Asuntos de Mujeres se leen mejor en papel
Asuntos de Mujeres publica su segundo número impreso y afianza un modelo que prioriza temas de largo aliento y textos en primera persona. La directora Patricia Rosas-Godoy resume el punto de partida así: «Queríamos una revista que acompañe, no que grite titulares». El proyecto nació hace nueve años como blog y evolucionó a revista digital; hoy combina ambas orillas con un tiraje de 2.000 ejemplares en físico.
La línea editorial se sostiene en cinco pilares: bienestar, salud mental, maternidad sin idealizaciones, empoderamiento y un área de lifestyle que no pretende competir con las revistas de moda. «No somos una revista de moda. Sumamos tendencias porque también hablan de cómo vivimos», dice Rosas-Godoy. Ese marco permite mezclar entrevistas y piezas de servicio con reseñas culturales que no caducan al día siguiente.
La portada de esta edición la protagoniza María Gabriela de Faría, fotografiada en Los Ángeles por Henry Cuicas. La elección buscó quitar capas de artificio. «Pedimos que use su propia ropa y maquillaje. Nos interesa la persona, no la alfombra roja», explica Rosas-Godoy. La actriz, que participa en la película de Superman, dejó una escena íntima en la entrevista a distancia: «Cuando vio Caracas en la pantalla se le aguaron los ojos. Nos dijo que extraña la ciudad todos los días».
En el contenido conviven entrevistas con nombres como Piedad Bonnett y piezas de prevención en dos frentes que marcan agenda entre octubre y noviembre: cáncer de mama y violencia machista. Aquí aparece una diferencia clave del proyecto. «Publicar sobre violencia no es solo informar: nos escriben mujeres pidiendo ayuda. Tuvimos que formarnos como agentes de contención y establecer protocolos», afirma. De allí la decisión de convocar especialistas: «Si vamos a hablar de salud mental, no basta con una opinión. Queremos rigor y lenguaje claro«.
A mitad de programa, Rosas-Godoy comentó en Noche D de TalCual cómo se guardan temas que no caben en papel para la web, y viceversa. «En digital la vida útil es corta. En papel pedimos textos que no envejezcan. Son capas de una misma conversación», dijo. La sección «Girl Power» condensa ese gesto: perfiles de venezolanas dentro y fuera del país —productoras, artistas, creativas— en una página, sin solemnidad y con datos puntuales. «Queremos mapear quiénes están moviendo la aguja», explica.
Imprimir en Venezuela sigue siendo una carrera de obstáculos: papel, tirajes, distribución, publicidad. El equipo lo admite sin épica. «No es romanticismo del papel. Es otra experiencia de lectura y otro ritmo de consumo. Y sí, hay que tomar muchos cafés para convencer marcas», dice Rosas-Godoy. El número cuesta seis dólares y se distribuye en kioscos, Paradas Inteligentes, salas de espera y el aeropuerto; el contenido completo también está en asuntosdemujeres.com, donde la comunidad supera las 130 mil personas.
La tercera edición saldrá en diciembre. Tendrá nuevas voces en salud mental y maternidad, más servicio y una guía astrológica de fin de año. Sin prometer fuegos artificiales, Rosas-Godoy deja su vara de evaluación: «Si un texto ayuda a una lectora a entender algo o a pedir ayuda, valió la pena. Si además quiere subrayarlo y guardarlo, el papel tiene sentido». En un ecosistema saturado de urgencias, Asuntos de Mujeres apuesta por la lectura que respira y por un periodismo útil, sin impostura ni consignas.