Antecedentes del uno, por Gisela Ortega
Email: [email protected]
Con el número Uno (1) comienza todo. Está con nosotros desde tiempos antiguos y su importancia va más allá de lo relacionado con la matemática. Fue el primero de la historia. Creado por los primitivos humanos de la tierra el cual fue representado por una línea. Esto quedó demostrado por un fragmento: “el hueso de Ishango”, de 10 cm de largo descubierto en 1950, en la región de Ishango, en lo que hoy es la República Democrática del Congo, por un equipo de excavación belga. Data de unos 10 mil años a.C, tiene muescas espaciadas y agrupadas en tres columnas, que hace pensar en la representación de números. Fue desenterrado con otros objetos de una cultura mesolítica. Se conserva en Bruselas-Bélgica, en el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales…
En la filosofía, el uno es el principio de todas las cosas, aquello de lo que todo parte y a lo que todo regresa. 1 (uno, unidad) es un número que representa una única entidad.
El uno para Aristóteles, (-384-322 a.C) sólo se entiende con sus partes: lo idéntico, lo diverso y lo diferente. En el estudio de la pluralidad como opuesto del uno, se ve que la contrariedad es el fundamento de la oposición real, y no la contradicción como piensa el criterio de la modernidad. La filosofía de las matemáticas de Aristóteles puede describirse como una investigación acerca del procedimiento de adquisición de objetos abstractos.
Para Pitágoras (-570-495 a.C) filósofo y matemático griego, el número 1 o (mónada del griego monos, «uno», «solo», «único»), fue un término para Dios o el primer ser o la unidad originaria, o para la totalidad de todos los seres, con el significado de «sin división». Representa el principio activo frente a la diada que es el principio pasivo. Es la verdadera esencia de todas las cosas, el origen y fundamento de cuanto existe. Símbolo del buen inicio (el Dios único, expresado en latín por Solus, de donde deriva la palabra Sol).
-La Matemática tiene la misión pedagógica de formar el intelecto y es el fundamento de la Filosofía y de todo el saber, opina Platón -filosofo siglo V a.C-, la aristocracia intelectual del conocimiento. Por eso en su Academia: «está prohibida la entrada a toda persona que no sepa Geometría». Históricamente hubo neoplatónico que indicaban que Lo Uno representa la realidad definitiva y la fuente de toda la existencia. También hay que mencionar cómo Philo de Alejandría indicó que el número 1 era el Número de Dios, lo que había servido para que se convirtiera, en la base de todos los demás números.
Los egipcios cambiaron los símbolos y crearon números más grandes para poder calcular su enorme ejército. También le dieron una longitud al 1: Un brazo hasta la punta de los dedos + el ancho de una palma. Aproximadamente en el 4.000 a.C en el Próximo Oriente cambiaron la forma del 1 (una raya) a un cono. El número uno ha tenido gran relevancia en las civilizaciones pasadas, como es el caso de los egipcios, que lo utilizaban como numerador único cuando hacían sumas de fracciones. La forma en la que lo reconocemos procede del término unus, del latín, que se usaba para representar el significado de único. Es común que incluso distintas culturas de idiomas y formas muy diferentes en cuanto a la escritura de los números se coincida en la manera en la que se representaba el uno. Se hace mediante una línea o un punto, pero siempre con un estilo similar que deja mucho margen al parecido. La versión adoptada en la actualidad está basada en la manera en la que lo escribían en la India.
«El número 1 es muy importante y tan omnipresente que ya no lo notamos», afirma la académica especialista en asiriología e historiadora matemática británica, Eleanor Robson, profesora de la University College London, quien afirma que el 1 es único, y señala que su origen se remonta unos 10.000 años atrás. «En todo Medio Oriente, la gente llevaba un registro de lo que producían o tenían y lo que comerciaban de uno a uno, «A través del proceso de contabilidad con pequeños objetos tridimensionales, empezamos a ver los primeros números a mediados del IV milenio a.C. en lo que hoy es Irak, Irán, Siria, etc… Así que el uno es el primer signo escrito en el mundo.”
Cualquier cifra que se multiplique o divida por uno también es igual a ese número. El número uno solo puede dividirse por sí mismo y es el único que no puede dividirse por ningún otro. También representa muchas cosas diferentes dentro de la numerología, desde la unidad hasta el todo. El 1 es tanto el primer término como el segundo de la sucesión de Fibonacci.
Hay muchos términos diferentes para objetos que presentan solo uno de algo. Algunos ejemplos comunes de tales palabras, entre otras son: monociclo, monóculo, monogamia, monolítico, monosílabo monogamia, monologo único, uníparo, uniforme y unicornio.
La Ley de Benford (creada por el físico estadounidense Fran Benford, -1883-1948) es una ley matemática, conocida como la ley del primer dígito, o el fenómeno del primer dígito. Establece que en las listas de datos, el número uno ocurre con una probabilidad del 30%. Esto es mucho mayor que el esperado 11.1% (uno de cada nueve).
*Lea también: Enheduanna: la poeta, por Gisela Ortega
El matemático australiano Adam Spencer, autor del libro “The Number Games”, quien investigó y estudió una considerable cantidad de datos, para comprobar la validez de la ley de Benford, señaló lo siguiente:
«En una lista de todos los países del mundo, unos 200, y sus áreas en kilómetros cuadrados, revisé todos los números. Al contar las cifras que empiezan con 1 -ya sea 190 millones de km2 o 1.250 km2-, encontré que alrededor del 30% de las cifras comienzan con 1”.
Número uno es, de acuerdo a la Real Academia Española, -RAE-, una expresión coloquial utilizada para indicar a una persona o cosa que sobresale en algo, destacando sobre todas las demás.
Según el diccionario británico «Merriam-Webster», es alguien que es el más importante, el más influyente o el primero en un listado o «ranking”, se asocia con el liderazgo y la ambición.
El primer uso conocido en Gran Bretaña, especifica el diccionario británico «Merriam-Webster» data de 1839 aunque con el significado actual también podría provenir de «ser un as», una frase que llegó a España procedente de los aviadores franceses durante la Primera Guerra Mundial. En francés as designa también al número uno.
Ser un número uno puede utilizarse para un periodo de tiempo concreto o como un atributo genérico atemporal, pero, en principio, todo aquel que es considerado como tal suele cumplir una serie de requisitos generales:
- Conocer en profundidad todas las temáticas relacionadas con la actividad realizada.
- Innovar y aportar nuevos conceptos.
- Compromiso y constancia sin ceder ante las circunstancias o las adversidades.
- Mucho tiempo de dedicación.
- Reconocimiento a su labor por sus iguales, sus seguidores y sus detractores de manera general
Aparte de su aplicación coloquial, a nivel periodístico es muy utilizado en la prensa deportiva para designar a deportistas de élite, destacando su uso en tenis.
También está extendido su uso en el ámbito musical para designar a los temas más escuchados, comprados o bailados en un periodo de tiempo determinado.
Quienes están relacionados con el número uno (por ejemplo por la fecha de su cumpleaños) se dice que son personas que están bañadas por el éxito y la suerte. Evidentemente, todo esto no son más que supersticiones sin ningún tipo de fundamento ni sentido razonable. Pero, a modo de curiosidad es gracioso conocer algunos datos: Las personas vinculadas con el número 1 tienen un nivel muy alto para liderar, dado que no solo tienen una voluntad fuerte, sino que al mismo tiempo son individuos de gran ambición y decisión. Lo que hacen lo hacen bien y siempre cumplen con ello. Pero al mismo tiempo son personas que tienen capacidad para la adaptación siempre y cuando sea necesario con la intención de cumplir sus objetivos.
Aunque tengan muchos rasgos positivos, los números uno también sufren algunos factores negativos, que, no dejan de ser meros dichos populares sin demasiada lógica. Uno de ellos viene condicionado por esa individualidad. Debido a ello se pueden encontrar en situaciones a lo largo de su vida en la que se sientan frustrados al no conseguir sus objetivos o en los temas en los que se vean obligados a colaborar con otras personas. En el caso de que algo falle en esa colaboración, será frecuente culpar a esta condición y pensar que todo hubiera sido más fácil trabajando en solitario. Son muy impulsivas y esto puede ser algo que produzca consecuencias negativas.
El uno es un número que goza de la mayor importancia en la vida cotidiana. Es con el que empezamos a contar. Es una cifra entrañable, es el primero en decirse en la vida y el que más vemos a lo largo de ella.
Gisela Ortega es periodista.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo.