Adiós luz que te apagaste, por Teodoro Petkoff
Al burladero del «gobierno anterior», donde se refugiaban, al comienzo, los dueños del poder, para eludir sus responsabilidades, sólo puede apelar hoy quien carece completamente de vergüenza. Once años después, las alusiones al «gobierno anterior» suenan patéticas, risibles y, sobre todo, profundamente irritantes.
Porque todo el mundo siente, con inocultable molestia, que se necesita una cara de hormigón armado para echarle la culpa de los apagones a «los gobiernos anteriores».
Ya no pueden disimular más. El país vive una crisis eléctrica de grandes proporciones. Por más que patalee, el culpable es Chacumbele.
Cualesquiera que hubieran podido ser las fallas y omisiones de «gobiernos anteriores», el Gran Incapaz ha tenido once años para remediarlas.
Dos «gobiernos anteriores». No lo ha hecho. Nunca, ni con el peor de los gobiernos anteriores, pasó algo parecido a lo que vivimos. De todos modos, no puede dejar de observarse que, tal como señaló el experto Víctor Poleo ( TalCual, 22 y 23 septiembre 2009), en los 60 y 70 del siglo pasado «ya hubo una cuidadosa y dominante planificación nacional» que condujo a las puestas en servicio de las represas Macagua I en 1961, Gurí I en 1968, Gurí II, en 1986 y Macaguas II y III en 1995, por los «gobiernos anteriores» de Betancourt, Leoni, Lusinchi y Caldera respectivamente.
El «gobierno anterior» de Caldera II contrató e inició Caruachi, que ni siquiera la incapacidad de Chacu pudo impedir que entrara en operaciones en 2003.
En treinta años, los «gobiernos anteriores» construyeron y echaron a andar cuatro represas y ampliaron, en la etapa II, la capacidad del gigante Gurí hasta su nivel actual, dejando iniciada la quinta represa.
Todas esas represas generan el 70% de la electricidad que consume el país. Al Gran Estratega, al Hombre de la Larga Mirada sobre el Porvenir, nunca le paso por la cabeza que el crecimiento inevitable del consumo obligaba a atender prioritariamente el incremento de la capacidad de generación eléctrica. Le sobraba la plata para hacerlo, pero se conformó con administrar lo que le dejaron los «gobiernos anteriores» y ahora nos propone la formula «salvadora» de racionar el consumo. Ni él ni su equipo de planificadores, con Giordani a la cabeza, tampoco pensaron nunca que los dispositivos de transmisión se van desgastando con el uso y, peor aún, con la falta de mantenimiento.
Esos cables ya no aguantan incrementos en la carga que transmiten. Ni al Hiperlíder ni a los genios que lo acompañan les pasaba eso por la mente.
No obstante, Chacumbele, en algún instante de lucidez, ofreció hace años, la construcción de 29 plantas termoeléctricas, pero después, ocupado en la batalla contra el capitalismo mundial, olvidó la promesa. El resultado es que de las 29, que debían haber sido terminadas dos años atrás, sólo se han construido cinco, tres de las cuales no funcionan y dos lo hacen a un tercio de su capacidad. Y no hablemos de la cuestión de las tarifas y del modo propio de oligofrénicos, como se ha manejado ese tema.
¡Patria, Socialismo y Apagones!