ACEP marca pauta en la renovación del liderazgo político, por Zarina García
La imagen del partido Acción Ciudadana En Positivo (ACEP), es la de un partido diferente a los tradicionales, que incluye a los ciudadanos que se sentían no representados, a los abandonados por aquellos en quienes confiaron. ACEP se caracteriza por tender la mano con humildad y sin hacer preguntas del color de su de partido político, siempre respetando el pensar y sentir de cada uno, siempre enseñando su compromiso a lograr un cambio en el país.
Todo lo contrario a algunas toldas políticas caracterizadas por sembrar el odio, por descalificar lo que con esfuerzo se ha trabajado, por fomentar la lucha de clases, por excluirnos como sociedad civil con un cuento chino, metiendo hasta en los huesos el resentimiento entre nosotros mismos.
Ya basta de llover sobre mojado. Pero sí debo aclarar que el enemigo es el autoritario que se sienta en Miraflores, que cumplió el sueño del ya fallecido promotor de este desastre, de hacer creer que ser rico es malo.
Pero qué sabroso es para ellos vivir como tales, disponiendo a voluntad de los recursos que nos pertenecen a todos los venezolanos.
Haciendo pervivir en las redes sociales un incremento al odio mutuo y una especie de irritabilidad de todos contra todos.
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Entiendo y reflexiono dónde yace ahora la opresión: en la familia, y ni hablar de las cuentas con temas específicos y target de audiencias, que osan mostrar diferencias existentes y por existir a través de ellas; el chavismo se encargó de establecer la hegemonía comunicacional de sus dogmas.
El daño que le ha hecho al racionalismo y a los principios liberales es muy profundo, transformándonos en un país de hombres y mujeres impotentes sumergidos en la envidia y la humillación; nos obsesionamos con vengarnos de quienes nos atropellan o engañan.
Y hasta ahora han logrado, en tan solo 20 años, que nos convirtamos en su destino manifiesto, envenenando nuestros corazones.
Los invito a reflexionar, el enemigo no somos nosotros, los que creemos en la democracia y en la participación ciudadana. El enemigo lo tenemos ejerciendo todos los poderes desde Miraflores. Si queremos realmente sustituirlos tenemos que sacrificarnos, cediendo en asuntos menores. Para salir de este infierno debemos sacarlos a ellos todos juntos y luego cada partido desarrollará totalmente su individualidad.
Es hora de que dejemos de comportarnos como le conviene al de Miraflores, con su constante manipulación.
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