A Jorge Rodríguez cualquier crítica le parece un «codazo», por Sebastián Boccanegra
El flamante presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Maduro tiene la piel muy delicada. Pasar tanto tiempo sin recibir críticas en un debate directo tiene sus consecuencias. El ser alto dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hace que la gente se acostumbre a los halagos, a los ‘yes, man’. Cuando eso cambia, la molestia aflora rápido.
Una prueba de ello es lo ocurrido el 16 de marzo de este año en el Parlamento de Maduro cuando se produjo un debate sobre las afirmaciones xenofóbicas de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, contra los migrantes venezolanos. El consenso parecía imponerse, todos los que habían intervenido cuestionaron con fuerza las declaraciones de la colombiana.
La sesión fluía tranquila y en orden, como si fuera un encuentro del PSUV, a los que está acostumbrado Rodríguez.
En eso intervino el diputado Luis Augusto Romero, de Avanzada Progresista (AP), quien también cuestionó las palabras de la alcaldesa de Bogotá. Coincidía con sus antecesores y Jorge Rodríguez ni se inmutaba. Pero Romero también les recordó a los chavistas que tiene 21 años en el poder y que el desmadre que se vive en Venezuela es la causa de que tantos venezolanos hayan salido del país. Que los que se han ido lo han hecho para lograr una vida digna y próspera, algo inalcanzable en la tierra de Bolívar, gracias a Hugo Chávez y su «hijo» Maduro.
Esta crítica le cayó muy mal al presidente del parlamento de Maduro, quien le dijo que «a codazos no se logran consensos». Lo dice el representante de un gobierno que ha repartido coñazos, balazos, torturas y muerte en estos 21 años y nunca ha estado interesado en ningún consenso, sino en imponer a la fuerza un modelo autoritario y fracasado. Demasiado delicada tiene la piel el diputado Rodríguez.