Agosto negro, por Beltrán Vallejo
Agosto fue el mes del bolívar descuartizado a un ritmo vertiginoso. El dólar, finalizando el mes de julio, cerró en 11.866, Bs. S.; finalizando agosto, lo vemos traspasando los 26.000Bs.S; en un mes se incrementó en más de 14.000 Bs. S. Por supuesto que en el momento de publicación de estas notas, el bolívar seguirá cavando su tumba, haciéndola más honda, vía quizás la quinta paila del infierno.
¿A qué se debe tamaño repunte del dólar con respecto al bolívar, cuyo efecto en la espiral inflacionaria es como de combustible para avión? Según la opinión de los que saben de economía, el drama de agosto se debió a un enorme incremento del gasto oficial en bolívares, donde parece que Pdvsa honró compromisos con proveedores, y estos están haciendo cobertura comprando dólares.
Con respecto a eso de la subida del dólar, hay que recordar que el BCV, asfixiando la intermediación bancaria, mantiene todavía la medida del encaje legal en un 100%, y que “para frenar el alza del dólar y enfriar la inflación”. Pues bien, fracasó estrepitosamente esa medida, ya que el dólar se escapó, y se terminó asesinando el crédito en los términos de que dicho encaje degolla a los medianos y pequeños empresarios, quienes son los que más sufren porque no pueden pedir crédito bancario para al menos meterle algo a los estantes o medio invertir en el negocito.
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Viendo tamaña ineptitud del régimen, le pregunto a los chinos, una potencia que en los últimos 10 años logró sacar de la pobreza extrema a 800 millones de sus connacionales, lo siguiente: ¿vale la pena que ustedes mantengan a un Maduro que ha demostrado incapacidad con su modelo económico tan desacertado e irresponsable?
Es decir, agosto exhibió a un régimen cuya ineptitud abismal en materia económica repercute atrozmente en el día a día de millones de venezolanos, menos en las casas de asesinos políticos y económicos que reinan sobre una tierra arrasada por el hambre y la miseria, menos en una élite militar y delincuencial, y menos en un micro mundo empresarial de asociados con la tiranía, además de los que hacen carantoñas, y que de oposición al régimen, pero que también han demostrado que de patriotas no tienen un ¡carajo!
Hoy Venezuela se ubica dentro del renglón del salario más bajo de Latinoamérica, superado incluso por el de Haití y el de Cuba, tratándose de un listado salarial donde ocupa el primer lugar con un salario fortalecido un país que no produce petróleo, como lo es Costa Rica. Hoy el trabajador venezolano trabaja en régimen de esclavitud, considerando su salario mínimo de 40.000 bolívares mensuales, con lo que quizás formemos parte de un Rankin de injusticia integrado por Malawi, por la República Democrática del Congo, por Liberia, por Guinea Bissau, por Gambia y un funesto etcétera de naciones hambreadas que diariamente, como las películas de zombi, su población intenta escapar del infierno africano invadiendo a Europa.
Entonces, ¿cómo es posible que ante un salario hecho papilla, ni por asomo aquí en Venezuela se convoca, sino una huelga general, que sería lo lógico, al menos una movilización nacional contra este régimen que encontró la manera de convertir al trabajador venezolano en un esclavo; ¿pues para qué un trabajador de la administración pública, o de lo que queda de empresa privada, va a su lugar de trabajo a realizar una actividad sino es para ganarse el pan?; pues hoy el trabajador venezolano no se gana el pan con su trabajo.
¡Nos estamos muriendo de hambre, y no luchamos!