¡Aaayyy qué miedo!, por Teodoro Petkoff
La verdad es que si no la pone a la entrada la pone a la salida. O al revés, que para el caso es lo mismo. En su enésima vuelta a la patria, y después del ridículo ritual que suele acompañar sus aterrizajes, ordenó al solícito Maduro que abriera una investigación a la Mesa de la Unidad Democrática. Lo que nos faltaba. Ya este tercio no halla qué inventar. Puros aguajes de quien se sabe perdido. El olor de la derrota, la conciencia del fracaso de una gestión que no tiene nada que mostrar, la traducción somática de todo eso, lo tienen desquiciado. Pero, ojo, detrás de todas esas amenazas hay un propósito. Sólo que ya ese es un cuchillo de cartón piedra. Quiere asustar y lo único que logra es poner en evidencia su propio miedo.
Pretende intimidar y quienes quedan asustados son sus propios secuaces, que intuyen que a quien embarga el susto es al gran caporal. Durante años su tema cazapendejos fue el del «magnicidio». No es que de vez en cuando no lo exhume pero ya es un refrito tal que él mismo lo ha ido sacando de su arsenal de chucherías verbales. Ahora nos viene con lo de la «conspiración». Aquí no hay más conspiradores que ese puñito de altos oficiales que se han puesto a vaticinar que la FAN (como si ellos la representaran) no se va a calar un triunfo electoral que no sea el de su comandante en jefe. Quisiera uno oír a Chávez diciendo en voz clara y alta que si no gana va a reconocer el triunfo de su rival, desmintiendo así al grupúsculo de generales que vociferan a todo gañote exactamente lo contrario.
Quisiera uno oír al Presidente recordándole a esos conspiradores a cielo abierto que existen los artículos 328 y 330 en «la mejor Constitución del mundo» que prohíben exactamente lo que ellos están haciendo. Al país le gustaría oír al Presidente, después de disfrutar de alguna melopea de Maripili, decir que él no comparte las afirmaciones golpistas y subversivas de algunos de sus subalternos de uniforme. ¿O es que sí las comparte? ¿Quien calla otorga es lo que nos quiere decir? Investiguen todo lo que quieran. Se van a encontrar con que la inmensa mayoría de esos a quienes llaman «guarimberos» son habitantes de las barriadas populares de todo el país, encabezados algunas veces por los propios consejos comunales de filiación chavista, reclamando lo que no les han cumplido. Se encontrarán con que los médicos que van a un paro no pretenden tumbar al gobierno sino que éste se ocupe de los hospitales y les pague los sueldos que merecen. Detrás de los transportistas que trancan las ciudades por unas horas no están ningunos conspiradores sino los criminales que han matado ya a centenares de ellos y los obligan al paro para destaponarle los oídos a este gobierno sordo, abúlico e inútil. ¿A quién cree el Presidente que va a convencer de que la protesta social que sacude al país no tiene otro origen que él mismo y su clamorosa ineficiencia? ¿Investigar a la MUD? ¿Por qué no investigan más bien los diez años que Chávez, según el cuento que mil veces ha echado, se los pasó conspirando en la FAN? Ese sí que fue un tronco de conspirador. Cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo.