Almagro dejó desnudas a las rectoras del CNE, por Xabier Coscojuela
El secretario general de la OEA habló claro y raspao. Demostró en la carta que le dirigió a Tibisay Lucena que está muy bien enterado de lo que ocurre en el país, pues desgranó todas las irregularidades que las rectoras psuvistas del CNE han realizado y convalidado. El mundo se le está haciendo pequeño al gobierno de Maduro
Autor: Xabier Coscojuela
La carta suscrita por Luis Almagro, secretario general de la OEA, deja desnudas a las cuatro rectoras del Consejo Nacional Electoral. Es cierto que la misiva está dirigida a Tibisay Lucena, pero las razones que expone el excanciller uruguayo le vienen como anillo al dedo a las otras tres. No dice nada que los venezolanos no sepamos, pero expone la verdad de los sectores democráticos del país al mundo.
“..las dificultades sólo alcanzan a los partidos de la oposición”, dice Almagro, lo cual es evidente hasta para el observador más desprevenido. Demuestra que conoce perfectamente lo que está ocurriendo en Venezuela. Desmenuza todas las irregularidades, triquiñuelas y desafueros que ha cometido el gobierno de Maduro con la complicidad de todos los poderes.
Rechaza las manipulaciones a los circuitos, la inhabilitación de varios dirigentes opositores, los decretos de estados de excepción, la intervención de las directivas de varios partidos políticos, la colocación de tarjetas similares a las de la MUD para promover la confusión de los electores y el juicio irregular con una sentencia a todas luces injusta contra Leopoldo López. Le precisa a Lucena que “frente a todos estos hechos no podemos mirar para otro lado ni usted ni yo”. Realmente Lucena no sólo no mira para otro lado, sino que avala y convalida todas las irregularidades.
Ahora bien, hace tiempo que un secretario general de la OEA no hablaba claro y raspao cuando se trataba de Venezuela. No creemos que Almagro lo haga sólo porque es un hombre que quiere cumplir a cabalidad con su trabajo. Pensamos que ahora el sucesor de José Miguel Insulza cuenta con el respaldo político de varios gobiernos suramericanos, algo que no tuvo el chileno.
Es evidente que la deferencia, complicidad y alcahuetería que muchos de estos gobiernos mantuvieron hacia la administración de Hugo Chávez y también hacia la de Nicolás Maduro parece estar llegando a su fin. Lo que explica en parte la posición de Almagro. Es una persona de amplia experiencia política, miembro del izquierdista Frente Amplio, y fue canciller por cinco años de Pepe Mujica.
Maduro y su combo se decantaron por el acompañamiento de la Unasur, que no observación, para las elecciones parlamentarias pues no se sienten cómodos en la OEA. La votación donde Colombia propuso que el tema de la deportación de colombianos por parte del gobierno de Maduro se tratara en ese ente regional supuso una derrota para Miraflores. Es cierto que el gobierno de Santos no logró su cometido, pero la mayoría de los votos fueron en apoyo de la petición de Bogotá, solo que no alcanzó la mayoría calificada necesaria.
Todo lo que ha trascendido en cuanto el envío de la misión de la Unasur es una demostración de que los países que componen ese organismo no quieren venir a Venezuela a hacer turismo, sino a verificar que las elecciones se celebren con respeto a los derechos de todos los participantes. Desde Brasil surgieron los primeros cuestionamientos al manifestar que no participaría en la referida misión. Le siguió Uruguay y posteriormente el presidente Santos le pidió al gobierno de Maduro que permitiera que la misión fuera encabezada por el brasileño Nelson Jobim, quien, al parecer, fue vetado por el Gobierno.
El liderazgo de Maduro no es el de Chávez, ni dentro ni fuera del país. El barril petrolero ya no le da soporte, como ocurría en el pasado, a lo que se suma que el ADN democrático del chavismo, siempre escaso, cada día es menor. Se hace evidente para el mundo que el 6 de diciembre el mapa político nacional va a cambiar y los gobiernos están adecuándose a esta nueva realidad. Almagro le dice a Lucena que «solamente el pueblo proscribe y proscribe a través del voto». El 6 de diciembre hay que empezar a proscribir a estos farsantes que nos gobiernan. El socialismo bolivariano tiene el sol en la espalda.
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