Asesinaron a 46 defensores de DDHH en Colombia en primer trimestre de 2018
Un total de 46 defensores de derechos humanos fueron asesinados en el primer trimestre de este año, 26 más que en el mismo periodo de 2017, según informe del programa privado Somos Defensores DW
El Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores y Defensoras de Derechos Humanos (Siaddhh) de Somos Defensores informó el miércoles (25.04.2018) en un comunicado que «se mantiene la tendencia identificada desde 2015» del «incremento de acciones contra la vida e integridad de los líderes sociales, manifiesta en homicidios y atentados».
El informe detalló además que de los 46 asesinatos, los supuestos responsables de 35 de ellos son desconocidos, cuatro la Fuerza Pública, tres los habrían cometieron paramilitares, dos las disidencias de la antigua guerrilla FARC y dos más el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Por otra parte, 12 defensores sufrieron atentados, 66 fueron amenazados, a seis les robaron información, uno desapareció y otro más fue judicializado, datos que sumadas a los asesinatos completan 132 agresiones entre enero y marzo de este año.
«De estas 132 agresiones, el 74 % fueron en contra de defensores y el 26 % contra defensoras. Registramos, en comparación con el mismo periodo en el año anterior, una significativa disminución en las amenazas, detenciones arbitrarias y judicializaciones», agregó la información.
Los presuntos responsables de las agresiones, contabilizadas por el Siaddhh, son desconocidos (55), paramilitares (47), la Fuerza Pública (5) y las guerrillas (7).
Los departamentos en los que más ocurrieron los ataques contra los defensores en el primer trimestre del año son Cauca (suroeste), Antioquia (noroeste) y Norte de Santander, que está ubicado en la frontera con Venezuela.
«Igualmente nos llaman la atención los departamentos de Arauca (este) y Córdoba (norte), donde se reactivaron las agresiones contra defensores y defensoras de derechos humanos en números no registrados en periodos anteriores», añadió la ONG.
Lamentó además que el Gobierno no haya dado con «una fórmula efectiva para detener la oleada de violencia selectiva contra líderes sociales y defensores, que a juzgar por las cifras se convirtió en violencia letal».