Administración pública y transición, por Wilfredo Velázquez

En la Venezuela que viene, la administración pública debe ser una herramienta de desarrollo y de creación de ciudadanía.
Tanto Chávez como Maduro pervirtieron la administración pública. Si bien, Chávez, en su programa de gobierno, prometió redimensionarla, lo que, en realidad, hicieron, ambos, fue crear nuevos entes burocráticos, en pleno discurso, como si se tratara de ideas geniales, cuando en realidad estaban creando un monstruo inmanejable.
Hoy, la Administración Pública Nacional (APN) tiene dimensiones paquidérmicas es totalmente ineficiente y no atiende a ningún plan ni concepto de estado.
Las organizaciones que la conforman, en todos sus niveles, son manejadas como feudos particulares, centros de negocios, donde ni las instituciones ni los administrados son considerados.
Revertir esta situación requerirá de un esfuerzo titánico.
Para pasar del monstruo publico actual, al aparato administrativo que necesitará el gobierno de transición, el Presidente de la Asamblea Nacional, en funciones de Presidente encargado, debe proponer un acuerdo de gobernabilidad para el periodo de transición, nombrar, desde ya, los ministros y los equipos que asumirán el control de los diferentes organismos, cuando el gobierno actual abandone sus funciones.
Estos equipos deben tener preparado un plan de acciones inmediatas que les permita asumir sus tareas en medio del caos.
La APN, postchavista o de transición (APNT) será hija del caos, y tendrá vida limitada, actuará en función de la nueva concepción de estado, especialmente en lo relativo a las competencias que se reserve el ejecutivo, y a los niveles de control que se ejercerán en las actividades de libre mercado, entendiendo que la transición será un periodo de ajustes severos en todos los ámbitos.
La APNT, tendrá en sus metas de corto plazo, el compromiso de revertir el modelo de gerencia caudillista y corrupto, que ha imperado en estos veinte años, sustituir los mandos medios por talento profesionalizado y promover su formación acelerada para acabar con el clientelismo.
Los directores de la transición, deben tener la capacidad para entender y lograr los objetivos centrales de la transición en sus respectivas áreas.
En esta etapa se redimensionará el estado, se establecerán las relaciones institucionales en el estricto respeto a la separación de poderes.
La APNT debe organizarse en función de los criterios de gobernabilidad previamente pactados.
La función pública, durante la transición, se ejercerá en condiciones de transparencia, eficiencia y estricta ética y moralidad pública.
La APNT actuará de manera proactiva, con flexibilidad burocrática y acompañando efectivamente a los administrados.
El colapso institucional produjo un enorme pasivo en la demanda ciudadana respecto a las instituciones, para dar respuesta rápidas y efectivas, se debe declarar la emergencia administrativa, simplificar los procedimientos administrativos, activar el gobierno electrónico y acercar la administración al ciudadano.
La Asamblea Nacional legislará para desmontar, el aparataje seudo legal creado por el chavismo y para crear los nuevos instrumentos legales que sustenten una nueva APN.
Además de redimensionar el aparato burocrático, adecuarlo al nuevo modelo de desarrollo, solventar los pasivos de la demanda ciudadana y mantener el país operativo, la APN transicional, estará obligada a sentar las bases, para la conformación de la APN postburocrática, que sustituya el modelo weberiano, ya agotado y superado por los nuevos paradigmas de inclusión y control ciudadano de la administración pública.
La APNT debe:
- Contribuir a afianzar el nuevo papel del estado y coadyuvar a la creación de una economía de mercado.
- Facilitar los procesos que permitan la creación de una sociedad productiva abierta y competitiva en condiciones de igualdad y sostenibilidad, donde los controles no ahoguen la iniciativa privada ni los nuevos emprendimientos.
La APNT, tiene el compromiso de contribuir a la transformación del estado fallido chavista, en el nuevo estado neoliberal, debe reducir sus dimensiones, implementar la descentralización, definir las áreas susceptibles a los procesos de privatización, y promover los mecanismos de gobernanza, para desarrollar instrumentos de regulación del estado por la sociedad civil, que nos permitan terminar con la entelequia de la democracia participativa y erradicar la utopía comunista de la sociedad comunal.
La construcción de la nueva APN, post-burocratica, se iniciará al concluir la transición, considerará, en primer lugar, al ciudadano y la calidad de los servicios, promoverá la formación de ciudadanía, será flexible, evaluará sus costos y resultados con apego a estrictos mecanismos de control, será inclusiva respecto al administrado, promoverá la confrontación constructiva y se mantendrá en un proceso de mejora permanente. Será flexible en sus procesos y promoverá la participación del ciudadano como sujeto activo de sus funciones.