A dos años de los CLAP no hay bombos ni platillos
Más caras y con menos productos llegan las bolsas de comida distribuidas por el Gobierno que tienen a los ciudadanos al borde
Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) cumplieron dos años este mes, el nombre no es más que un eufemismo, pues este mecanismo de distribución de alimentos, es experto en la importación de productos terminados mas no en la fabricación.
A finales de 2017 se intensificaron las protestas por comida. La población salió enardecida a las calles en distintos estados del país para reclamar que en algunos casos las bolsas de alimentos no les llegaban, mucho menos el pernil que el jefe de Estado había ofrecido desde noviembre.
Para el economista José Guerra y diputado a la Asamblea Nacional (AN) los CLAP son un mecanismo que “coacciona” a los ciudadanos. El Gobierno utiliza una caja de comida para comprar votos, chantajear y controlar a la población, esa realdad no es un secreto para nadie.
Solo en enero de 2018 el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, registró 287 protestas por alimentos
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De acuerdo a la Encuesta Sobre Condiciones de Vida (Encovi 2017) el 69% de la población que vive en ciudades pequeñas o caseríos, manifiesta que estos alimentos subsidiados llegan sin periodicidad definida; mientras que en las principales ciudades del interior del país la situación es similar al ubicarse en 64%. En las ciudades medianas la brecha se reduce al 53% y en el caso de la Gran Caracas solo el 14% aseguró que no llegan con regularidad.
Las bolsas de comida pasaron a costar de 10.000 bolívares a Bs. 25.000, los consumidores aseguran que a pesar de que ahora cuestan más, traen menos productos y en algunos casos no poseen el precinto de seguridad. Un reportaje del portal Armando.info reveló que la leche que importa los CLAP no cumple con las condiciones nutritivas que exigen los estándares de calidad.
“En Catia La Mar protestamos casi a diario por los CLAP porque no llegan a tiempo, vienen incompletos o con los productos cambiados. Han intentado cobrar más de 25.000 bolívares, pero la gente se amotina”, dijo un vecino a El Nacional.
Los ciudadanos aseguran que ahora estas bolsas solo traen 3 kilos de pasta, 4 de harina de maíz, 2 de arroz y un litro de aceite, cuando anteriormente venían con 5 paquetes de harina de maíz, 1 litro de aceite, 1 kilo de leche en polvo, 2 kilos de arroz, 2 kilos de granos, 3 kilos de pasta y 2 latas de atún.
El gobierno prometió que la venta de estos productos subsidiados sería quincenal. Sin embargo, el despacho más regular es cada 45 días. En algunas zonas tardan hasta cinco meses en llegar.
La hiperinflación y la caída de la producción nacional, ha llevado a la población a recurrir a estos programas sociales que además les exigen sacar un carnet para poder adquirir los alimentos a precios muy por debajo de los que se encuentran en el mercado. No obstante, los CLAP no han logrado mejorar la calidad de vida de los venezolanos y mucho menos acabar con el hambre.