Asamblea General ONU: una oportunidad para Venezuela, por Miguel Pizarro
Desde hace 20 años Venezuela ha vivido continuas oleadas de disturbios civiles y de agitación política. En un principio, el mundo fue escéptico y sordo ante las protestas de la oposición, pero pronto las consecuencias de las políticas opresivas y equivocadas del régimen comenzaron a dar sus frutos. A medida que los productos básicos comenzaron a desaparecer de las tiendas, que las figuras públicas fueron perseguidas, arrestadas, torturadas y exiliadas, el mundo poco a poco comenzó a reconocer que había un problema cada vez más inquietante con la democracia en Venezuela.
Pero 20 años es mucho tiempo y el cambio está bien retrasado. Afortunadamente, hemos visto en el 2019 cómo la postura de los líderes mundiales sobre este régimen represivo ha cambiado de manera significativa. Sin embargo, aún es necesario realizar mucho trabajo.
Hay una nueva oportunidad que se vislumbra en el horizonte con la próxima Asamblea General de la Naciones Unidas que se va a llevar a cabo el 17 de septiembre. A esta reunión cientos de los líderes mundiales y gobiernos, inclusive aquellos que reconocen abiertamente a Juan Guaidó como presidente interino, discutirán y tomarán acciones sobre las problemáticas más urgentes. Ponerle fin a la crisis en Venezuela debería ser una de ellas.
La comunidad internacional ya ha tomado medidas firmes en los últimos meses que no solo demuestran el rol importante que estos juegan en la crisis de Venezuela, sino que también han permitido a la oposición alcanzar una posición de poder ya que una multitud de países, Parlamentos y organizaciones internacionales apoyan a Juan Guaidó y a la legítima Asamblea Nacional.
Además, el hecho de que líderes claves hayan alzado sus voces en contra de las violaciones de derechos humanos por parte de este régimen ha ayudado a determinar a los responsables de esos crímenes, quiénes posteriormente han sido sancionados
Adicionalmente, estos esfuerzos internacionales han llevado a países como Colombia, Ecuador y Perú a implementar nuevas políticas migratorias con el fin de atender la situación desesperada que viven millones de venezolanos que han dejado su país.
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Por otra parte, la oposición, ahora el gobierno interino de Juan Guaidó, ha batallado desde hace años desde todos los frentes que ha sido posible. Desde hace 20 años hemos, de manera pacífica, tomado las calles en demanda de nuestros derechos, a pesar de las represiones del régimen. Hemos luchado por mantener alta nuestra Constitución en la Asamblea Nacional, inclusive cuando las elecciones y las negociaciones se han visto comprometidas. Hemos luchado y continuaremos luchando para restaurar elecciones libres y justas.
Lastimosamente, el régimen de Maduro ha abandonado el último intento de encontrar una solución negociada a la crisis venezolana, iniciativa que fue auspiciada por Noruega
Mientras tanto, gracias a los esfuerzos conjuntos entre actores nacionales e internacionales, se han abierto las puertas para investigar los esquemas de corrupción e identificar a aquellos responsables del sufrimiento y el hambre de los venezolanos. Esto también ha permitido a miles a aprender sobre esta situación y proveer ayuda para aliviar esta terrible realidad.
Las Naciones Unidas ha reconocido esta grave situación. El pasado julio, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos (Acnudh) Michelle Bachelet, presentó un informe que relata la manera asombrosa en la cual se ha deteriorado la situación de los derechos humanos en Venezuela y culpó, de manera legítima, a un régimen que durante más de una década implementó leyes y prácticas que restringieron el espacio democrático y permitieron al régimen cometer numerosas violaciones de derechos humanos.
Dos meses después, en una actualización oral de la situación venezolana que fue presentado el 9 de septiembre, Bachelet declaró que millones de venezolanos continúan sufriendo violaciones a sus derechos, incluidas docenas de personas que fueron víctimas de posibles ejecuciones extrajudiciales que fueron llevadas a cabo por las fuerzas policiales especiales.
Adicional a esto, la Agencia de Refugiados de la Naciones Unidas y la OIM en junio establecieron que más de 4 millones de venezolanos se han ido del país, convirtiéndose así en uno de los grupos poblacionales más grandes desplazados de su país.
En abril, la Oficina de la Coordinación de los Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas estimaron que 7 millones de personas en Venezuela necesitan de asistencia humanitaria, lo cual representa un 25% de la población
Venezuela necesita estar al principio de la agenda y ser una prioridad en las discusiones. La Asamblea General es el espacio natural en donde el reporte de la Acnudh debe ser discutido –el primer reporte de las Naciones Unidos que, después de mucho tiempo, describe de manera precisa la situación actual y terrible que vive Venezuela, situación que la oposición ha denunciado desde hace 20 años.
El momento para poner el reporte en acciones tangibles es ahora. Esta reunión de países, gobiernos y líderes mundiales no puede seguir ignorando lo que las Naciones Unidas ya han reconocido- Venezuela necesita urgentemente un cambio, y el multilateralismo puede ayudar a abordar las necesidades humanitarias y alcanzar una solución pacífica a la resolución de conflictos.
Necesitamos que la comunidad internacional no convierta a Venezuela en otro problema recurrente dentro de la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas y aproveche esta oportunidad
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Pizarro es un líder opositor que se encuentra en el exilio y representante de la Asamblea Nacional por el partido Primero Justicia
Publicado en Americas Quarterly: http://bit.ly/2LrNkRm