, apenas un 3% de la población venezolana está asegurada en empresas debidamente autorizadas para operar en la nación.
El proceso de empobrecimiento de buena parte de la población, que ha tenido que priorizar necesidades más urgentes e inmediatas como la alimentación y medicinas, y la migración de millones de venezolanos hicieron que el sector asegurador nacional perdiera por lo menos la mitad de su cartera de clientes.
En este contexto, ¿qué están haciendo las empresas de seguros?
«Empezaron a ofrecer la modalidad de pago fraccionado sin recargo», respondió a TalCual un corredor de seguros con 30 años de experiencia, quien solicitó el anonimato.
Antes los usuarios contrataban una póliza de seguro a través de una figura llamada inversor que le financiaba el costo y luego le cobraba con intereses. El asegurado no le debía dinero a la aseguradora sino a la inversora. Ahora, luego de un estudio de mercado para analizar el patrón de consumo de los venezolanos alterado por la crisis, los clientes pueden pagarle directamente a la compañía de seguros una prima mensual sin intereses. Los montos de las primas tienen pocas diferencias entre cada rango de edad, pero se acentúan a partir de los 50 años.
«Hace unos meses un grupo de corredores tuvimos una reunión en la que se nos dijo que el patrón de consumo del venezolano había cambiado y que, por ende, teníamos que adaptarnos a la nueva realidad. Mercantil Seguros, por ejemplo, sacó unas pólizas que van desde 10.000 hasta 200.000 con primas que se pueden pagar hasta de manera mensual para tratar de paliar la pérdida del poder adquisitivo del venezolano», dijo la fuente.
Por otro lado, una corredora de seguros, que solicitó el anonimato, señaló a este periódico que las compañías ya no indican a sus clientes que vayan a las clínicas en caso de tener problemas respiratorios leves, debido a que los centros de salud privados están saturados y hay mayores restricciones.
Explicó que a estos clientes que presentan una sintomatología básica que no representa ningún peligro reciben atención médica domiciliaria. «Un médico atiende al paciente, le manda a hacer los estudios correspondientes a través del servicio de atención médica primaria, luego le indican el tratamiento y se le hace seguimiento».
La corredora aseveró que los costos de las clínicas son tan elevados que algunas compañías no pueden cubrir los gastos en su totalidad. «Las coberturas de las pólizas se están quedando insuficientes ya que las clínicas cobran, aproximadamente, 5.000 dólares de hospitalización por día aun cuando el gobierno reguló los servicios médicos para casos de covid-19. El diferencial lo debe cubrir el asegurado en muchas ocasiones».
De a poquito
La póliza de seguro de Gabriel Marcano, un comerciante de 53 años de edad contagiado de covid-19 a principios de año, cubrió 38% de los servicios médicos que recibió en el Hospital de Clínicas Caracas, donde estuvo ingresado desde el 27 de enero hasta el 7 de febrero por severas complicaciones derivadas de la patología.
Por los 12 días el centro de salud privado le cobró 18.000 dólares (1.500 dólares diarios), que al tipo de cambio de ese entonces eran más de 30.000 millones de bolívares. El seguro cubrió 7.000 dólares y Marcano tuvo que dar 11.000 dólares de su bolsillo.
«Fue un golpe, pero menos mal que teníamos el dinero», dice Ana de Marcano, su esposa y también comerciante. Afirma que luego de tres días sin señales de mejoría, la clínica informó que iban a comunicarse con el seguro para ver si aceptaba cubrir al menos una parte de los gastos del paciente, pero que lo harían de manera gradual. «Ahí vi cómo es la estrategia que aplican las clínicas con las aseguradoras. No pasan siete ni 10 días de hospitalización de una vez porque saben que se los negarán. Lo van haciendo poco a poco, dependiendo de lo que va requiriendo el paciente. Si está mejor en tres días, se le da de alta; pero si hacen falta más días, entonces se pasa una nueva cotización».
La situación de vulnerabilidad de los venezolanos ante la covid-19 ha quedado evidenciado en la enorme cantidad de campañas y servicios públicos compartidos en las redes sociales para obtener ayuda financiera o conseguir algunos insumos o medicamentos para pacientes que presentan complicaciones derivadas de la covid-19.
Ana es consciente de ello: «El dinero le salvó la vida a mi esposo, otro en su situación y sin la posibilidad económica hubiera muerto».
Exclusión de cobertura por pandemia
Las compañías de seguros venezolanas han cubierto parte o la totalidad de los gastos clínicos de pacientes con covid-19 a pesar de que en el año 2013, la Superintendencia de la Actividad Aseguradora (Sudeaseg) estableció que la póliza de salud no cubre enfermedades epidémicas.
El punto ocho de la cláusula seis de las condiciones generales y particulares de las pólizas, publicadas en la Gaceta Oficial N° 40.316 en diciembre de 2013, establece que el asegurador no cubre los gastos relacionados con «enfermedades decretadas como epidémicas por el organismo público competente, en lo que se refiere a los gastos que se hayan ocasionado luego de haber sido declaradas como tales».
La corredora consultada por este medio asegura que Venezuela es uno de los pocos países que ha cubierto la covid-19. «Nuestro sistema sanitario no es tan óptimo como el de otros países, por eso es que afuera no amparan este virus porque dan asistencia en los centros de salud».
De acuerdo con la Federación Interamericana de Empresas de Seguros (Fides), que representa a las empresas vinculadas al rubro de seguros de Latinoamérica, Estados Unidos, España y Portugal, en 10 países (Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Guatemala, Honduras, Panamá, República Dominicana y Venezuela), existe la exclusión por pandemias y/o epidemias, siempre y cuando sean declaradas oficialmente por la autoridad competente.
Una consulta realizada por la federación a 16 países interamericanos reveló que solo cuatro naciones (Argentina, Brasil, México y Uruguay) reportan que sus seguros de salud no tienen exclusiones para enfermedades declaradas como pandemias o epidemias. Tanto en México como en Uruguay, estas exclusiones son determinadas por las condiciones contractuales de cada aseguradora. En México, tan solo 10% del mercado (en cuanto a monto de primas) considera exclusiones para este efecto, mientras que en Uruguay se manejan exclusiones únicamente para determinadas coberturas, como intervenciones quirúrgicas en caso de pandemia, renta diaria por internación o cuarentenas.
En el caso de Brasil, las aseguradoras están obligadas a ofrecer la cobertura para un rol definido de enfermedades, entre las que se incluyen las enfermedades respiratorias, generalmente asociadas con el nuevo coronavirus, de acuerdo con la Fides.
En este sentido, María del Carmen Bouffard, presidenta de la Cámara de Aseguradores de Venezuela, señala que las pólizas de seguro en la mayor parte del mundo excluyen específicamente las patologías asociadas a epidemias. «Podemos tener una póliza de un millón de dólares, pero excluye expresamente todas las patologías asociadas a las epidemias. Esto se debe a que técnicamente es muy difícil medir la prima que se debería cobrar para cumplir con las obligaciones, el tiempo que pudieran durar las epidemias, el impacto que pueden tener y hasta dónde pueden tener alcance«.
Sin embargo, a pesar de estar excluidas las epidemias, el sector asegurador nacional «dio un paso al frente acompañando a sus asegurados en las duras consecuencias financieras que acarrea para sus familias enfrentar la atención de esta terrible enfermedad en centros de salud privados», de acuerdo con la cámara.
Aumentos de servicios clínicos
Bouffard sostiene que para el sector ha sido cada vez más difícil cubrir los casos de covid-19 porque «los costos médicos han ido incrementándose e incrementándose».
Indica que hay clínicas que desde mediados de marzo aumentaron más de 100% sus costos en dólares a pesar de que el gobierno congeló, en petros, los costos de servicios médicos.
El corredor de seguros explica que en los primeros meses de la pandemia en Venezuela, cuando aún no había mucha información sobre cómo tratar la covid-19, el costo promedio del proceso de hospitalización por unos cinco días era de 4.000 dólares. Asegura que en ese momento algunas de las hospitalizaciones fueron innecesarias y realizadas solo por precaución a pacientes que «perfectamente podían tratarse desde casa».
«Pero ahora, que se han disparado los casos de covid-19, sí hay mucha gente que verdaderamente necesita hospitalización, que requiere entubación, oxígeno, respiradores y que le pongan medicamentos intravenosos. Ahora sí tienen que trabajar duro para tratar al paciente. En este momento estamos viendo situaciones de covid-19 donde las clínicas pueden cobrar unos 35.000 dólares«, dice.
Señala que la empresa con la que trabaja venía cubriendo 100% de las hospitalizaciones por covid-19 dependiendo del monto de la póliza de cada cliente. «Estábamos pagando 100% sin ningún problema, pero a partir del 26 de marzo, cuando salió la resolución de la Sudeaseg, solo se está pagando lo que impone la superintendencia, a excepción de cuatro clínicas con las cuales la compañía tiene un acuerdo de ganar-ganar. Ellas bajan un poco sus costos y nosotros subimos un poco nuestra indemnización. En las demás los asegurados tienen que pagar la diferencia. Aunque cuando ya negocias con cuatro clínicas grandes las otras se pliegan, es lo que normalmente ocurre«.
Regulación
En febrero, el Ministerio de Comercio Nacional publicó una lista de tarifas fijadas en petros para la contabilidad, evaluación y análisis de costos de los cuidados médicos de salud para aquellos pacientes diagnosticados con covid-19. Un mes después, en marzo, Sudeaseg estableció límites a la cobertura para patologías asociadas confirmadas o no de pacientes contagiados con covid-19.
De acuerdo con el precio del petro del 31 de marzo ($56,29), la cobertura máxima para los 14 días de hospitalización es de unos 11.820 dólares, es decir, 844,35 dólares diarios. En caso de que el paciente requiera de una hospitalización en la unidad de cuidados intensivos (UCI) en una clínica Tipo A, las aseguradoras deberán cubrir un máximo de 420 petros por 14 días, lo que significa un monto diario de 30 petros. (1.688,70 dólares diarios).
Bouffard indicó que la superintendencia hizo el análisis de los costos con información que la cámara suministró y data de los costos de clínicas en bolívares y en dólares.
«Sacaron esta regulación con base a unos costos que son razonables e idóneos para cubrir los casos de covid-19, para poder cubrir a los asegurados. La función de esta regulación es que los asegurados puedan tener acceso a las pólizas y las compañías poder hacerle frente y no caer en insolvencia», dice la represente de la Cámara.
«Es oportuno aclarar que esta instrucción emanada de la Superintendencia de la Actividad Aseguradora, no impide que las aseguradoras de manera individual puedan revisar y analizar dentro de las sumas aseguradas contratadas, aquellos casos particulares que, por su complejidad y características específicas, se diferencien del comportamiento del promedio de casos, y excedan de los parámetros establecidos en la regulación».