Audacia y prudencia, por Leonardo Regnault
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Hay que ser lo suficientemente audaces para poder enfrentar con éxito al régimen; ser lo suficientemente arrojados para idear soluciones que puedan cambiar la terrible situación de oscuridad en la que el país se encuentra sumergido. Se debe salir del pensamiento lineal que enmarca a muchos de los que hacemos política, y ser capaz de apelar al pensamiento complejo, versátil, innovador y audaz que ha caracterizado a quienes lograron romper variados esquemas de dominación en distintas épocas de la historia.
Desde esa perspectiva, la audacia no es solo inventar nuevas formas sino que también es utilizar viejos conceptos y adaptarlos a las circunstancias y, con ello, lograr redimensionar la lucha para hacerla más efectiva. La única solución posible que yo concibo es la de robustecer la infraestructura social que se ha intentado devastar en estas últimas décadas.
No hay sindicato, asociaciones civiles, clubes deportivos, gremios y un largo etcétera de expresiones sociales al que no se le haya intentado destruir. Por eso, nuestra tarea y responsabilidad es la de fortalecer esos espacios, crear nuevos y hacer que esa división entre las expresiones sociales y los partidos políticos desaparezca y que todos trabajemos para construir la unión-fuerza necesaria que permita cambiar la actual situación de padecimiento.
Desde los partidos políticos tenemos que fomentar en nuestra militancia el apoyo a todas las expresiones sociales, que son las que definen lo que somos como sociedad. Una sociedad, en la cual las expresiones organizadas de los trabajadores, de los deportistas, de los vecinos y de los artistas no pueda desarrollarse con plenitud es una sociedad maltrecha, y esto es lo que ha buscado el régimen en las últimas décadas. Nuestra labor es apoyar a todas ellas desde nuestros espacios de acción; y, en nuestro caso, ese espacio es la política militante.
Debemos ser lo sufrientemente audaces para constituir el movimiento social más grande que se haya visto en los últimos años en el país.
Es momento que las fuerzas que queremos recuperar al país entendamos que debemos crecer hacia afuera. Debemos entender que el trabajo mancomunado es la única posibilidad de cambiar las cosas porque aislados no tendremos la fortaleza necesaria para enfrentar la fuerza de coacción y represión de Maduro.
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La tiranía, cuando vea que estamos organizando nuestras fuerzas, atacará de manera despiadada; por esta razón la audacia debe estar acompañada de prudencia. En tal sentido, se debe elaborar un plan lo suficientemente inteligente y audaz que vaya en la dirección de los cambios que se necesitan para tener un país de inclusión y libertades, y su aplicación debe ser con la mayor prudencia posible.
Recordemos aquella misiva de Bolívar a Santander en la que le expresaba que había que tener «audacia en el plan y prudencia en la ejecución». Este pensamiento debe hacernos reflexionar y entender que no hay empresa humana que pueda llegar a cristalizar de forma duradera sus deseos sin la elaboración de un plan que debe ser llevado adelante de manera precisa.
Quiero que logremos nuestro objetivo, y para ello no debemos permitirnos espacio para los errores; ya bastante hemos cometido. Salgamos de ese círculo nefasto.
Leonardo Regnault es político e ingeniero civil
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