Algunas peticiones para una mejor Venezuela, por José Rafael Hernández
Hay cosas dentro de la sociedad venezolana que nos parecen obvias. Parecen que siempre las hemos asumido y promovido. Pero resultan cosas que no necesariamente son así:
Quiero una vida con marcas distintas, tamaños, pesos.
Quiero una vida sin divisiones entre los que recibimos los CLAP y quienes van sin complejos a comprar en bodegones a precios en dólares.
Quiero una vida donde todos los niños puedan estar orgullosos de su formación, sin divisiones por laptops, teléfonos o videos de instrucción para algunos y otros, que ni siquiera reciben los principios básicos.
Quiero una sociedad donde todos tengamos derecho al trabajo, sin prohibiciones, sin máscaras, con sueldos o con ingresos de acuerdo a lo trabajado.
Quiero una vida donde los periodistas no estén citados, presos, torturados o desaparecidos.
Quiero una Venezuela donde no nos dividamos entre los que vivimos en Catia o Petare y algunos otros un poco retirados de esas zonas.
Quiero tener de nuevo un país que viva del petróleo, hierro, acero, aluminio, electricidad, turismo.
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Quiero un país donde la primera solidaridad sea con nosotros mismos con nuestras carencias.
Quiero un país sin FAES, sin muertos con o sin dudas.
Quiero un país con agua.
Quiero un país con luz.
Quiero un país con teléfono.
Quiero un país con gas.
Quiero un país con gasolina.
Quiero un país sin fiebre amarilla, dengue, parálisis infantil, sin malaria.
Quiero un país en el que tengamos más escuelas, más liceos, más universidades, más formación como electricistas, herreros, albañiles, carpinteros.
Quiero un país con muchos técnicos en informática.
Quiero un país con mucho mucho mucho turismo.
Nada de esto, tan de toda la vida, hoy lo poseemos. No es soñar con un país con futuro.
Es soñar con un país como tuvimos y hoy nos parece tan lejano.
Es soñar…