Aveledo Coll: Oposición está «entrampada» en la discusión electoral
El politólogo y profesor universitario Guillermo Tell Aveledo Coll evalúa los retos de la Unidad ante el escenario presidencial, más allá de una posible modificación de la fecha de los comicios convocados de manera adelantada para abril. El académico de la UCV y la Unimet llama al liderazgo político a «hablar con franqueza»
Autor: Víctor Amaya | @victoramaya
-Se ha informado que las elecciones pudieran ser postergadas para mayo, ¿lo ve posible?
-Es parte de la vieja táctica del gobierno en la cual pone algo muy muy malo y de repente te da algo mediocre y tú crees que estás ganando. Parece que es una oferta que el gobierno ha dado a la oposición para tratar de que, pese a sus declaraciones según la cual habrá elecciones con o sin la MUD, con esa postergación dar más argumentos a quienes tienen más inclinación de ir a la elección de favorecer. Pero la fecha es uno de los problemas de la elección. Hay una serie de condiciones que no se resuelven, como los reclamos estructurales que ha pedido la oposición.
–En una reunión que hubo entre gobierno y opositores, uno de los planteamientos era incluir una comisión técnica de la ONU. ¿Sería suficiente para despertar el interés de un electorado?
-Las misiones técnicas de la ONU son muy complejas y se dan después de guerras civiles, para la restauración de la democracia. En el caso venezolano, todavía es un poco prematuro para convocarla. Si fuera una misión observadora, qué tipo de carácter técnico tendría, es algo que en el poco tiempo planteado es muy corto para pensar que tendría alguna efectividad. No es un buen planteamiento. Quienes lo reciban, creo que están demasiado optimistas sobre la posibilidad que eso afecte el resultado. Es verdad que hay mucho experto electoral que está del lado de quienes plantean participar en elecciones, pero hay que recordar que muchos de esos expertos nos han llevado a algunos de los grandes fiascos electorales de la historia contemporánea.
-¿Cuáles serían unas condiciones mínimas para participar, desde el punto de vista opositor?
-Hay unas cosas esenciales. La reubicación de centros, la no inhabilitación de candidatos de manera ilegal, el no uso partidista del Plan República, el que haya testigos que no sean hostigados, que la oposición esté en la sala de totalización de manera permanente y que las partes o tengan todas la información en tiempo real, o no la tenga ninguna.
-¿Y cómo la oposición puede entusiasmar a su propio electorado cuando éste descree de todo y de todos?
-Si estamos nosotros, en la sociedad democrática, rebeldes frente al gobierno y sabemos que lo que le conviene es nuestro desánimo, también tenemos que poner de nuestra parte. La opción del liderazgo es hablar con franqueza, con honestidad, y enfrentar el problema central: el deseo de expresarse, que se desestima por verlo conculcado, y los medios para ello que son las elecciones. Pero no solo las elecciones sino todos los medios sociales de participación. El liderazgo político tiene que motorizar acciones mayores en ese sentido.
-Mientras tanto, hay una crisis social avanzando. Desde hace años se habla de la necesidad de hermanar la protesta social con la protesta política, una deuda.
-Por una parte hay quienes no conectan todavía, en la población, el hecho económico con el hecho político. Creen que el hecho económico no está completamente relacionado con el cambio del poder, o creen que el hecho político simplemente es la ambición particular de los aspirantes a gobernantes. Claramente es importante deponer actitudes sectarias, porque para el votante unitario, que se fue convirtiendo en el nuevo centro político, es más moderado que radical. Lo que pasa es que el radical, frustrado por los años de incapacidad y de impotencia política de la Unidad, decidió abandonar ese centro. Y otro se asustó porque para volver a seducir a ese centro, la Unidad comenzó a actuar de manera más radical. Estamos, hasta cierto punto, entrampados. Aquí lo que hay que dejar claro que solo va a haber cambio económico, confiable, con cambio político. Estamos en una situación muy desesperada porque pueden venir tres grandes diásporas: a interna de quienes deciden no participar más nunca, decepcionados por todos; la externa de quienes se van, y la de gente descontenta hacia el gobierno pero condenados a vivir de las prebendas.
-También se dice desde hace años que aspirar en política es solo por mero interés personal, ¿ha notado desprendimiento en el liderazgo?
-Yo quiero darle un voto de confianza a todos los que han dicho de participar, porque no puede ser fácil, pese a nuestro carácter malicioso formado por años de propaganda y cinismo, nuestra propia cultura antipolítica y las decepciones sufridas, plantearse gobernar en estas circunstancias. Yo creo que hay candidatos y líderes muy optimistas, pero consistentes, y les doy un voto de confianza. Pero ellos también tienen que demostrar que son capaces de dar un paso al frente o un paso a un lado, si fuese el caso.
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