Alguien importante no estuvo en la República Dominicana
Desde las menguadas tribunas que le quedan dentro del oficialismo, el capitán Cabello se ha declarado abiertamente en contra del diálogo con los sectores democráticos
Autor: Sebastián Boccanegra
Ya se dio el segundo paso en este nuevo intento de diálogo entre los dos sectores en que está dividido el país. El primero se concretó hace dos semanas con las reuniones que sostuvieron en Caracas tanto el presidente Nicolás Maduro como líderes de la Mesa de la Unidad Democrática con el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
Este viernes, el encuentro se celebró en la República Dominicana. Se tejieron muchos rumores sobre esa reunión, muchas críticas de parte de los extremistas de ambos lados. Hay quienes creen que los encuentros deben anunciarse, otros que se deben hacer en secreto, pues las presiones que pueden venir de afuera hacen más difícil hallar puntos en común. El que se haya dado la reunión en la República Dominicana nos hace inferir que se prefiere la segunda opción.
Vemos con interés, y con muy moderado optimismo, que dichos encuentros se hayan producido. Están los que ya dicen que no se logró nada, pero creemos que el sentarse, aunque sea cada parte por separado con los mediadores, es un avance importante. Es posible que el objetivo del Gobierno sea ganar tiempo y estamos seguros de que los dirigentes democráticos no se dejarán engañar.
A este encuentro asistieron cuatro representantes por la MUD y tres por el Gobierno. Del lado democrático estuvieron dirigentes de los cuatro partidos que llevan la voz cantante en la entente opositora desde el año pasado. Es verdad que esa voz viene desafinando durante el presente año, pero esperamos que en este caso canten con un solo tono.
En la cita quisqueyana de este fin de semana faltó alguien y no fue cualquiera. Nos llama la atención que los delegados oficialistas sean apenas tres. Es cierto que dentro del movimiento chavista hay dos corrientes fundamentales, según los que lo conocen por dentro, y son el madurismo y el cabellismo. Pues bien, los tres asistentes son identificados con la primera corriente, por lo que la segunda no tuvo representación en la República Dominicana.
No creemos que la ausencia del capitán tenga que ver con algún temor por salir de Venezuela, pues el gobierno dominicano no emprendería ninguna acción contra él, pero en todo caso podía haber enviado a algún delegado suyo a ese encuentro. Recordamos que el capitán
Ya se dio el segundo paso en este nuevo intento de diálogo entre los dos sectores en que está dividido el país. El primero se concretó hace dos semanas con las reuniones que sostuvieron en Caracas tanto el presidente Nicolás Maduro como líderes de la Mesa de la Unidad Democrática con el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
Este viernes, el encuentro se celebró en la República Dominicana. Se tejieron muchos rumores sobre esa reunión, muchas críticas de parte de los extremistas de ambos lados. Hay quienes creen que los encuentros deben anunciarse, otros que se deben hacer en secreto, pues las presiones que pueden venir de afuera hacen más difícil hallar puntos en común. El que se haya dado la reunión en la República Dominicana nos hace inferir que se prefiere la segunda opción.
Vemos con interés, y con muy moderado optimismo, que dichos encuentros se hayan producido. Están los que ya dicen que no se logró nada, pero creemos que el sentarse, aunque sea cada parte por separado con los mediadores, es un avance importante. Es posible que el objetivo del Gobierno sea ganar tiempo y estamos seguros de que los dirigentes democráticos no se dejarán engañar.
A este encuentro asistieron cuatro representantes por la MUD y tres por el Gobierno. Del lado democrático estuvieron dirigentes de los cuatro partidos que llevan la voz cantante en la entente opositora desde el año pasado. Es verdad que esa voz viene desafinando durante el presente año, pero esperamos que en este caso canten con un solo tono.
En la cita quisqueyana de este fin de semana faltó alguien y no fue cualquiera. Nos llama la atención que los delegados oficialistas sean apenas tres. Es cierto que dentro del movimiento chavista hay dos corrientes fundamentales, según los que lo conocen por dentro, y son el madurismo y el cabellismo. Pues bien, los tres asistentes son identificados con la primera corriente, por lo que la segunda no tuvo representación en la República Dominicana.
No creemos que la ausencia del capitán tenga que ver con algún temor por salir de Venezuela, pues el gobierno dominicano no emprendería ninguna acción contra él, pero en todo caso podía haber enviado a algún delegado suyo a ese encuentro. Recordamos que el capitán Cabello ha declarado estar en contra de cualquier tipo de diálogo con los sectores opositores. La concreción del encuentro indica que el expresidente de la Asamblea Nacional está perdiendo peso en las decisiones más importantes que toma el gobierno de Maduro.
Que Albert Rivera haya entrado a Venezuela cuando desde su programa televisivo Cabello dio la orden al Saime de que no lo dejara ingresar fue una muestra de lo que decimos, pero en todo caso ese fue un incidente menor.
Lo que se empezó a dilucidar este fin de semana en la isla antillana es demasiado importante para el futuro inmediato del país, y creemos que todos los sectores deben hacer sus aportes para alcanzar acuerdos que permitan sacar a Venezuela de la grave situación en la que se encuentra. El capitán Cabello no debería excluirse de ese esfuerzo.
más importantes que toma el gobierno de Maduro.
Que Albert Rivera haya entrado a Venezuela cuando desde su programa televisivo Cabello dio la orden al Saime de que no lo dejara ingresar fue una muestra de lo que decimos, pero en todo caso ese fue un incidente menor.
Lo que se empezó a dilucidar este fin de semana en la isla antillana es demasiado importante para el futuro inmediato del país, y creemos que todos los sectores deben hacer sus aportes para alcanzar acuerdos que permitan sacar a Venezuela de la grave situación en la que se encuentra. El capitán Cabello no debería excluirse de ese esfuerzo.
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