Acusan a Bukele de poner en riesgo la democracia en El Salvador
La FIDH y sus organismos miembros estarán atentos al desenvolvimiento de los acontecimientos en El Salvador, confiando que el Gobierno se abstendrá de llevar a cabo nuevas actuaciones que afecten la vida institucional, la paz, la democracia y el respeto de los DDHH
Este 12 de febrero la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) junto a 22 organizaciones latinoamericanas defensoras de la libertad, rechazaron de manera categórica la incursión del presidente de El Salvador, Náyib Bukele, a la Asamblea Legislativa acompañado de un amplio escuadrón militar.
Dijo que los hechos ocurridos el pasado domingo 9 de febrero, cuando el presidente ingresó al Parlamento, representan un «acto claro de amedrentamiento con el fin de presionar para que le sea aprobado un préstamos de la banca gestionado por su presidencia».
Las organizaciones defensoras de los DDHH catalogaron este actos como una «irrupción precipitada» de la Asamblea Legislativa, que a su juicio constituye un «abierto ataque a los pilares de un Estado de derecho y a los principios básicos de la democracia, basada en la separación de poderes y el respeto a los mecanismos para evitar el abuso de poder».
Cuestionaron que un mandatario que fue electo bajo un proceso democrático, ahora acuda a las amenazas como un método para que el Parlamento apruebe lo dicho por su Gobierno, o de lo contrario recurrirá a otros «métodos» para conseguir los recursos.
«Resulta asimismo preocupante la premura con la cual Bukele intenta que se apruebe el préstamo de 109 millones de dólares, cuyo financiamiento proviene del Banco Centroamericano de la Integración Económica, y que tiene como objetivo modernizar el equipamiento de la Policía Nacional Civil y de las Fuerzas Armadas», detallan las organizaciones a través de un comunicado.
Recordaron que este tipo de acciones «resultan claramente inaceptables», es por ello que instan de manera urgente al Gobierno salvadoreño a cesar de forma inmediata y definitiva «todo tipo de presiones hacia la Asamblea Legislativa, así como a desechar toda amenaza de intervenciones ajenas a la democracia y al orden constitucional».
La FIDH y sus organismos miembros estarán atentos al desenvolvimiento de los acontecimientos en El Salvador, confiando que el Gobierno se abstendrá de llevar a cabo nuevas actuaciones que afecten la vida institucional, la paz, la democracia y el respeto de los derechos humanos.
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