ARI Móvil | Iniciativa social impulsa a los jóvenes a convertirse en agentes de cambio
La organización no gubernamental Oportunidad AC capacita a jóvenes venezolanos a través de programas de formación en habilidades técnicas, liderazgo y compromiso social con el objetivo de que transformen sus comunidades
Sasha Ascanio
“¿Y tú, qué haces?”, le preguntó Luis Martínez, fundador de la organización Oportunidad A.C. a un muchacho de Catia. “Yo cargo las bombonas en el barrio”, respondió el muchacho. Más allá de lo obvio de esa declaración, Luis Martínez escuchó en esas palabras la convicción de una juventud decaída de resurgir; escuchó disposición.
Oportunidad A.C. es una organización dedicada a canalizar ese ímpetu mediante la facilitación de herramientas y habilidades, que le permitan al joven que carga las bombonas encontrar nuevas oportunidades más allá de sus limitaciones.
Según el más reciente estudio de Psicodata, a 73% de los venezolanos les entristece pensar en el futuro del país. Sin embargo, la misión de Oportunidad A.C. está cimentada en transformar aquella incertidumbre en una posible oportunidad. Los programas de formación están enfocados en transformar esa inquietud en una fuente de motivación que convierta al joven en un agente y propagador del cambio.
Oportunidad A.C. forma, reaplica e incide, explica Martínez: “No es solamente formación, sino cómo tú replicas ese conocimiento y cómo tú incides para cambiar el entorno. Esa fue nuestra primera motivación”. Los distintos programas de formación proporcionan habilidades técnicas, pero, además, poseen un componente de empoderamiento que ayuda a la reaplicación y difusión de los valores adquiridos.
Impulsa otros programas de cambio
Entre los principales actores incidentes en el comportamiento de los jóvenes, explica Martínez, están las mujeres y los educadores, por ello la creación de programas específicos como Voces Poderosas. “Una madre puede ser un ancla para un chamo, como puede ser un motor para un cohete”, continuó Martínez. “Voces Poderosas busca potenciar esa voz de las mujeres para que se den cuenta de qué tan poderosa es y qué tan incidente puede ser el lenguaje de construcción de paz. Porque no solo es que hablen, sino cómo las palabras pueden incidir a generar espacios de encuentro, a llegar a acuerdos”.
La organización busca encauzar su objetivo a través de distintos medios. “Buscamos diferentes formas de hacerlo, por eso audiovisuales, por eso fotografía, por eso cursos diferentes. Apostamos a diferentes herramientas que nos permitan alcanzar los objetivos”. A través de programas como Vamos en Corto —un programa que le enseña a los jóvenes a producir cortos audiovisuales con perspectivas de derechos humanos, paz y democracia— fomenta la visibilización de problemáticas locales mediante la exposición del talento joven.
“Porque una cosa que tenemos que rescatar es que debemos tener referentes. Se han perdido los referentes”, comenta Martínez al hablar del proyecto Enfócate, un programa de fotografía documental que enseña a los jóvenes a, precisamente, documentar su realidad circundante. El programa los enseña a ver lo extraordinario en lo cotidiano, a buscar los referentes en su localidad. “Tú pregunta: ‘Háblenme de diez mujeres famosas’, responden: Angela Merkel, Teresa de Calcuta. Famosas, reales y grandes, pero, y en Venezuela, ¿cuántas hay?”, se pregunta el fundador de la organización.
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La organización busca que los propios jóvenes vean hacia ellos mismos, hacia su propio entorno, cuando buscan oportunidades. Pero el futuro es incierto y la desilusión cegadora. “Es complicado porque el tema de la ilusión cada vez es menor, el tema de qué voy a hacer. El tema de las perspectivas. El tema del futuro”, admite Martínez.
El viaje introspectivo de la juventud venezolana es visibilizado, por ejemplo, por el programa Ecos de Juventud. “Ecos es la consecuencia de la co-creación de una acción de jóvenes para jóvenes”, define Martínez. El programa se creó para dar voz a las preocupaciones de los jóvenes y generar propuestas sobre democracia, paz y educación. Se planifican varios encuentros temáticos donde los jóvenes participan en la organización y moderación de paneles. El programa busca involucrar a especialistas y representantes de organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, para enriquecer las discusiones y fomentar la participación juvenil en la construcción de un futuro mejor.
Además de los programas, Martínez opina que el remedio a la incertidumbre del futuro es aferrarse a los valores humanos, aquellos que han demostrado ser constantes en los altibajos de la crisis. “Debemos rescatar que aquí hay una gran calidad humana. Hemos sido muy resilientes y hemos aprendido a superar las adversidades. Entonces hay mucha gente con miedo, pero convencida de aportar al país. Eso hay que alimentarlo, hay que visibilizarlo”
Crear lazos sociales
Psicodata, el estudio que reveló la desilusión colectiva, también revela que, en momentos de crisis, 67% de los venezolanos recurren a sus lazos familiares o aquellos lazos íntimos más cercanos para conseguir ayuda. La debilitación del tejido social, la flaqueza de los lazos interpersonales, es lo que, en parte, contribuye a la sensación de desilusión. “Yo soy un convencido de que hay que hacer cosas para conectar a la gente. Si nos deshumanizamos le hacemos un gran daño al tejido social venezolano. Tenemos que crear conexión, propósito, arraigo en la gente”, remarca Martínez.
“Hay que ponerse los lentes de la oportunidad”, dijo Luis Martínez frente a la inquietud del ambiente poselectoral. Asegura que, a pesar de la desilusión, ve en los jóvenes una voluntad intrínseca de conseguirse. “Veo un país con muchas cosas por hacer. Veo un país con unos jóvenes con ganas de estudiar y estudiando, buscando su hacer. En este país, hasta los más humildes buscan qué hacer”, reflexiona.
Aunque la frase de “ponerse los lentes” hacía referencia a un momento puntual, la misma refleja la misión principal de Oportunidad A.C. Para voluntariamente ponerse los lentes de la oportunidad, se debe tener una convicción en las capacidades propias. Ponerse los lentes es una elección. Precisamente la organización, a través de los programas de formación, es quien forma al muchacho que sube las bombonas en el barrio a tener el coraje de alcanzar los lentes, ponérselos y trabajar por lo que ve a través de ellos.
*Programa de Formación de Nuevos Periodistas