¿Abstención útil? ¿Útil para quién? ¿Abstención suicida?, por Héctor Pérez Marcano

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Antonio Ledezma acaba de hacer un llamado a la abstención, calificándola de útil. ¿Útil para quién? Obviamente para el régimen. La pregunta es fácil de responder. No se necesitan muchas luces para comprender que la abstención favorece al régimen.
Si acogiéramos el llamado de Ledezma cometeríamos el grave y costoso error que en 1963 cometieron el MIR Y el PCV al llamar a la abstención militante. En aquella oportunidad el régimen había perdido la mayoría parlamentaria y el Pacto de Puntofijo se había fragmentado por la deserción de URD.
Betancourt tuvo que salirle al paso a la oposición que llenó las paredes de Venezuela con una pinta RR (Renuncia Rómulo). En su clásico lenguaje dijo: “Ni renuncio ni me renuncian”. De allí el costoso error del MIR y el PCV de irse para las montañas despobladas cuando las contradicciones principales estaban en las ciudades.
En 1963, la dirección revolucionaria (MIR Y PCV) cometió costosos errores que permitieron el triunfo de Leoni, que luego dio origen al bipartidismo al necesitar Leoni el apoyo de Copei, que sabiamente Caldera mantuvo fuera de la coalición política denominada Ancha Base integrada por AD-FND y URD (Villalba y Uslar Pietri) le dieron la base política que necesitaba el nuevo gobierno. Villalba rompió con el Pacto de Punto Fijo, se acercó a la oposición revolucionaria y solicitó su apoyo para las elecciones de 1963.
El mayor error del MIR y el PCV fue rechazar a Villalba –incluso, sabotear su campaña–. Astutamente Caldera se mantuvo fuera del gobierno y ganó en 1968. Si Villalba se hubiera mantenido en la oposición él hubiera sido el triunfador de 1968. Yo me opuse a la abstención militante y propuse apoyar a Villalba. Lamentablemente no pude hacer mucho por esa causa, pues estuve preso hasta después de las elecciones de 1963, víctima de las redadas que Betancourt ordenó a raíz de la operación del tren del Encanto en septiembre de 1963.
1963 fue el año de los graves errores de la izquierda. Fue el año en que se realizó la operación armada conocida como “el tren del Encanto en la que murieron siete guardias nacionales y que le permitió a Betancourt llevar a cabo sus planes represivos que no había podido realizar por la oposición de Caldera.
Betancourt procedió a ilegalizar al MIR y al PCV, prohibir sus publicaciones y, sobre todo, a poner presos, sin allanamiento de su inmunidad parlamentaria a los parlamentarios del MIR y el PCV que fueron a parar al Cuartel San Carlos. Ordenó además una redada general de los dirigentes del MIR el PCV así, como en el caso mío, no tuvieran nada que ver con la operación dirigida por órdenes de Guillermo García Ponce, ejecutada por una UTC del PCV dirigida por Luis Correa, pese a la oposición de las direcciones políticas del MIR y el PCV, como lo hicieron saber Gustavo Machado y Domingo Alberto Rangel en sendas declaraciones. Yo fui a parar a los sótanos de la Digepol, cuerpo represivo del régimen hasta después de las elecciones que ganó Leoni.
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Betancourt estaba cada vez más aislado, hasta el punto de que, preocupado por la estabilidad del régimen democrático le propuso a Caldera una alianza electoral de AD y Copei en torno a la presidencia del Dr. Ramón J. Velásquez –personaje muy allegado a él– pensaba que Velásquez, apoyado por AD y Copei tendría mucha fuerza institucional, que no tendría Leoni, de cuya capacidad política desconfiaba y dudaba que pudiera sortear las arremetidas que él tuvo que soportar de las Fuerzas Armadas y de los grupos insurreccionales de la izquierda subversiva. Caldera, pensando siempre en su aspiración presidencial, rechazó la proposición.
Las decisiones políticas actuales tienen que tomar muy en cuenta el cuadro político. ¿Por quiénes estamos gobernados? Evidentemente por una camarilla militar dirigida por Padrino y el Almirante Ceballos que apoyados en la colaboración de los cuerpos de seguridad cubanos controlan a la FAN. Nuestros oficiales se sienten vigilados y temen las delaciones. Esta camarilla está aliada con la camarilla que controla Diosdado Cabello, quien a su vez controla al PSUV.
Pero no todo es agua de rosas en el régimen. Hay serias contradicciones por el plan de recuperación económica de Maduro.
Hay que enfilar el filo de la táctica contra las camarillas que presiden Maduro y Padrino. Encontraremos resonancias en el Chavismo que rechaza el Dengxiaopinismo de Maduro que cree que las fórmulas del dirigente chino son una varita mágica que van a reactivar la economía.
Hay que insistir en el gobierno de salvación nacional propuesto por Guaidó. Hay que trabajar con aquellos sectores del chavismo que rechazan a Maduro y garantizarles que tendrán un espacio político en el gobierno de salvación nacional. Hay que desarrollar una política que aísle a Maduro.
Hoy día hay que concentrar los esfuerzos en restaurar la unidad del 2015 y conquistar la mayor parte de los espacios políticos que estarán en juego el 21 de noviembre-
La abstención es una política paralizante. Hoy día necesitamos políticas movilizadoras.
Héctor Pérez Marcano fue dirigente político y diputado del Congreso de la República.
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