Acciones militares demuestran que en la FAN no hay total cohesión alrededor de Maduro
Desde la «operación libertad» pasando por el robo de armas y hasta los grupos capturados en las costas de Macuto y Chuao, cuatro acciones militares se han producido desde 2019. El politólogo Ricardo Sucre Heredia detalló las etapas que han marcado los diversos pronunciamientos a lo largo de la gestión de Maduro
Al menos cuatro acciones militares ha enfrentado el mandatario Nicolás Maduro desde que inició un segundo mandato en enero de 2019, algo que ha dejado en evidencia que, a pesar de lo que voceros del gobierno sostienen constantemente, acerca de la cohesión del sector castrense en torno al Ejecutivo chavista, las disidencias en las filas están proliferando y no todo es conformismo en la Fuerza Armada Nacional (FAN).
Las incursiones de elementos armados tanto de exmilitares como de civiles, en las costas de Macuto, estado Vargas, y Chuao, estado Aragua, son las más recientes expresiones de estas nuevas manifestaciones de elementos inconformes que han sido sofocadas por el gobierno de Nicolás Maduro, pero que devela que siguen existiendo fisuras entre los uniformados.
«No somos un país débil ni desvalido, somos un país con una poderosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana que debe está cada vez más unida, más cohesionada y más leal que nunca», expresó el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, el cuatro de mayo de 2019, al asistir a un centro de entrenamiento militar, cuatro días después de la “Operación Libertad”, que fue el primer brote rebelde en el nuevo período iniciado por Nicolás Maduro, mandato que no es reconocido por cerca de 60 países.
Acciones militares de la “operación libertad”
En la madrugada del 30 de abril de 2019, Venezuela se despertó con las informaciones que corrían a través de las redes sociales que daban cuenta de un enfrentamiento a tiros en los alrededores de la Base Aérea de La Carlota, al este de Caracas, entre un grupo de militares identificados con un brazalete azul y que se rebeló contra Nicolás Maduro, y otro de fuerzas leales al Ejecutivo.
El levantamiento estuvo liderado por el entonces director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin), Manuel Christopher Figuera, cuya primera acción fue sacar de su casa al dirigente opositor Leopoldo López, quien cumplía arresto domiciliario. López, junto al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien se había proclamado meses antes como presidente encargado de Venezuela, difundieron imágenes estando al frente de los sublevados.
En varias ciudades del país se produjeron protestas contra el gobierno, mientras Guaidó insistía, megáfono en mano, en llamar a los comandantes militares a ponerse de su lado. Antes del mediodía el brote rebelde había sido sofocado. Leopoldo López se refugió poco después en la Embajada del Reino de España.
Tortura
En el mes de junio de ese mismo año, se conocería un hecho que repercutió tanto en la opinión pública nacional como la internacional. El capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo murió a consecuencia de las agresiones de las que fue objeto luego de ser privado de libertad por organismos de seguridad del Estado; hecho ocurrido inmediatamente después de que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, abandonara el país.
La esposa de Acosta Arévalo había denunciado la desaparición del oficial el día 22 de junio. Éste había sido aprehendido junto a otras seis personas, algunos de ellos policías y otros militares, por efectivos de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgecim).
Días después, el ministro de Comunicación e Información de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, informó sobre la detención y aseguró que los aprehendidos estaban planeando el derrocamiento y asesinato de Nicolás Maduro.
Acosta Arévalo fue trasladado a la sede del Tribunal Militar para realizar su audiencia de presentación, pero el mal estado en que se encontraba obligó a que fuera trasladado al Hospital Militar, ubicado en Fuerte Tiuna, donde falleció en la noche de ese mismo día.
Posteriormente, comenzaron las investigaciones y se procesó a dos oficiales de la FAN por el caso.
“¡Que nadie se equivoque! El pueblo cuenta con una FANB cohesionada, que le garantiza tener una Patria libre e independiente para siempre”, expresó días más tarde, específicamente el 11 de julio el mandatario Nicolás Maduro, en su cuenta de la red social Twitter.
Robo de armas
No terminó 2019 sin un nuevo evento de insubordinación en las filas castrenses. El 22 de diciembre salió a la luz la “Operación Aurora”.
En la madrugada de ese día, un grupo de militares ingresó al fuerte de Santa Elena de Uairén, estado Bolívar, donde se apoderaron del parque de armas, que comprendía 120 fusiles AK 103, lanzacohetes, granadas y municiones.
Durante la huida, el sargento mayor Darwin Balaguera Rivas, quien transportaba el armamento robado durante las acciones militares, se enfrentó a tiros en la sede del destacamento 623 San Ignacio, luego de lo cual huyó hacia la frontera brasileña, abandonando el material bélico sustraído. Fue detenido posteriormente.
Para liberar presos políticos
Pasado el primer trimestre de 2020 volvieron a suscitarse acciones militares contra el gobierno de Nicolás Maduro. En la madrugada del 20 de abril un grupo de uniformados buscaron tomar control del destacamento de la Guardia Nacional ubicado en Los Teques.
El líder de estos sublevados fue el capitán Dimas Omar Murillo Rubio, perteneciente al Destacamento 441 de la Guardia Nacional.
Junto a Murillo fueron detenidos el capitán Jesús María Alarcón, los coroneles José Romel Acevedo y Pedro Javier Zambrano, y el mayor Abraham Suárez Ramos, que fueron llevados a la sede de la Dgcim en Boleíta.
El plan de los alzados era apoderarse del parque de armas del destacamento y luego dirigirse al penal de Ramo Verde, donde ejecutarían acciones militares para forzar la liberación de los presos políticos del gobierno de Nicolás Maduro.
Cohesión con descontento
El politólogo y psicólogo social Ricardo Sucre Heredia aseguró en entrevista con TalCual que el que se observe que se mantiene una cohesión en los altos mandos de la FAN no implica que no exista descontento en la institución castrense, al tiempo que observa que las acciones militares contra Nicolás Maduro han dejado de ser aislados para pasar a ser más organizados.
“Están las dos cosas (cohesión y descontento). Al ser una estructura vertical, piramidal, siento que están cohesionadas, si no lo estuvieran ese quiebre hubiera ocurrido ya, porque ha habido muchas situaciones para ello; al contrario, ha soportado todas las presiones y pruebas importantes, como la amenaza de Trump, que es lo que veo más relevante, el discurso en la Universidad de Florida el año pasado en el que dijo ‘sabemos quiénes son ustedes, donde tienen el dinero’, refiriéndose a los altos mandos militares”, indicó Sucre Heredia.
El experto en temas militares agregó que, al mismo tiempo, está el descontento que a su juicio viene desde el gobierno de Hugo Chávez y que es impulsado por dos factores. Uno político ideológico y otro más orientado a lo social.
Partidización
“El ideológico es que muchos militares sienten que el carácter profesional de la FAN se está perdiendo, porque la FAN se está convirtiendo en un ejército socialista, en el sentido de que sus miembros están parcializados. Son profesionales, pero siguen a un grupo político”.
Argumentó recordando la teoría de Samuel Huntington según la cual los militares privilegian el control subjetivo, que es lograr la obediencia mediante la superposición de un proyecto político que los militares ven como suyo. Y de ahí el discurso de “somos antiimperialistas, anti oligárquicos y chavistas”, lo que explica, a juicio de Sucre Heredia, que el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, diga “entre nosotros no hay contradicción en el carácter político y el militar”, aunque el también profesor de la UCV advierte que el alto oficial no tiene razón en ello.
“Muchos militares formados en la época de Copei –prosiguió- lo fueron con el control objetivo, donde el militar dice ‘soy militar, no me meto en política’, y por eso Chávez decía que los militares eran unos eunucos, que los esconden y no los sacan de los cuarteles. Los primeros años de Chávez hubo esa crítica, que se estaban conformando unas FAN socialistas. No es que no sean profesionales, las Fuerzas Armadas chinas son profesionales, pero responden al buró del Comité Central del Partido Comunista, son partidistas”.
Discontinuidad
Sucre Heredia precisó que con Nicolás Maduro entraron dos elementos, uno donde hay militares que dicen ‘éste no es Chávez, es un mediocre, un tipo sin luces, no tiene el respaldo popular de Chávez. A este lo vamos a tumbar’, ya que a Chávez los uniformados descontentos se lo “calaron” como lo hizo la sociedad, pero con Maduro empezaron las conspiraciones. “Esto fue porque lo vieron débil, por lo que las acciones militares han ido in crescendo, a lo que se sumó después la crisis del país. Pienso que con Maduro las conspiraciones no las puedes ver lineales”.
En este sentido detalló que hay dos etapas en las acciones militares contra Nicolás Maduro, la primera va desde 2013 hasta 2016 y la segunda desde 1017 hasta ahora.
Estructura
“En la primera etapa (las acciones) son las tradicionales, militares descontentos que se tiran una parada, el golpe azul, por ejemplo, con alguna vinculación (con otro componente) pero muy particular, sin una estructura orgánica. A partir de 2017 comienzan a haber deserciones por la situación política y social, algunos oficiales pidieron la desincorporación, mandaron videos y quienes conspiraban comenzaron a comunicarse más; por eso se han dado operaciones inter fuerzas, en la de Acosta Arévalo, que era de la Armada, había gente del Ejército, y otro de la Guardia Nacional”, indicó.
Desde la perspectiva de Sucre Heredia, poco a poco comienza a haber más estructura y con la crisis política venezolana, y las acusaciones de “dictadura, y narcoestado” contra la administración de Nicolás Maduro, esos grupos comenzaron a articularse con más fuerza.
“En conclusión, el alto mando está cohesionado, lo de Christopher Figuera no fue un quiebre; fractura hubo el 11 de abril (2002), pero no el 4F (1992) como tampoco cuando el Carupanazao y el Porteñazo, hay una sucesión de eventos que hacen pensar que hay un descontento allí”, puntualizó.