Academias alertan y el tun tun asecha…, por Gregorio Salazar
Uno sinceramente cree que esas acciones del aparato policiaco militar de la dictadura, que alguien sin escatimar gota de cinismo y humor negro ha denominado como Operación Tun tún, debería cambiar de nombre. Nos basamos en que los encargados de sus ejecuciones, ellas cada vez más frecuentes, no se limitan a tocar la puerta, sino que buena parte de las veces las patean, las echan abajo y se llevan a rastras al indeseable sin chance de recoger ni un cepillo de dientes.
Un nombre más con su talante sería, por ejemplo, “Operación crash crash” u “Operación Cierra la Jeta”, y con esto no queremos infundir más temores entre los señores de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, a los que esta semana mencionaron como candidatos a la lista de espera de dicho operativo por sus advertencias a la ciudadanía sobre el curso que puede tener entre nosotros la epidemia del covid-19.
Dispénsenos si en algún momento le parece que exageramos con las presunciones, pero ya usted sabe. Al parecer, y siempre según los académicos, aquí no hay ninguna curva plana del contagio, como dicen festivamente el señor Maduro y su corte en las diarias cadenas televisivas, y el país debe prepararse para el pico de la epidemia de coronavirus, como está ocurriendo en varios países de la región latinoamericana.
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El informe de marras se llama «Estado actual de la epidemia de la covid-19 en Venezuela y sus posibles trayectorias bajo varios escenarios». Recuérdese que la pandemia ha llegado a estos predios bolivarianos en plena situación de emergencia humanitaria compleja, con destrucción de la infraestructura hospitalaria, déficit de los servicios de agua, luz, gas y combustible, ausencia de equipos y medicamentos, 22 mil médicos aventados al exterior por falta de condiciones para ejercer su labor y con una población cada vez más desnutrida.
La Academia señala que las pruebas rápidas que ha empleado el gobierno no son las más convenientes ni confiables y pueden dar la idea de un modelo lineal de contagio y no exponencial como pudieran proyectar las condiciones existentes.
Recuerdan que las pruebas PCR-RT y no las otras son las únicas validadas por la Organización Mundial de la Salud. De allí la afirmación que «el escenario de una epidemia bajo control con una curva aplanada es improbable a la luz de las proyecciones de estos modelos, con base en los datos disponibles para el momento».
A eso no le paran mucho los aupadores de la Operación tun tun. Lo de ellos es aplanar la curva de la libertad de expresión, cada vez más chata y vapuleada, e inversamente proporcional a la expansión del número de profesionales que son reprimidos por ejercerla. Veintidós casos se contabilizan desde que se decretó la emergencia, entre médicos, enfermeras y periodistas.
La recomendación académica es nada ofensiva: primero y principal ampliar la capacidad diagnóstica a través de las mencionadas pruebas PCT-RT. Y no ven porqué eso tiene que ser objeto de persecución y amenazas si el objetivo del informe técnico “es contribuir al mejor manejo de esta pandemia. Un informe emitido en razón de la función asesora al Estado venezolano que nuestras leyes y reglamentos otorgan a las Academias Nacionales”.
Pero parece que la molestia viene porque el régimen cree que la academia a su vez cree que el régimen miente en cuanto a proyecciones. Yo me solidarizo con los señores académicos, pero en eso último sí es verdad que no me meto.
¿Que el régimen miente? ¿Es que acaso le han cazado en 20 años una coba a la comparsa revolucionaria? ¿Será que no recuerdan que aquel remoquete de “mentira fresca” quedó deshecho por torrentes de veracidad? Caramba, qué osadía, qué atrevimiento. ¿Será que corre un nuevo virus produce espejismos? Quién sabe. Por prudencia y por no azuzar nuevos arrestos tuntuneros mejor me regreso a mi cuarentena.