Atención Primaria de Salud en Venezuela en tiempos de Pandemia, por Rafael A. Sanabria M.
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La Atención Primaria de Salud (APS) «es la asistencia sanitaria esencial basada en métodos y tecnologías prácticas, científicamente fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país puedan soportar, en todas y cada una de las etapas de su desarrollo con un espíritu de autodeterminación».
Dicha definición engloba las cuatro grandes características que fundamenta la práctica de la medicina como área primaria de salud, las cuales son promoción y prevención de salud como piedra angular del ejercicio médico el cual busca disminuir el impacto que tiene el proceso salud – enfermedad en el desarrollo personal del individuo y de la sociedad a la cual pertenece; y por último el diagnostico, curación y rehabilitación; los cuales se deben impartir desde el seno de la comunidad, siendo el nivel base de todo sistema de salud de un país.
Podemos describir 2 tipos de asistencia sanitaria, primaria caracterizada por la accesibilidad, coordinación, integralidad, longitudinalidad y calidad de la presentación siendo ésta la breve descrita anteriormente y la especializada u hospitalaria la cual garantiza la continuidad de la atención integral al paciente comprendiendo actividades asistenciales, diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación.
Partiendo desde este enfoque se puede describir como fue la atención sanitaria de Venezuela ante la pandemia por la covid-19. Si bien nuestro país según estadísticas nacionales expuestas por el ente competente, Venezuela desde el inicio de esta pandemia ha presentado 327.000 casos positivos para SARS COV2 y un total de 3.924 muertes en más de 1 año y medio sumergidos en pandemia. Ante estos datos se concluye que la política de Venezuela ante la enfermedad ha dado buenos resultados al compararlos con países fronterizos, como Colombia, con más de 4.8 millones de casos y 124.000 decesos (datos tomados en agosto de 2021).
La pandemia en Venezuela estuvo de alguna manera controlado por el Estado y con matices políticos, el cual le permitió al Estado tener control sobre la población y evitar estallidos sociales debido a la crisis económica, política y social que enfrenta el país caribeño; por ende, los registros suministrados anteriormente pueden ser puestos en duda y poco fiables como medida de comparación.
Existe una brecha entre las estadísticas las cual describen un sistema de salud óptimo y la percepción de salud y medidas de «bioseguridad» o control para el pueblo.
Al comienzo de esta crisis de salud, los casos de decesos fueron solo números en una estadística, pero al pasar los meses el mal manejo de la enfermedad, la falta de conciencia ante las medidas de bioseguridad y lo difícil que es para un país en vía del desarrollo cumplir una cuarentena sin tomar medidas suficientes para garantizar que la población con precarias condiciones de vida recibiera protección que les permitiera cumplir el distanciamiento social ya que la realidad de muchos en nuestro país es “sino salgo a trabajar no como”; estas muertes pasaron de ser números a conocidos o familiares es decir, existe un sub registro de pacientes.
Venezuela en las ultimas 2 décadas ha implementado la creación de Áreas de Salud Integral Comunitaria (ASIC), modelo de atención integral y continúa basado en atención ambulatoria abarcando el entorno familiar y comunitario, con cobertura universal y gratuita, siendo conformada con más de 500 ASIC y 13.000 consultorios populares contando con un personal calificado para la atención primaria. El énfasis de las respuestas del sistema de salud de Venezuela y englobo a la mayoría de los países estuvo fijada en la atención hospitalaria, en la medicina curativa y en el tratamiento individual de la enfermedad, y no en la vigilancia de la salud, identificación de casos-contactos, observar el comportamiento de la curva de crecimiento y disposición de condiciones adecuadas para el confinamiento. Se subestimó la capacidad de los servicios de APS como nivel base en la atención de salud y resolución de problemas.
Todo periodo de crisis y tensión deja al descubierto las debilidades del sistema de salud, los cuales deben ser reorganizados, fortalecidos o repensados en sus principios y prácticas. El enfoque de acción se ha dado enmarcado en la medicina curativa. Esta pandemia ha demostrado que se debe mejorar la APS en Venezuela, en donde todos los profesionales tanto “Tradicionales” como “Integrales Comunitarios” trabajen frente a cualquier situación de emergencia en conjunto. La pandemia ha dejado un mensaje al sector salud, el cual implica trabajar duro para fortalecer el área.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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