AD de Leonardo Ruiz Pineda a Bernabé….. y otros, por Walter Boza
A pesar de todas las críticas que pudiesen hacérsele a Acción Democrática, no es posible escribir la historia contemporánea de Venezuela, sin dedicarle un espacio importante a AD, cómo un factor histórico determinante en la democracia Venezolana.
Democracia que debemos superar, para construir un nuevo modelo democrático, superando las carencias y los errores del pasado y avanzar hacia propuestas mas inclusivas, mas participativas para hacer realidad una Venezuela distinta, con un profundo sentido humano que luche a fondo contra la corrupción y por la erradicación de la pobreza, con una nueva propuesta educativa y de salud pública que nos convierta en un ejemplo para el mundo.
Acción Democrática, jugó un estelar papel en la lucha contra la dictadura Perezjimenista, sus dirigentes más importantes fueron perseguidos, muchos salieron al exilio, muchos otros llenaron las cárceles de la dictadura y otros ofrendaron su vida por la causa de la libertad y de la democracia.
Fueron 10 años negros en la historia, de 1948 cuando es derrocado Rómulo Gallegos, primer Presidente electo por el voto directo, universal y secreto, hasta el derrocamiento de la dictadura el 23 de enero de 1958.
En esos 10 años de oprobio, la dictadura realizó 2 eventos electorales, uno en 1952 y otro en 1958, por supuesto, ambos fraudulentos y en ambos ganó la dictadura, con las cárceles hacinadas de presos políticos civiles y militares, violándose todos sus derechos y violándose todos los derechos humanos, no había libertad de prensa, no había libertades de ningún tipo y el régimen se sostenía a base de mentiras, engaños y una implacable represión contra todo aquel que se opusiera a sus designios.
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La policía política de aquella dictadura era la tenebrosa Seguridad Nacional, lleno de psicópatas torturadores y asesinos en donde la tortura era practica común y en donde la operación tun tun era practicada cotidianamente.
Durante esos 10 años, la conducta de AD y del Partido Comunista, fue de oponerse frontalmente, sin hacer concesiones, con dignidad y con valentía, sin hacer negociaciones ocultas y sin venderse a la dictadura y sin jugar a la política de las conveniencias.
Eran dignos y honorables, no eran politiqueros, lucharon hasta derrocar a la dictadura.
El símbolo más representativo de aquella gesta, fue Leonardo Ruiz Pineda, quien fue asesinado en las calles de caracas una noche oscura de 1952, pero que su ejemplo fue el gran inspirador para continuar la resistencia aún en los momentos más desoladores y tristes.
La Venezuela de hoy tiene muchos rasgos comunes con la dictadura Perezjimenista, no hay libertades democráticas, periodistas perseguidos y encarcelados, medios de comunicación cerrados y otros bloqueados, las cárceles llenas de presos políticos civiles y militares, de nuevo se instala la tortura cómo acción cotidiana de las policías del régimen, las 2 últimas elecciones han sido fraudulentas (la de la elección de la llamada ANC y la elección del 20 de mayo donde resultó » electo » Nicolás Maduro cómo presidente), pero además el país sumergido en la más profunda crisis moral, económica, institucional, económica social y política de su historia, con la mayor inflación del planeta y con los mayores índices de corrupción en nuestra historia.
Que diferente, que radicalmente distinta fue la posición de Ruiz Pineda a la que ha asumido Bernabé, quien ha traicionado a Ruiz Pineda y todo lo que él significa y se ha plegado al gobierno sin escrúpulos a cambio de que designaran a un hermano cómo miembro de un Poder Electoral CNE vergonzante, ilegal e inconstitucional y quien sabe que otras cosas más.
Hoy más que nunca hay que dignificar el ejercicio de la política, la lucha por los principios y valores democráticos, recuperar la honorabilidad y la dignidad cómo modelo de vida, colocar los intereses del país por encima de los intereses de grupos o partidos, o por la ambición personal de unos pocos.
El país reclama a gritos una nueva forma de hacer política, seguro estoy que surgirán nuevas agrupaciones y nuevos liderazgos dignos que dirigirán la reconstrucción de Venezuela.
Por ahora, veremos cómo continuará este bochornoso espectáculo.