Amuay, el expediente de la desidia; por José Suárez Núñez
La refinería de Amuay cumplirá hoy 25 de febrero seis meses de la explosión y el incendio, y sigue trabajando a media máquina que es lo único que han podido lograr las autoridades energéticas, quedando en ridículo el alto Gobierno cuando prometió que en diciembre pasado, todas sus unidades estarían activas procesando 520.000 barriles diarios.
Sigue parada la unidad 5, la mayor planta de Amuay que resultó afectada por el incendio y explosión del 28 de agosto, no obstante estar ubicada a 1.5 kilómetros del sitio de la explosión. Hace dos semanas , cuando se presumía que estaban a punto de terminar los trabajos, se produjo la paralización del flexicoquer, al incendiarse la tubería de coque forzando a la gerencia de Amuay a ordenar una parada programada, que en realidad no estaba programada, según los informes extraoficiales que trascendieron.
Amuay está a muy bajos niveles de su capacidad de procesamiento. La unidad de destilación catalítica no está a plena carga, la planta de alquilación no está en servicio y con el flexicoquer parado es una calamidad para el gigante verde de Paraguaná.
Amuay procesaba 160.000 barriles diarios de gasolina, y en la actualidad sólo produce unos 80.000 barriles diarios y atendía los estados Miranda, Aragua y parte de la Gran Caracas y enviaba como mínimo más de 2 cargamentos mensuales al exterior. Es probable que la programación de distribución haya sido modificada por las circunstancias.
En el pasado esta planta fue la mayor de Latinoamerica y era considerada la «boutique del Caribe», por la variedad y complejidad de sus unidades, que podian fabricar cualquier producto que los clientes solicitaran. En ocasiones llegaban supertanqueros de Europa para cargar gasolina de aviación de alto octanaje para las fuerza aérea de la OTAN durante los años de la guerra fría.
La refinería de Cardón también confronta dificultades. La planta de alquilación está parada, no está trabajando la unidad de Tame, la planta de reformación no está activa y otras 2 unidades procesan a media carga. Cardón procesa 110.000 barriles diarios de gasolina en circunstancias normales, pero en la situación actual sólo puede ofrecer alrededor de 35.000 barriles diarios de gasolina. Cardón cubría el mercado doméstico de Falcón, los estados andinos y Zulia y algunos cargamentos para los acuerdos con el exterior.
La refinería de Puerto La Cruz, una planta vieja pero con buen mantenimiento, está produciendo a toda su capacidad unos 45.000 barriles diarios de gasolina, atendiendo principalmente a Puerto La Cruz, Guayana y el oriente del país.
El Palito está produciendo al 90 por ciento de su capacidad de gasolina, que se acerca a los 55.000 barriles diarios.
Atiende el mercado de Carabobo, Yaracuy, Cojedes y otros estados centrales.
En resumen, se puede decir, según las fuentes consultadas, que las dos grandes refinerías están trabajando a media carga y la producción de ese combustible registra un déficit de aproximadamente 80.000 barriles diarios de gasolina, que hay que importar.
El ministro Rafael Ramírez se aferra a decir que no importan gasolina, en parte eso es cierto, porque están importando «componentes» de gasolina que son necesarios para fabricar la gasolina, y sin estos 7 componentes no puede salir con el suficiente octanaje.
Sin embargo fuentes confiables del exterior, que no tienen porqué mentir, después de la explosión del 25 de agosto y la paralización completa por muchos días, los inventarios, de aproximadamente 2 semanas, se agotaron y fue necesario importar gasolina terminada.
Hay dos cuentas que no han sido suficientemente divulgadas. Pdvsa vende gasolinas y otros combustibles a sus clientes que pagan puntualmente, y los pagan atrasado.
Esa gasolina cuesta más de 100 dólares el barril en cifras redondas, lo cual significa una gruesa sangría para la tesorería de Pdvsa.
En el mercado al detal del exterior se vende el galón a casi 4 dólares, que multiplicado por los 42 galones significa que estamos pagando 168 dólares el barril, supuestamente menos, porque son grandes transacciones.
La otra cuenta es la de los grandes desembolsos que han costado los accidentes, incendios, fallas y particularmente las paradas programadas o no programadas, que requieren los costos de los repuestos y enrolar miles de trabajadores y esa es una factura voluminosa. Advierten los técnicos que las refinerías hay que mantenerlas como construirlas cada dia. Las grandes refinerías venezolanas, de Amuay y Cardón fueron construidas hace más de 50 años y esto hay que tenerlo en cuenta.