Aveledo: Solo con participar en elecciones no se solventa frialdad hacia la política
El exsecretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, advirtió que tanto si se va a las elecciones como si no, hay que tener claro por qué se tomó la decisión. Insistió en que es la unidad lo que permite reconectar con el electorado y motivar la participación
En 2005, la oposición venezolana decidió no acudir a las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional que, como consecuencia, quedó bajo el control absoluto del chavismo y, por varios años a partir de ese momento, se le hizo difícil capitalizar en votos para sus candidatos el rechazo a la gestión de Hugo Chávez que ganó cómodamente las elecciones presidenciales realizadas un año más tarde frente al abanderado opositor Manuel Rosales.
La aprensión hacia la gestión del fallecido teniente coronel quedó plasmada con la realización del referendo sobre la propuesta de reforma constitucional en 2007, pero aún tres años más tarde, los candidatos opositores se quedaron sin conseguir un caudal de votos suficiente para poner en aprietos al chavismo en las elecciones parlamentarias.
Ya para entonces (2010) coordinaba a la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), como secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo, un político de amplia trayectoria, quien fue secretario privado del presidente Luis Herrera Campíns (1979-1984), diputado al Congreso de la República, jefe de la fracción parlamentaria del partido Copei, presidente de la estatal Venezolana de Televisión y presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (2001-207).
Fue durante la gestión de este abogado egresado de la UCV, y quien cuenta con doctorado en Ciencia Política, que la oposición pudo recobrar el favor de los electores para finalmente poner en jaque al gobierno de Nicolás Maduro al lograr la mayoría calificada de la Asamblea Nacional en diciembre de 2015. En ese lapso, los individualismos del sector opositor quedaron supeditados al objetivo colectivo y se pudo entusiasmar de nuevo a los votantes que deseaban un cambio político en el país, algo que la oposición buscará de nuevo en este 2021 con miras a unas elecciones regionales y locales, pero que se ve amenazado por las disputas internas entre los factores que adversan al gobierno.
Políticas de cambio
«Siempre ha habido las unidades que no son perfectas, siempre se consigue quienes dividan, pero así ha pasado desde 2010 para acá, siempre hay quienes quisieran intentar probar suerte por su cuenta, con o sin ayuda directa o indirecta gubernamental, pero en la medida que haya un coagulante, una fuerza centrípeta suficiente para atraer y que sea una especie de motor de las políticas de cambio, eso va a ser distinguido por los electores», expresó Ramón Guillermo Aveledo en entrevista con TalCual.
Quien actualmente se desempeña como presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro explicó que, al retomar la vía electoral, la oposición arranca con una carga, como es la política abstencionista que se ha manejado de nuevo a partir de 2018 y una desafección política hacia los dirigentes que requerirá de ciertas actitudes y acciones para que puedan ser superadas.
«Para que el país pueda comenzar a prestarle atención de nuevo (a la oposición) tiene que ver que hay una unidad fundamental. Esto debería verlo la dirigencia, tienen que resolver esos problemas que incluso empiezan a plantearse en la comunidad internacional, ya que aun cuando las líneas de los países se han mantenido, podrían cambiar, porque no están talladas en piedra», expresó durante la conversación telefónica.
«Debería haber evaluación y autocrítica»
—¿Qué reflexión hace de la situación de la oposición que, de nuevo al convocarse un proceso electoral aparece dividida entre sectores que aspiran a concurrir al proceso y los que no? ¿Qué es lo que impide que las fuerzas opositoras se pongan de acuerdo en una estrategia y la cumplan?
—Podemos decir que hay una sectorialidad múltiple. Por un lado, distintas visiones de la situación y sus posibles respuestas a ella. Por supuesto la cuestión de los liderazgos y la influencia que una y otra cosa tienen las frustraciones y fracasos. No se puede esperar que a esta altura, con todo lo que ha ocurrido, eso no tenga un impacto; lo tiene, y debería ser el de la evaluación y la autocrítica, ciertamente, pero no siempre ocurre así o no ocurre así en todos los casos.
«Lo importante es que frente a una cosa como esta o cualquier encrucijada política es justamente la estrategia de la cual ella forma parte, porque una decisión no puede ser nunca aislada. No se trata de participar o no participar sino para qué hacerlo, o para qué no; qué es lo que se busca, lo que se pretende. Aquí tiene que tener una influencia importante lo que se decía de la evaluación de los resultados previos, de las cosas que se han hecho antes. Porque no hay nada que permita pensar que se puede seguir haciendo lo que se venía haciendo y esta vez obtener resultados diferentes. Es algo que hay que tener presente», expresó Ramón Guillermo Aveledo.
Señales de la realidad
—¿Cree que es conveniente cambiar el paradigma?
—Hay que estar abierto a las señales de la realidad. En la política de quienes proponen cambios considerables de fondo hay un componente de proyectos, de visión de futuro. Pero ese componente tiene que andar con los pies sobre la tierra. No puedes actuar desprendido como si la política se hiciera en condiciones de laboratorio. La política se hace a la intemperie y te encuentras todo tipo de inconvenientes y obstáculos; los que pone el adversario, los que te atraviesa la realidad y los que involuntariamente tú te pones a tu propia acción. Hay que procesar todo eso para tener una línea más asertiva, es importante.
Los factores de la oposición democrática, que son factores distintos, tienen que aprender a respetarse mutuamente y a distinguir quiénes son efectivamente opositores; tiene que haber respeto mutuo, conciencia de que la unidad —que hoy en día parece más remota— es el ingrediente básico, tanto de la credibilidad interna como de la externa de los sectores alternativos.
—Desde las elecciones a gobernadores de 2018 la oposición no ha participado en bloque en un proceso comicial, ¿cómo se retoma la vía electoral? ¿Es como pasar un interruptor nada más?
—Es muy importante comunicarle a la gente por qué se participa y para qué se participa. Efectivamente, no es pasar un interruptor; además, la recuperación de la relación con la mayoría es importante. Es una paradoja que en la opinión pública todos los actores políticos están debilitados, no hay encuesta que no lo diga. La verdad es que para comenzar hay que revisar las causas del desafecto para poder ir resolviéndolas, porque que participes o no no va a cambiar la frialdad y el desinterés hacia la política, no va a cambiar ese no me interesa la política porque a la política no le intereso. Es la evaluación de fondo la que va a permitir comenzar esa reconexión, no estamos partiendo de cero, sino con un pasivo, porque hubo una gran ilusión alrededor de la oposición venezolana que hoy en día está enfriada.
—¿Es posible que solo con romper su posición abstencionista la oposición logre motivar la participación de los electores o cree que se repetirá lo ocurrido a partir de 2005, cuando costó mucho incentivar al electorado a acudir a sufragar?.
—A mí me parece que la elección tiene un potencial organizador y motivador, pero por supuesto tienes como cuestión previa a eso prepararte con un mensaje que sea convincente, con candidaturas creíbles, porque lo peor que puede pasar es una participación desordenada en la cual el principal debate entre opositores sea entre ellos y no entre ellos y el poder.
Ramón Guillermo Aveledo dice que en Derecho existe el concepto del lucro cesante, que es la ganancia que dejas de adquirir, y también el del daño emergente que es el perjuicio que te ocasiona algo. Cuando ocurre una circunstancia en la política tienes la ganancia que dejas de adquirir, pero también un perjuicio que se va a arrastrar después.
Aprovechar una rendija
—Con la designación de la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) con una proporción de tres rectores asociados al chavismo y dos que digamos, el gobierno no controla directamente, se generaron muchas expectativas. También se anunció una agenda en la que se prometió revisar inhabilitaciones, intervenciones a partidos, realizar auditorías y convocar a la observación internacional. ¿Cree que se pueda generar confianza o hacen falta mayores condiciones para una elección transparente y confiable?
—Las condiciones son muy malas. Todo depende de los objetivos que te plantees con la decisión de participar. Si las condiciones malas son las que determinan lo que tú vas a hacer, estás dándole al adversario la posibilidad de decidir tu estrategia. Basta con que el grupo del poder no dé condiciones mejores para que tú te inhibas, te abstengas, con lo cual la minoría popular del grupo en el poder se convierte en mayoría porque el adversario no vota.
Añadió Ramón Guillermo Aveledo que la lucha por mejores condiciones en unas elecciones presidenciales y parlamentarias legítimas es un camino que no puede menospreciar la vía electoral y que la ruta a la consecución de los objetivos estratégicos pasa por un aprovechamiento de lo que se ha llamado la rendija. Un CNE menos desequilibrado que los anteriores.
«Hay factores que van a depender del poder, inclusive del Electoral, pero hay otros factores del sector alternativo, como organizarse, tener un mensaje convincente, mostrar una unidad suficiente, que son importantes», argumentó.
—El TSJ prorrogó la intervención al partido Acción Democrática. ¿Demuestra que no se quieren dar las condiciones óptimas para una elección justa?
—El gobierno está priorizando a sus alianzas actuales, a la oposición que ha acogido. Está ejecutando un acto de carterismo porque se está apropiando de un partido político porque sí. Un partido que es de muy larga historia y de muy fuerte implantación en el país, que ha pasado pruebas similares en el pasado. Entonces, viene el momento de tomar decisiones. Lo que el gobierno quiere es que no participe, dándole los símbolos del partido a la disidencia. Tienen que decidir si el gobierno les va a imponer su política o hacer la suya.
Ramón Guillermo Aveledo resaltó que en 1952 AD estuvo ilegalizado, que la dirección del partido en el exilio llamó a la abstención, pero la que se encontraba en el país pidió votar por URD y este partido ganó las elecciones. «Les hicieron fraude, pero hubo una mayoría claramente expresada. Hay distintas oportunidades en la historia de este país y de otros donde la política ha encontrado los modos de expresarse que no sean los que te impone el adversario».
—Hay quien dice que hay que aprovechar cualquier rendija que dé el adversario en lugar de arrinconarse uno mismo. ¿Está usted de acuerdo con ese planteamiento?
—Estoy de acuerdo. Lo que nunca se puede uno plantear es que mi actitud sea cruzarme de brazos y esperar que algo cambie. Una especie de huelga de participación. Eso no es práctico.
Negociación no contradice ir a elecciones
—Juan Guaidó ha planteado un acuerdo de salvación nacional y Henrique Capriles ha manifestado su apoyo. ¿Cree que es posible una real negociación con el gobierno de Nicolás Maduro?
—La negociación siempre es difícil, máxime con un gobierno como este, pero nunca se puede renunciar a cualquier camino político. No creo que la propuesta del acuerdo sea radical o contradictoria con la participación electoral, porque la cuestión no es la legitimidad o no de la convocatoria o del convocante, sino lo que yo puedo hacer como organización política y ciudadana para abrirme espacios.
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—¿Qué opina sobre el comunicado de la plataforma unitaria de la oposición que plantea se inicie cuanto antes un proceso de negociación con el gobierno de Nicolás Maduro con una agenda integral?
—Tanto de la nueva Plataforma Unitaria, como del proceso de negociación, son iniciativas con las que simpatizo en cuanto reivindicación de la política, pero las experiencias y sus frustraciones repetidas me aconsejan ser cauteloso. Veamos cómo se van concretando. Mi opinión se basará en los resultados que demuestre y el modo como se encaren los obstáculos predecibles. Ellos pondrán a prueba la voluntad verdadera. Tanto de unidad en los demócratas como de buscar acuerdos sustantivos, y necesarios, entre estos y el grupo en el poder.
El camino al revocatorio
—Un grupo de dirigentes acudió al CNE para solicitar activar el proceso que conduce a un referendo revocatorio. ¿Ve usted posibilidades de avanzar en ese camino?
—Hay una discusión constitucional sobre cuál es el momento en que se cumple el lapso. Ellos han hecho la cuestión para que la autoridad le conteste, si es ahorita o en enero. Si es en enero tienen que prepararse para eso. La celebración supone unos preparativos de quienes lo piden. Es interesante esta propuesta porque se inscribe dentro de los medios constitucionales, el poder le ha puesto distintos obstáculos anticonstitucionales con el objetivo de dificultar el ejercicio de ese derecho.
«Me gusta esta idea porque en primer lugar es constitucional, es electoral y no es contradictorio. No es dilemático ir a referendo o elecciones regionales ni tampoco lo es con la idea de la legitimidad o ilegitimidad de los poderes constituidos. El que haya ciudadanos que se movilicen y organicen para esto es interesante. Ahora, por supuesto, hay que recordar el viejo dicho ‘todos los caminos conducen a Roma’. Todos conducen a la unidad. Para que todos estos caminos funcionen tienen que converger en una estrategia convincente que necesita».