¿Abstención? ¿para qué?, por Héctor Pérez Marcano
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A lo largo de nuestra historia hemos vivido crisis políticas que han demandado una posición correcta que nos permita si no alcanzar la victoria, por lo menos quedar en condiciones de seguir avanzando;-por ejemplo, conquistar algunos espacios políticos importantes. Como vemos este introito descarta las posiciones derrotistas, o pesimistas y alienta, en una lucha que sabemos larga y sacrificada.
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Es la primera vez que tenemos que preguntarnos ¿Qué hacer? Yo, lo que tengo claro es ¿Qué no hacer? Nuestra más o menos reciente historia política nos indica que la abstención es una táctica además de equivocada, ¡¡¡inútil!!!
En 1945 el país atravesó por una crisis política. ¿Cómo resolver la sucesión presidencial? Pero la crisis que generaba tal dilema no tenía la gravedad de la que padecemos ahora. Para la oposición de entonces era cuesta arriba pues el próximo presidente era designado por elección de segundo grado por el Congreso de la República. Elección de segundo grado que el presidente en ejercicio resolvía.
Las crisis a veces están signadas por hechos imponderables. Así fue en 1945. Primero se dio un hecho insólito: gobierno y oposición se pusieron de acuerdo para designar al sucesor del presidente en ejercicio. ¡Primer imponderable! Se decidieron por Diógenes Escalante, embajador en USA en ese entonces. Betancourt y Leoni viajaron a Washington a entrevistarse con Escalante quien se comprometería a ejecutar un gobierno de transición que recogería los avances que la lucha por desarrollos democráticos ya aceptados como la elección popular, directa y secreta del presidente de la república.
A nadie se le ocurrió que había que abstenerse en la decisión puesto que el problema no dependía de la oposición, dado que esta había pactado con el gobierno. La opinión de la oposición era entonces irrelevante.
Pero la crisis política estaba signada por varios secretos que dieron lugar al segundo imponderable. Escalante se volvió loco. Surgieron entonces las soluciones inesperadas que fueron producto de los secretos que como imponderables fueron producto de una crisis cuya dimensión se desconocía. Me pregunto, dada la grave dimensión de la crisis que amenaza con destruir al país, ¿cuántas y cuáles imponderables pueden brotar inesperadamente? Nadie lo sabe.
Las consecuencias de haber participado en las elecciones se vieron después cuando Pérez Jiménez se vio obligado a huir el 23 de enero de 1958.
Abstenerse es renunciar a la lucha y a la victoria como lo demostró 1952.
Héctor Pérez Marcano fue dirigente político y diputado del Congreso de la República.
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