Antonio Pasquali: integridad y solvencia moral, por Luisa Torrealba
“Porque tanto comunicación como moral versan sobre nuestra co-presencia y trato con el otro, y son las dos subcategorias de la Relación más emparentadas a escala antropológica, tanto en sentido histórico como conceptural”
(Antonio Pasquali, 18 Ensayos sobre Comunicaciones, 2005)
Integridad y solvencia moral, dos características fundamentales para describir al ser humano que fue Antonio Pasquali Greco (1929-2019).
De admirable tenacidad y persistencia por alcanzar sus sueños, por lograr una auténtica democracia comunicacional. Creó el Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco), de la Universidad Central de Venezuela, centro universitario latinoamericano pionero en investigaciones de la comunicación. Impulsó el Proyecto Ratelve. Diseño para una nueva política de radiodifusión del Estado venezolano (1974). Promovió, desde la Unesco el desarrollo de políticas de comunicación que impulsaran la equidad en el acceso de los ciudadanos a la información. Reivindicó el derecho a la comunicación como fundamento esencial de las relaciones humanas y reflexionó sobre la comunicación como un hecho moral.
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El pensador que, hasta los últimos días de su vida, soñó con que Venezuela contara con un servicio público, no gubernamental, de radio y televisión, sustentado en valores como la independencia, la pluralidad, la calidad, la diversidad, defendió también las libertades democráticas con argumentos sólidos e ideas lúcidas. Sus más recientes e innovadores aportes sobre el tema lo hizo desde el Comité por una Radio-Televisión de Servicio Público.
Soñó con un sistema de radio y televisión profundamente democrático y democratizador, que sigue siendo una deuda para nuestro país.
Su vocación por la enseñanza
Sorteaba las dificultades del tráfico caraqueño, a bordo de su motocicleta, para honrar, con impecable puntualidad, sus compromisos académicos y profesionales.
Aunque ya estaba retirado del trabajo en las aulas, atendía con amabilidad las invitaciones para hablar sobre los retos de la comunicación, “Me da mucho gusto venir a hablar con los estudiantes”, dijo sonriente en junio de 2015 cuando respondió a una invitación de la cátedra de Ética de la Comunicación, de la Maestría en Comunicación Social, de la UCV, para hablar de la moral del comunicar. Sonriente, optimista y esperanzado reflexionó sobre las enormes potencialidades de internet, la necesidad de abordar los temas comunicacionales desde la perspectiva de las ciencias económicas, la necesidad de repensar los medios públicos.
El dato preciso, el diagnóstico más actualizado, la agudeza y las ideas más innovadoras acompañaban sus reflexiones. Cada una de sus intervenciones era una fuente rica de aprendizaje.
El amigo entrañable
A lo largo de los años atesoró y cultivó sólidos lazos de amistad. Vínculos inspiradores, de sincero afecto, como los que tuvo con los maestros de la investigación venezolana de la comunicación, Luis Aníbal Gómez y Elizabeth Safar que se convirtieron en parte de su familia extendida.
El hombre del buen gusto, apasionado por la buena música y el buen comer. A quien la pasión por el chocolate lo llevaba a preparar con amigos y familia los más deliciosos chocolatines, con los que alegraba el paladar de sus parientes y amigos cercanos.
El caballero de mirada franca, que escuchaba con genuino interés a sus interlocutores y no dudaba en expresar generosamente un elogio o un agradecimiento.
Amaba a su familia y a Venezuela. Y siempre se mostraba dispuesto a trabajar y a aportar acciones e ideas para lograr el mejor país posible. Así lo demostró el 4 de julio de 2012, durante el “Primer Encuentro de Ex Directores del Ininco”, en el que se rindió homenaje a quienes durante años tuvieron la responsabilidad de conducir al instituto.
Tras recibir palabras de elogio y reconocimiento, tomó la palabra para expresar su gratitud y para ponerse a la orden, para seguir apoyando el trabajo académico del Ininco.
Pasquali partió físicamente el pasado 5 de octubre de 2019 en Reus (Barcelona-España). Nos dejó un gran legado, en su producción académica, en sus palabras y perseverancia, que sustentó sobre una solida base moral, transparencia e integridad.
Gracias Maestro, fue un privilegio conocerlo. Usted nos seguirá inspirando para seguir trabajando a favor de la libertad y la democracia comunicacional.