Abre brecha compañero, por Teodoro Petkoff
El gobierno de la “revolución”, pese a toda su cháchara y más allá de las “misiones”, ha desfavorecido claramente a los sectores populares. Con una política económica que ha destruido centenares de miles de puestos de trabajo —más de la mitad de las plantas manufactureras del país ha cerrado entre 1999 y 2006—, no solamente ha creado desempleo y mantenido y reforzado un sector informal, cuya remuneración es precaria y carece de los derechos consagrados en la legislación laboral, sino que la proporción en que se distribuye el Producto Interno Bruto anual (PIB) (que es el valor de lo producido y comerciado en el país en un año) entre empresas —públicas y privadas— y trabajadores, se ha hecho cada vez más desfavorable para estos últimos. En otras palabras, durante los años del chavismo se ha ampliado la brecha de la desigualdad social.
Las cifras no mienten. En todo caso, provienen del Banco Central, todavía no obligado a mentir, es decir, a fabricar estadísticas para uso del Emperador. El Excedente de Explotación (EE) —concepto que el BCV utiliza para denominar los ingresos de las empresas, tanto públicas como privadas—, en 1999, constituyó 34% del PIB, en tanto que las remuneraciones de empleados y obreros (REO) alcanzaron 36% del PIB. Los impuestos indirectos (II) montaron al 10% del PIB. En 2006, el EE fue 46% del PIB, esto es, 12 puntos más que en 1999; mientras que el REO bajó a 28% del PIB, es decir 8 puntos menos que en 1999. Los impuestos indirectos se mantuvieron en 10% del PIB. En otras palabras, durante “el proceso”, la situación de los trabajadores retrocedió atrozmente. La brecha que separa los ingresos de los que “tienen” de los que “no tienen” se ha ampliado durante el gobierno de Yo El Supremo.
Como en tantos otros aspectos de la gestión “socialista”, la distancia entre el dicho y el hecho es tan ancha como la bocota de su Líder Máximo.
Pero, hay más. En materia de inflación, que, ya se sabe, constituye el más regresivo de los “impuestos” que paga una población, porque el alza de los precios castiga con mayor fuerza a los más pobres, la situación de nuestra gente humilde es horrorosa. En comparación con los estratos más ricos, los más pobres han soportado una inflación, entre febrero de 2003 y el mismo mes de 2007, 14% superior que la de los primeros. En ese periodo, siempre según el BCV, la inflación acumulada para los más pobres fue de 104%, mientras los más ricos muestran una inflación acumulada, para el mismo periodo, de 89,7% . Contrastan estos datos con los similares del periodo febrero 1999febrero 2003, cuando la inflación acumulada golpeó por parejo a todos los estratos.
O sea que a medida que pasamos del bolivarianismo humanista al anticapitalismo y al “socialismo”, el costo de la vida se ensañó mucho más cruelmente con los venezolanos más pobres.
Cuando el carro de las buenas intenciones (suponiendo que las haya realmente) es manejado por un novato inepto inevitablemente se termina en el infierno.