A la Mesita la dejaron como la guayabera, por Sebastián Boccanegra
Nicolás Maduro y su lugarteniente Jorge Rodríguez repitieron en varias oportunidades que se reunirían en México con «las oposiciones», en un intento por restarle fuerza al G4 y en particular a Juan Guaidó. Sin embargo, todo indica que los encuentros que se iniciarían este viernes 13 de agosto serán entre representantes del madurismo y el G4.
Los integrantes de la Mesa Nacional de Diálogo, conocida como la Mesita, no estarán presentes en las conversaciones. Hay versiones sobre esto, unos dicen que eso obedece al veto del G4, otros a que el veto vino de países extranjeros. Venga de donde venga fue aceptado por Nicolás Maduro.
Al veto señalado hay que sumarle —y creemos que es lo determinante— el poco peso que la llamada mesita tiene en el país. Se puede medir por los resultados electorales obtenidos tanto en 2018 como en 2020, cuando lograron un pequeño respaldo de la población, siendo el de 2020 menor que el de 2018. Algo sobre lo que, por cierto, no han hecho un balance público.
*Lea también: «Una reconversión monetaria en medio de una hiperinflación es una pérdida de tiempo»
Esa Mesita de diálogo había estado hibernando por un buen tiempo y fue reactivada justo el día cuando detuvieron al diputado Freddy Guevara. Ni por casualidad a los miembros de la llamada Mesita se les ocurrió suspender el encuentro con Maduro, en rechazo a la arbitraria detención y a señalarle que la represión no ayuda al diálogo. Hicieron mutis.
Su actuación en la Asamblea Nacional ha sido una decepción. Están más preocupados en contemporizar con el PSUV que en hacer oposición. La excusa es que están haciendo «política», pero no le vemos la utilidad a hacerla de esa manera. Deben ejercer como oposición a Maduro y su desastrosa gestión, de lo contrario a la hora de la verdad no serán tomados en serio por nadie.