Académicos ofrecen alternativas a propuesta de EEUU para un acuerdo político
Luis Enrique Alcalá, Daniel Varnagy y Carlos Raúl Hernández consideran que la propuesta de EEUU de conformar un Consejo de Estado es inviable e inconstitucional pero que debe avanzarse a un acuerdo político que permita al país salir adelante y enfrentar la situación derivada de la pandemia por el coronavirus
El pasado 31 de marzo, EEUU planteó una propuesta para una salida negociada al conflicto político de Venezuela mediante el que se conforma un Consejo de Estado que asume las funciones del Poder Ejecutivo y conduce al país hacia un nuevo proceso electoral, mientras la potencia norteamericana se compromete a levantar las sanciones financieras impuestas al país.
Como “Marco Democrático para Venezuela”, la propuesta fue presentada por el Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y establece el retorno de todos los diputados de la Asamblea Nacional (AN), el retiro de la orden de desacato al Parlamento, que procedería a escoger cuatro de los cinco integrantes de ese Consejo de Estado, quienes a su vez elegirían el quinto, y nombrarían las nuevas autoridades electorales.
La propuesta ha sido rechazada de plano por el gobierno de Nicolás Maduro, lo que descarta hasta el momento la posibilidad de una negociación. Mientras tanto, el ex secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Ramón Guillermo Aveledo indicó el 1° de abril en una entrevista a la emisora Unión Radio que la propuesta de Washington era un camino, pero no el único, y que correspondía a los venezolanos explorar otros para alcanzar un acuerdo político.
Caminos constitucionales para un acuerdo político
El exalcalde del municipio Libertador Juan Barreto propuso, durante una entrevista en VTV el miércoles ocho de abril, que Nicolás Maduro cree un gobierno de emergencia nombrando un vicepresidente opositor que a su vez designe un tren ministerial que emprenda las acciones necesarias para superar la crisis que embarga a Venezuela.
“Gobierno y oposición tienen que ceder las posiciones de lado y lado. El Gobierno, en términos declarativos ha dado muestras de estar dispuesto a llegar a un acuerdo nacional. Hace falta una tregua, asumir a un enemigo principal que está devorando la vida de la gente, como es el coronavirus”, expresó Barreto en esa oportunidad sobre la necesidad de lograr un acuerdo político.
Ante esta perspectiva, TalCual consultó un panel de tres amplios conocedores del escenario político nacional, Luis Enrique Alcalá, Daniel Varnagy y Carlos Raúl Hernández, quienes insisten en la necesidad de apegarse a la Constitución vigente y lograr un entendimiento que permita al país afrontar su crisis interna y recibir los recursos necesarios para enfrentar la emergencia.
Contexto para un acuerdo político
Para Daniel Varnagy, doctor en Ciencia Política y profesor titular de la Universidad Simón Bolívar, la llamada propuesta de EEUU se entiende dentro de un contexto según el cual el Departamento de Justicia ha fijado unas recompensas por los principales actores del sistema que encabeza el señor Nicolás Maduro, el chavismo, pero al no haber, desde el punto de vista pragmático, práctico, ninguna acción para avanzar en ello, salvo algunos ejercicios en aguas internacionales cerca de Venezuela, entonces no se prevé un desenlace.
“Es muy importante ver las cosas de forma vinculada y no aislada. Esa propuesta se hace en un determinado contexto que parte de una serie de premisas, como que hay una cierta probabilidad de que uno o varios actores, no los que están en segunda línea, sino los que están en primera línea del chavismo, pudieran entregarse voluntariamente para generar algún tipo de gobierno temporal. Si eso no ocurre, esa propuesta, en ese contexto, entonces los últimos estertores de una “negociación”, quedarían de lado, desaparecerían”, sostuvo el experto.
“Entiendo que en la mente de muchas personas está el tema de posiciones estilo Junta Cívico Militar o gobierno de transición, pero tengo un problema ético con eso, y es que la restitución del Estado de Derecho tiene que tener como elemento fundamental la búsqueda de la Justicia, y la cohabitación o coexistencia con actores que permitieron que llegáramos hasta aquí, incluso desde bancadas diferentes a las del Gobierno obstaculizaría que esto se dé a plenitud”, indicó Varnagy.
Acotó que, sin embargo, las instituciones, cuando logran restablecerse, tienen los mecanismos para reimpulsar la construcción de un nuevo Estado de Derecho y no tiene necesariamente que haber unas figuras extra constitucionales para la transición mediante un acuerdo político.
Inconstitucional
El sociólogo e investigador Luis Enrique Alcalá, quien mantiene el blog Dr. Político, indicó que ya en el proceso de negociaciones impulsado por el Reino de Noruega, se hablaba de conformar un Consejo de Estado que sustituyera la presidencia de la República, pero que eso es algo absolutamente inconstitucional. Insistió en que para hacer algo que no esté contemplado en la Carta Magna, debe consultarse primero al pueblo en referendo, ya que como depositario del poder constituyente originario, no está limitado por la Constitución.
“La piedra fundamental, el basamento de toda nuestra constitucionalidad se estableció el 19 de enero de 1999 con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que dio puerta franca a la posibilidad de preguntar si queríamos elegir una Asamblea Nacional Constituyente. El poder constituyente originario no está limitado por la Constitución, solo lo está por los DDHH y tratados a los que la República haya entrado válidamente con otras soberanías equivalentes”, resaltó Luis Enrique Alcalá.
En su opinión, la oposición llegó a las conversaciones en Noruega con el esquema del “cese de la usurpación”, que considera una tesis rebuscada y traída por los cabellos; y que además se refería a un gobierno de transición y a unas elecciones libres. Destacó que solo podría haber elecciones presidenciales si Nicolás Maduro renuncia al cargo, pues su período vence en 2025.
Sin viabilidad
El también doctor en Ciencia Política Carlos Raúl Hernández descarta cualquier posibilidad de que se logre un acuerdo político en torno a la propuesta de EEUU.
“Creo que ese no es ningún camino, porque el camino es uno que acepten las dos partes y sabemos que eso lo ha propuesto el gobierno norteamericano en estos dos años de haberse arreciado el conflicto. Es lo mismo del año pasado en Noruega y Barbados. No tiene ninguna viabilidad”, expresó tajantemente el experto.
Hernández es escéptico en cuando a que se logre un acuerdo político y duda de la sinceridad de quienes acuden a las rondas de diálogo.
“Creo que por el momento no se vislumbra ninguna alternativa, porque quienes representan la política norteamericana, el grupo oficial de la oposición, no tienen interés en negociar efectivamente con el Gobierno, sino que el Gobierno se entregue atado de pies y manos. Eso no va a ocurrir y no suele ocurrir en experiencias históricas parecidas”, indicó Hernández.
Dijo que esa posibilidad de rendición del gobierno de Nicolás Maduro es cada vez menor si se toma en cuenta que el mismo “ha venido ganando todas las peleas contra las insurgencias y ahora ha hecho un manejo correcto de la crisis (por el coronavirus)”.
Propuestas para un acuerdo político
Daniel Varnagy estima que, para avanzar hacia una cuerdo político tendría que reivindicarse la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y, en este sentido, habría que pensar en lo que significa la capacidad de ejercicio que podría tener una Asamblea Nacional fuera del contexto del desacato para poder expresarse acerca de las soluciones que tenemos en el país, y que sean constitucionales.
Por ello, en su opinión, hay que restituir los tres principales Poderes Públicos, los de la estructura tradicional del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial para buscar las soluciones.
Sin embargo, hizo hincapié en que la Asamblea Constituyente, que fue convocada por Nicolás Maduro y no por el pueblo venezolano en referendo, debe cesar en sus actividades. “Hay una asamblea constituyente que no goza de legitimidad ni legalidad, sino que es un poder de facto que tiene que cesarse para trabajar con los Poderes Constituidos”, insistió.
Nombramiento
Para Luis Enrique Alcalá, el camino a seguir consiste en aprovechar el artículo 234 de la Constitución, que regula las faltas temporales del presidente de la República, las cuales, establece el Texto Fundamental, serán suplidas por el vicepresidente Ejecutivo hasta por 90 días, prorrogables por 90 días adicionales. “Propongo que Nicolás Maduro como primer paso, nombre un nuevo vicepresidente que no venga ni de las filas oficialistas ni de la oposición”, señaló el investigador.
Explicó que, una vez nombrado ese vicepresidente, Nicolás Maduro se debe separar voluntariamente del cargo por 90 días, y que este lapso sea prorrogado por 90 días adicionales, luego de lo cual debe renunciar a la primera magistratura del país.
Agregó que, en esos seis meses que dan los dos períodos, el vicepresidente asumiría el Ejecutivo, recibiendo el respaldo de todos los sectores del país y actuando en colaboración con la Asamblea Nacional, atendiendo a lo establecido en la Constitución acerca de la colaboración entre los Poderes Públicos. Destacó que para la elección presidencial podrán postularse tanto Juan Guaidó como Nicolás Maduro, cumpliendo lo establecido en la Constitución y tal como figura en la propuesta presentada por EEUU, que dice que cualquier ciudadano podrá participar de la misma.
“Esos seis meses los puedes emplear para decisiones urgentes. Un período de ocho meses duró la presidencia de Ramón J. Velásquez cuando Carlos Andrés Pérez fue destituido de la presidencia de la República en 1992”, indicó Alcalá.
Falta de voluntad
Carlos Raúl Hernández coincide en que la ruta a seguir debe estar apegada a la Constitución, pero advirtió que esto se presenta con dificultades.
“El punto está en que hace tiempo que la Constitución no tiene ninguna operatividad y sirve solo para efectos del discurso; pero para efectos prácticos no se actúa conforme a ella. Lo ideal sería que tanto el Gobierno como la oposición trataran de regresar al esquema constitucional. Tampoco veo ninguna intención en ellos a propiciar un encuentro que permita una institucionalización del país”, argumentó Carlos Raúl Hernández.
En este mismo orden de ideas, Hernández resaltó que hay sectores del país que “impugnan” o critican su normalización. “Hay un cierto sector de la sociedad que todo lo que signifique que la gente esté más o menos tranquila, o que traten de vivir la vida en estas terribles condiciones del socialismo constituyen una traición a unos llamados insurreccionales que no tienen audiencia”, apuntó.
Por todo ello, sostuvo que tendría que haber un espíritu de acuerdo político entre ambas partes, pero acotó que «el único país donde he observado un empecinamiento infantil de parte y parte en aniquilar al contrario es en Venezuela. En todos los países ha habido procesos de transición gracias al entendimiento entre el gobierno y los opositores. Mientras la oposición esté dirigida por la hegemonía actual no veo ninguna posibilidad de que se progrese”, aseguró.
Peligros
La cerrazón por parte de ambos bandos enfrentados políticamente podría tener efectos devastadores para la nación. No solo al continuar la crisis económica, ni al impedir el poder contar con los recursos necesarios para atender la emergencia del coronavirus, sino porque puede dar pie a aventuras muy peligrosas para el país.
Al cerrarse las puertas a un acuerdo político se multiplican las posibilidades para una acción unilateral por parte de EEUU contra Venezuela, considera Daniel Varnagy, quien en todo caso duda que la potencia norteamericana se vaya a lanzar en la aventura de una invasión.
“La realidad política sería totalmente diferente si EEUU decide hacer algún tipo de intervención en Venezuela”, explicó, y pasó a detallar que la potencia norteamericana tiene dos maneras de intervenir, una llamada “quirúrgica”, que es puntual y tiene características muy restringidas en el tiempo, contando básicamente con el uso de recursos tecnológicos, y otra la invasión, que es más amplia en recursos y en el tiempo, y que, considera, está descartada.
Sostuvo que, en caso de que haya algún tipo de acción muy precisa para presentar a los funcionarios señalados de presuntos vínculos con el narcotráfico ante la justicia de EEUU, la propuesta que hizo EEUU desaparece del panorama, que pasa a ser totalmente diferente.
Decisión
Luis Enrique Alcalá enfatizó que el camino que ha descrito para lograr un acuerdo político es, primeramente, compatible con la Constitución y, luego, sencillo y rápido, y destacó que el alivio de no tener de mandatario a Maduro será inmediato, no solo para la nación entera sino para él mismo.
“A Nicolás Maduro no le ha sido fácil el ejercicio de la presidencia de la República al haber sido llamado “ilegítimo” por Capriles en 2013; cuando ya la gente de “la salida” (en 2014) sostenía que ‘Maduro no es Chávez, a ése lo tumbamos de un soplido’. Luego lo amenaza Ramos Allup de lograr la cesación de su gobierno en seis meses (2016); la absurda declaratoria de abandono de su cargo por la AN bajo la presidencia de Julio Borges (2017); el ataque de los drones (2018), y la incesante de batería de sanciones”, expresó a su vez, Luis Enrique Alcalá.
“Honestamente –prosiguió Luis Enrique Alcalá- no conozco otro tratamiento tan simple y menos traumático que la secuencia de ausencias temporales y la renuncia, la cosa depende de él y de la AN para autorizar la segunda ausencia. Entre otros tratamientos propuestos hay mucha agresividad y el desconocimiento de nuestra constitucionalidad, lo que es funesto. Nicolás Maduro tiene una nueva oportunidad de eludir el destino de Mohamed Morsi en Egipto, finalmente depuesto por los militares”.
Al respecto citó a Wael Ghonim, respetado ícono cívico en Egipto, que había apoyado a Morsi y luego lo acusó de polarizar y paralizar al país, quien dijo: “Ningún país avanza cuando la sociedad está dividida de este modo, y el principal papel del presidente de la República es unir, pero, desafortunadamente, el doctor Morsi, el presidente de la República, ha fracasado miserablemente en este objetivo”.
Negociación
“Continuaremos avanzando hacia un escenario de mayor control del gobierno, y con la agudización de los serios problemas en la producción de bienes y servicios”, aseveró por su parte, Carlos Raúl Hernández.
Señaló como un error por parte de dirigentes de la oposición, el creer que el hambre va a tumbar al Gobierno. “Sabemos que la dependencia con respecto al CLAP es mucho mayor, y que el hambre está sumamente paliada por la asistencia del Gobierno. Hace un mes había insatisfacción por los CLAP, pero ha habido un cambio y hay productos con una calidad aceptable. Esa idea infantil es la que ha llevado a la destrucción de la alternativa democrática”, indicó.
Recordó que la oposición siempre ha planteado una elección presidencial y el Gobierno no quiere y, al respecto, destacó que una negociación son concesiones y nadie gana todo. “El problema es que la oposición se presenta siempre con eso del cese de la usurpación, algo que no tiene viabilidad, y es negar la posibilidad de negociar. Se tienen que establecer plazos, dar concesiones. Se ha visto en más de 100 casos de transiciones de dictadura a democracia”, indicó sobre la posibilidad de un acuerdo político.
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