Antonia Turbay dice sentir «mucho odio» por quienes la mantuvieron presa en el Sebin
Turbay expresó que trabaja para erradicar ese sentimiento y manifestó que actualmente se siente como una «extraña» estando libre
La abogada Antonia Turbay, una de las 110 personas beneficiadas por el «indulto» firmado por Nicolás Maduro el 31 de agosto, conversó con EVTV Miami la noche del martes 8 de septiembre donde expresó sentir «mucho odio» contra aquellos que la mantuvieron presa durante más de un año en la sede del Sebin en El Helicoide, pero aseveró que está trabajando para sacar ese sentimiento de su corazón. «Seguiré rezando por ellos porque Dios les tiene que tocar el corazón».
Espera también que al mandatario Nicolás Maduro, así como a todo el tren gubernamental, también puedan sentir un cambio positivo en sus corazones «porque no puede haber tanta injusticia». Sí explicó que no fue torturada físicamente, pero sí psicológicamente porque no le permitieron lavarse en los primeros días de su reclusión y durmió por varios días en una silla, a pesar que le lanzaron una colchoneta «sucia y llena de sangre para que descansara».
Afirmó que desde el primer momento, sabía que ella era inocente de lo que se le acusaba porque cuando fue presentada en los tribunales, refirió que el Ministerio Público solicitó una medida cautelar sustitutiva de libertad, elemento que no habrían considerado si realmente tendrían méritos para enjuiciarla por los delitos que le imputaron. Incluso, dijo que el Sebin también sabía lo que la Fiscalía estaba pidiendo y cuando le otorgaron esa medida, «nadie era capaz de ejecutarla».
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«Sigo pidiendo porque este dolor y rabia interna que siento con las personas que me tuvieron allí, desaparezca. Al final yo me volví contestataria, diciéndole a los comisarios que pasaban por allí que me tenían presa, que tenía una boleta de excarcelación, y ellos decían que no eran ellos, a lo que le respondía que el Sebin era el ‘único e indivisible’ responsable porque todos me tenían presa», indicó.
Relató que cuando ingresó a la celda con las demás presas, fue un «shock» para ella y que todo se le olvidó: Su residencia y los vecinos con quienes vivía. «Miraba a las mujeres recluidas, mis compañeras de celda, como si estuviera en las nebulosas. Es la misma ssensación que tengo ahora pero al revés (…) estoy en la calle y me siento como extraña, como si nunca hubiera estado allí», dijo.
Explicó que en los últimos días se ha hecho varios exámenes médicos debido a que su salud se comprometió durante la reclusión al referir que padece actualmente de hipertensión, problemas gástricos y oftalmológicos.
Antonia Turbay comentó que durante su tiempo como presa política «me volví como campurusita» porque se olvidó cómo usar la computadora y el teléfono inteligente, diciendo que se le ha vuelto «muy complicado» su utilización «y eso me da dolor porque como abogado, trabajaba con mi computadora porque aunque no era una experta (…) yo resolvía».
Subrayó que su mayor humillación en el Sebin fue cuando le pusieron el uniforme amarillo de las reclusas y las esposas, para llevarla a presentarse en los tribunales, mismo sentimiento que evidenció cuando vio a sus amigos -y directores del Foro Penal- Gonzalo Himiob y Alfredo Romero.
«Era tanta la vergüenza que me vieran vestida de amarillo que me puse a llorar. Yo soy una mujer de condición moral intachable, me he comportado bien, que he acatado las normas toda mi vida,. fui educada e un internado en España en los años 60, con educación férrea y me he manejado toda mi vida con disciplina y honestidad (…) y que me pongan un uniforme», describió.
Comentó que ella, junto a una mujer de 24 años, eran las únicas presas políticas con quien compartía celda porque las demás estaban allí por motivos gubernamentales.
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la personas que estaban conmigo niunguna eran presa politicas… todas eran por otivis gubernamerntales,. salbvaguarda, indfustria petrolera, banmcos del estado… pero no presa plitia, la unica era yo y una chica… sin embargo, era la mayor… y entre lasd 12 y 2…no habia termino medio… tenemos diferentes forma de ver la vida
Rememoró que el día que la detuvieron, se presentó una comisión compuesta por varios vehículos y un contingente de funcionarios. Uno de ellos le presentó un papel que decía que era citada a una entrevista el 26 de junio de 2019 a las 9:00 am. Indicó haber firmado el documento y expresado su compromiso de presentarse, pero los efectivos le dijeron que tenía que ir en ese momento con ellos.
«No intentaron entrar a mi casa. Mi casa no fue allanada. Bajé con los comisarios. Me pidieron los dos teléfonos, uno con las redes sociales y el perolito (…) un vecino me llamó y me dijeron que habían cinco patrullas y dije que me estaban llevando al Sebin», aseveró.
Antonia Turbay, de 67 años, y con doble nacionalidad (española y venezolana), fue la única de los «indultados» que ya gozaba con una medida que le aseguraba su libertad, pues desde hace un año y un mes tiene una boleta de excarcelación que nunca fue cumplida.
Turbay fue detenida el 27 de junio de 2019, cuando efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en la Alta Florida, una urbanización de Caracas, allanaron su vivienda luego de confirmar que se encontraba en el lugar.
A la abogada se le acusó bajo el presunto delito de facilitación de fuga de un detenido, al ser vinculada con el escape de su vecino Iván Simonovis, quien evadió su arresto domiciliario y luego apareció en Estados Unidos.
Por otro lado, el abogado y presidente del Foro Penal Venezolano, Alfredo Romero, detalló la mañana del lunes 7 de septiembre que solo 13% de los presos políticos de todo el país fueron beneficiados con la medida de «indulto».
Durante una rueda de prensa, indicó que de las 110 personas que aparecen como beneficiarios del «indulto», publicado en la Gaceta Oficial 6.569 Extraordinaria, solo 53 se encontraban detenidos por razones políticas.