Ante escalada de conflicto, EEUU y Venezuela buscan demostrar fuerza e imponer narrativa

Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela -rotas desde 2019- atraviesan una de sus peores crisis y la posibilidad de una intervención militar es una preocupación que está sobre la mesa
Crecen las tensiones entre el gobierno de Donald Trump y la administración de Nicolás Maduro. Con amenazas, demostraciones de fuerza y declaraciones que exacerban la confrontación, Caracas y Washington tensan la cuerda con gran velocidad.
El 7 de agosto, con el anuncio del aumento de la recompensa a 50 millones de dólares por información que permita la captura de Nicolás Maduro, la fiscal general de EEUU, Pamela Bondi, marcó el inicio de una crisis que evoluciona con rapidez y mantiene expectante a la comunidad nacional e internacional ante un desenlace que amenaza la paz regional.
“Es uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo y una amenaza a la seguridad nacional” de Estados Unidos, declaró la funcionaria al informar la medida.
Al anuncio de Bondi, le siguió el inicio de un operativo contra los cárteles del narcotráfico en el mar Caribe con un gran despliegue de fuerzas militares y, posteriormente, el ataque a una lancha que salió de Venezuela con 11 personas que supuestamente llevaban un cargamento de drogas. Funcionarios de Maduro negaron estos hechos y aseguran que es información falsa, creada con inteligencia artificial que solo busca un cambio de gobierno.
Otros dos hechos atizaron el fuego: el departamento de Defensa de EEUU denunció como una provocación el sobrevuelo de dos aviones militares venezolanos cerca de un barco de la Marina de EEUU en aguas internacionales, y la agencia Reuters informó que el gobierno de Donald Trump ordenó el despliegue de 10 aviones de combate F-35 en un aeródromo de Puerto Rico para realizar operaciones contra los cárteles de la droga.
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela -rotas desde 2019- atraviesan una de sus peores crisis y la posibilidad de una intervención militar es una preocupación que está sobre la mesa.
“Al menos en el futuro inmediato, Estados Unidos no va a redoblar su apuesta; es decir, no se va a comprometer en una invasión, en los términos en los que se está planteando desde el chavismo”, señala el analista internacional Alejandro Linares, en una entrevista para TalCual.
En su opinión, el despliegue naval ordenado por el presidente Donald Trump en aguas del mar Caribe, no debe entenderse, de forma exclusiva, como un esfuerzo con el que sólo se busca el derrocamiento de Nicolás Maduro.
Destaca que aunque la operación antinarcóticos tiene en el centro de su radar al denominado Cartel de los Soles, no excluye a otras organizaciones del mismo ámbito.
El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, afirmó el 3 de septiembre que las operaciones no cesarán y además justificó la destrucción de la lancha en la que -según informó Donald Trump- asesinaron a 11 personas que trasladaban drogas desde Venezuela.
En el marco de este operativo y de los apoyos que puedan surgir, Alejandro Linares no descarta que en un intento por mostrarse en sintonía con Washington y hacerse ver como naciones que luchan contra el tráfico de estupefacientes, países como Colombia o Ecuador refuercen su trabajo contra los cárteles de la droga.
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Despliegue busca demostrar fuerza
Hasta el momento, Estados Unidos y Venezuela intentan demostrar su fuerza y para ello van más allá de las declaraciones y la retórica confrontativa. Muestran su poderío militar.
“Aunque la lucha contra el narcotráfico es la premisa y el objetivo inicial, el despliegue también busca exhibir parte del poder militar con el que cuenta Estados Unidos. Eso se hace con la intención de generar la sensación de amenaza real”, señala Linares.
En su opinión, el gobierno de Estados Unidos busca crear zozobra e infundir temor, no en la población venezolana, pero sí a lo interno de la administración Maduro.
El politólogo Ángel Álvarez, en una entrevista en el programa Vladimir a la carta, se refirió al ataque a la lancha en el marco del operativo antinarcóticos que realiza EEUU. Explicó que es un hecho muy difícil de evaluar y la única conclusión a la que se puede llegar con la poca información disponible es que “se trata de un hecho de demostración de fuerza» por parte del gobierno de Donald Trump que está «tratando de demostrar que sí puede”.
Señaló que los barcos de Estados Unidos en algún momento se replegarán, luego de hacer algunos actos simbólicos de importancia, tales como algunas incautaciones u otra acción como la ocurrida con la embarcación destruida.
Según su apreciación, se trata de un acto puramente propagandístico de cara a su política interna. «No creo que busque anotar ningún triunfo en términos de democratización».
Con esta acciones, en opinión de Linares, Trump evalúa qué tan monolítica y cohesionada está o no la administración Maduro, así como crear un contexto en el que el temor pueda catalizar deserciones o eventuales traiciones.
La administración Maduro, por su parte, entraría en “una fase de contención; es decir, van a sostener el aliento tanto como sea posible, hasta que la amenaza haya mermado o se haya disipado”.
Mientras tanto, dice, el chavismo se preparará para una posible confrontación directa. Repasará y reforzará sus planes para la defensa territorial y movilizará las tropas y equipos que considere pertinentes.
Maduro ordenó dos jornadas de alistamiento para la milicia, que pasó de tener alrededor de cuatro millones de efectivos a 8.2 millones, tras estas actividades, según las cifras oficiales. Este jueves, llamó a una «gran jornada organizativa y de movilización de fuerzas» y aseguró que se activarán «por primera vez en la historia militar del país» las llamadas Unidades Comunales de Milicia (UCM) en 5.336 comunidades, que a su vez tendrán un “conjunto de bases populares de defensa integral” para un total de 15.751.
El ministro de Defensa, G/J, Vladimir Padrino López, reforzó el llamado de Maduro destacando la unión cívico-militar.
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Linares advierte sobre la posibilidad de que se ordene un acuartelamiento general, que les permitiría, por un lado, tener a los soldados agrupados y listos para el combate, y por otro parte, los tendrían bajo el estricto control de sus superiores para “resguardar” la lealtad.
Desde Miraflores también intentarán hilvanar una red de apoyo internacional, apelando a la solidaridad de potencias globales como Rusia y China, y al respaldo de socios regionales como Nicaragua y Cuba. “Para Maduro es clave demostrar que no está solo ni aislado”, puntualiza el analista.
Aunque en un principio el chavismo intentó restarle importancia a las amenazas sobre el despliegue militar, en la medida que avanzaron los días y las acciones, la administración Maduro levantó la alerta interna y externa. Además de los comunicados de rechazo, Maduro envió una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidiendo su ayuda.
Maduro apelará al nacionalismo y tratará de “inocular” la idea de que hay una invasión en ciernes con el objetivo de generar cohesión tanto a lo interno del partido y de sus colaboradores como en la propia sociedad venezolana.
“Al hacer esta idea creíble, intenta generar una cohesión frente a un supuesto enemigo externo que amenaza la patria y a la vez podría tomar medidas extraordinarias o de excepción que estarían justificadas ante la posibilidad de una invasión”, argumenta el especialista.
ÚLTIMA HORA | Maduro acusa a EEUU de «lanzar una nueva embestida» contra Venezuela: «No es la primera ni la última».
«Es solo otra embestida, en la que nuestro país está de pie y así seguirá con serenidad, firmeza, fe, en la victoria y en paz» https://t.co/4rlOz1ALSX pic.twitter.com/ziwwppN4HZ
— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) September 3, 2025
Explica que al controlar la narrativa puede redefinir y replantear la realidad: “Pasaría de ser un líder autoritario, cabecilla de una red criminal, a ser un dirigente que pretende ser depuesto por una fuerza opresora extranjera. En ese sentido, dejaría de ser victimario para convertirse en víctima y ese giro le sería útil a sus intereses”.
Sin embargo, Linares considera que será bastante difícil lograr esa cohesión en la sociedad, pues tras los resultados de la elección presidencial del 28 de julio de 2024 y toda la represión que se generó, quedó en evidencia el rechazo de la mayor parte de la población a Nicolás Maduro y el deseo de un cambio político.
Relaciones maltrechas pero activas
Pese a tener unas relaciones “maltrechas” como afirmó el propio Maduro, los contactos con Estados Unidos se mantienen y aunque los recientes incidentes los pudieran afectar, Linares no considera que los anule por completo.
“Si esos canales no existieran, jamás se hubiesen dado las conversaciones que condujeron no sólo a la emisión de la licencia especial para Chevron o a la recepción de los vuelos de repatriación, sino a la liberación de ciertos prisioneros políticos, algunos de ellos de alto perfil”, comenta.
Señala que en este contexto de “asedio y zozobra” Maduro no tiene el interés de dejar de hablar con Estados Unidos. Por el contrario, dice, el madurismo está más interesado en negociar, en aras de hacer ofertas o de aceptar peticiones que pudiesen rebajar la tensión actual.
Por otro lado, estima que Estados Unidos continuará con su juego a dos bandas: por un lado amenaza, increpa, aumenta la presión y, por la otra, dialoga para disuadir o, incluso, persuadir.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.