¡Amanecer!, por Walter Boza
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De nuevo aparece la brisa del amanecer, una brisa suave que refresca el rostro y alegra el alma.
Brisa que a cada momento se hace más fuerte y poderosa y a medida que la noche va quedando atrás y la oscuridad va disminuyendo aparecen los primeros rayos de luz del amanecer.
Esta vez comenzó por Yaracuy, no sabemos si María Lionza tuvo que ver en ese asunto, muy molesta por tantos indios muertos; pero Urachiche, Yaritagua y otros pueblos de Yaracuy se levantaron airosos y decididos a iniciar un nuevo amanecer en Venezuela.
La luz comienza a verse cada vez con más nitidez y la brisa que la acompaña trae un sonido musical de libertad y se expande por los cuatros costados de la patria, pasando por el cajón del Arauca donde las tonadas del ordeño recuerdan al tío Simón y también a Santos Luzardo aquella vez que la civilización derrotó a la barbarie en Altamira; la luz y la brisa se expanden por oriente y entre las protestas populares se escucha la voz de Luis Mariano Rivera despertando y cantará de nuevo canchunchú florido y cerecita; y la brisa y la luz del amanecer abrazarán los andes y los estudiantes merideños junto con los campesinos y agricultores de Táchira y Trujillo harán crecer la brisa y aumentarán la luz.
En Maracaibo y todo el Zulia las gaitas libertarias nos deleitaran de nuevo y llegará por fin la luz.
El sonido de la brisa del amanecer y la luz que la acompaña retumbará por cada rincón de nuestra tierra y repicarán las campanas de iglesias y capillas y el himno nacional se mezclará con la marsellesa en una maravillosa sinfonía de libertad.
Walt Withman con su poema «no te detengas» y tomando de Horacio su Carp Diem y comprendiendo la sociedad de los poetas muertos, se reunirá con nuestro Andrés Eloy de barco de piedra, píntame angelitos negros, canto a España y la loca Luz Caraballo y los acompañaran Neruda, García Lorca y tantos otros e irán matando canallas con su cañón de futuro.
Pablo Picasso también verá el amanecer con nosotros y nos dirá que no pintará jamás Guernica, porque masacres cómo esa jamás volverá a repetirse. Sonarán con fuerza las trompetas de Jericó y derribarán el muro, cómo también fue derribado el muro de Berlín.
A medida que el amanecer va apareciendo Miranda, Sucre y Bolívar se presentarán con entusiasmo contagiante y junto a Simón Rodríguez, Andrés Bello y sus amigos cómo Martin Luther King, Mandela y Gandhi soñarán y ayudaran a construir el nuevo día y los días sucesivos hasta siempre.
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El pueblo de Caracas gritará de nuevo abajo cadenas, muera la opresión mientras avanza la luz del nuevo día y el amanecer se quede para siempre.
Nos reuniremos todos en una sola brisa y en un sólo canto, los niños recuperarán su sonrisa, las madres se reunirán con sus hijos y los besarán de nuevo, los abuelos saldrán de su tristeza y se abrirán nuevos hospitales y escuelas y la moral y las luces impregnarán nuestras vidas para quedarse por siempre.
La libertad y la dignidad; la honestidad y la verdad, el amor y la reconciliación se instalarán y habrá justicia.
Celebraremos el próximo amanecer y la razón derrotará a la fuerza bruta.
No más torturas ni asesinatos políticos, ni cárceles hacinadas de inocentes.
Está amaneciendo en Venezuela, empujemos todos para que llegue la luz y nos acompañe siempre.
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