Arturo Uslar Pietri: La Reivindicación de su Propuesta, por Luis Cermeno
En artículos anteriores he argumentando que gran parte de las dificultades de Venezuela se debe a su débil dirigencia política que en una democracia competitiva adquieren incentivos rentistas, actitudes populistas y de limitado carácter colectivo. Sin embargo, sería muy pesimista decir que no existen o existieron políticos con características deseables de un líder político.
Arturo Uslar Pietri (AUP) es para Miguel Otero Silva, “la inteligencia mejor organizada y mejor amueblada del siglo XX venezolano”; para otros como Mariano Picón Salas “es quizá el venezolano más inteligente de su generación”; para su gran amigo Germán Arciniegas, “había venido a ser el ejemplar perfecto del venezolano ilustrado”.
Pietri fue un polímata, su obra se extiende a la literatura, la política, la economía, la diplomacia y el humanismo. Poco parecen relacionarse la obra literaria Las Lanzas Coloradas y el texto publicado en 1936 donde acuñó su famosa frase “Sembrar el Petróleo”, ambos de su autoría, pero que denotan su principal atributo: el culto a la enseñanza, la cultura y el conocimiento.
Nacido en Caracas el 16 de Mayo de 1906, ya desde joven estuvo fuertemente apasionado por la escritura. Siendo descendiente de importantes líderes de la historia, su bisabuelo Juan Uslar y su abuelo Juan Pietri; Arturo estuvo bastante expuesto e influenciado por la política, rol que desempeñó desde muy joven, al desempeñarse como miembro del cuerpo diplomático venezolano en Francia durante el gobierno de Gómez.
Carlos Romero en su obra Arturo Uslar Pietri: La imposibilidad de la Política define tres momentos fundamentales en la trayectoria política de AUP: 1) Su participación en el debate público y en los gobiernos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, período 1935-1945; 2) su actuación como candidato durante la campaña electoral por la presidencia de la República en 1963 y 3) su participación en el movimiento intelectual denominado los “notables” en el periodo 1992-1998..
En 1992 y a partir de los hechos de “El Caracazo”, AUP fue uno de los políticos que usó su plataforma para manifestar su preocupación sobre la situación nacional y la crisis del sistema político. Gran parte de la trayectoria política de Pietri tiene que ver con el grado de reconocimiento a su gran capacidad intelectual y a sus grandes aportes a la literatura venezolana y al conocimiento en distintos ámbitos.
No obstante, pareciera que el éxito político no se tradujo de la misma forma en el éxito que tuvo en otros ámbitos. Algunos autores como Romero (2002) argumentan como posible razón del fracaso político de Pietri a que el “pertenece a una tipología latinoamericana que no supo comprender a cabalidad nuestros fenómenos más importantes, tales como el estatismo, el populismo, el antioccidentalismo, el antimodernismo y quiso colocar en práctica la idea platónica del filósofo”.
Sin embargo, contrariamente a dicha afirmación creo que su fracaso en materia política se debe precisamente a que tenía consciencia de los principales problemas estructurales del país pero dicha propuesta no estaba preparada para competir con la política del clientelismo petrolero en un contexto electoral. Su propuesta implicaba acabar con lo que hizo a la élite del poder político en Venezuela, superar el rentismo petrolero, el populismo y la dependencia política que trajo como consecuencia el desvanecimiento de los sectores productivos, el debilitamiento de las principales variables macroeconómicas y la vulnerabilidad frente al mercado petrolero mundial.
No es por ello casual, que en la trayectoria política de AUP este se plantee la crítica constante a la forma de hacer política de los partidos tradicionales, caracterizada por un alto contenido populista-rentista y poco orientado a promoción del área productiva, caracterizado por los acuerdo entre las dos principales tendencias del país para la alternancia del poder y la evidencia de altos niveles de corrupción.
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Así pues, detrás de su propuesta política se encuentra una propuesta transformadora, orientada a la superación distorsiones económicas e institucionales en nuestro país. Ya en 1936, puede anticiparnos esta visión de país que vale citar completamente:
“La riqueza pública venezolana reposa en la actualidad en más de un tercio sobre el aprovechamiento destructor de los yacimientos del subsuelo, cuya vida no es solamente limitada por razones naturales, sino cuya productividad depende por entero de factores y voluntades ajenos a la economía nacional. Esta gran proporción de riqueza de origen destructivo crecerá sin duda alguna el día en que los impuestos mineros se hagan más justos y remunerativos, hasta acercarse al sueño suicida de algunos ingenuos que ven como el ideal de la hacienda venezolana llegar a pagar la totalidad del presupuesto con la sola renta de minas, lo que habría de traducir más simplemente así: llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito de petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable…Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaremos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo.”
Arturo Uslar Pietri jugó un papel estelar en la vida cívica venezolana. Las múltiples facetas en que se desarrolló su labor intelectual expresan su calidad como hombre de pensamiento y su incesante capacidad para la creación permanente.
A nivel político los hechos nos ayudan a comprender que Pietri y quienes pensaron como él no pudieron desterrar el discurso político del populismo encarnado por los principales líderes del momento. Sin embargo, esto no minimiza su aporte en pro del desarrollo del país
Hoy día, 83 años después de que Arturo acuñara la frase “sembrar el petróleo”, su crítica sigue más vigente que nunca y resuena casi de forma predictiva:
“Si en este momento, por azar infortunado del destino, los precios del petróleo bajaran de una manera importante en el mercado mundial, Venezuela sería un caso para la Cruz Roja Internacional. Aquí vendrían a repartir sopas en las esquinas”.
La historia le ha dado a Pietri la razón, hoy los venezolanos buscamos desesperadamente un liderazgo político que revierta el colapso económico-productivo y en cualquier otro ámbito donde se mire. Hoy los venezolanos reconocen los frutos del clientelismo y el chantaje político al punto de apostar por liderazgos empresariales y fuera del entorno político. Hoy día renacen las ideas de promover el cambio estructural en un país con una bendición natural que debe ser palanca para crear condiciones para el desarrollo de nuestra Venezuela, y no ser este recurso, el fin en sí mismo.
“Lo peor que puede tener un pueblo es no saber de dónde viene ni por qué ha llegado a donde está, ni por qué medios, ni por qué manera” decía Petri. Hoy día tenemos la oportunidad de retomar su legado, recuperar la democracia será apenas el inicio de una tarea larga y profunda que requiere inteligencia y sentido de pertenencia.